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La UNAM debe ajustarse a la era en que vivimos, para servir mejor al desarrollo

La tradición ya no es suficiente para responder al país: Enrique Graue

El rector designado propone modernizar el sistema abierto y promover el uso de las tecnologías

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Enrique Luis Graue asegura que se requieren nuevos enfoques en el quehacer docente, de investigación y difusión de la cultura y el conocimiento de la máxima casa de estudios. En la imagen, al celebrar el viernes pasado con seguidores su designaciónFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de noviembre de 2015, p. 33

Enrique Luis Graue Wiechers, rector designado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para el periodo 2015-2019, ha definido su próxima gestión como un rectorado de consolidación. Pero en su programa de trabajo también habla de cambios: Hay que recrearnos, ajustarnos a la era en que vivimos, para servir mejor y más rápidamente al desarrollo de México.

La universidad pública debe transformarse, asegura, pues la tradición y fuerza de nuestras inercias ya no resultan suficientes para responder a las necesidades del país. En el programa que entregó a la Junta de Gobierno (JG) de la institución como parte de los requisitos para aspirar al puesto para el que fue nombrado el viernes, sostiene que la UNAM puede seguir creciendo, pero debe entender que los tiempos cambian y que se requieren nuevos enfoques en su quehacer docente, de investigación y difusión de la cultura y el conocimiento.

La universidad del siglo XXI

En su proyecto apunta que la universidad del siglo XXI debe concebirse como un espacio donde las tecnologías de la información impacten en todos sus ámbitos. La modernización de estos procesos deberá incluir la forma en que enseñamos y en la que aprenden nuestros estudiantes, el estilo y función de nuestras bibliotecas, la edición y publicación de libros y revistas, la evaluación permanente de nuestras acciones, la difusión de nuestras actividades culturales, la administración, las gestiones jurídicas y la comunicación entre los universitarios, escribe.

Considera que el Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia, que tiene 28 mil alumnos, es decir, más del doble que hace ocho años, debe crecer y continuar mejorando su calidad. Por sus propias características, su eficiencia terminal en tiempo y forma es menor, comparada con el sistema escolarizado; la titulación por este sistema es baja y podría mejorar si se le diera más estrecho y eficaz seguimiento a los estudiantes y, tal vez, si se pusiera en práctica un sistema de becas o estímulos para quienes concluyan oportunamente.

Una de sus ideas de modernización es que los contenidos de las materias de bachillerato y licenciatura escolarizados estén en línea. Esta medida, argumenta, permitiría que los alumnos que piensan abandonar sus estudios por razones familiares o laborales puedan concluirlos en un sistema abierto.

En su visión, es imprescindible que todos los campus de la UNAM tengan conexión completa a Internet y que todas sus aulas, laboratorios, auditorios, cubículos, cafeterías, pasillos y espacios de esparcimiento cuenten con conectividad. El acceso al conocimiento en la red debe ser total y en todo momento, sostiene.

La universidad debe evolucionar rápidamente hacia la modernidad educativa, opina, pero acota que no toda la educación puede impartirse de este modo. Hay materias que requieren el constante apoyo presencial y la supervisión directa (de los docentes) en la adquisición de destrezas, pero esto no debe frenar el ritmo de los tiempos.

Apunta que la manera en que los alumnos estudian en la actualidad –por medio del aprendizaje colaborativo en redes electrónicas– demanda cambios en la configuración interna, equipamiento y definición de actividades de las bibliotecas, para que no sean sólo espacios pensados para leer, sino que se conviertan en sitios sociales.

No hay duda, sostiene, de que la universidad debe transformarse más rápidamente, tanto en instalaciones como en facilidades educativas. La utilización de las tecnologías en la educación superior debe crecer rápidamente, su capacidad para complementar la educación presencial está ampliamente demostrada y no hemos crecido significativamente en ello.