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Diputados de la CUP, pro independentistas, niegan apoyo al presidente de la Generalitat

Mas vuelve a perder votación para relegirse en Cataluña

Según la ley, en 60 días debe haber nuevo gobierno o se convocará a elecciones anticipadas

El rey Felipe VI advierte: que nadie lo dude, la Constitución de España va a prevalecer

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 13 de noviembre de 2015, p. 38

Madrid.

El presidente de Cataluña, Artur Mas, no logró apoyo suficiente en el Parlamento para ser relecto, lo que le hubiera garantizado el liderazgo en el proceso unilateral de independencia que han comenzado los catalanes. Los diez parlamentarios de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) cumplieron su palabra y no apoyaron a Mas, a pesar de ser uno de los grupos de luchan por la secesión de España. Mientras, desde Madrid el rey Felipe VI advirtió que la Constitución prevalecerá.

Las caras largas y la preocupación se han instalado en el bloque soberanista.

Artur Mas negoció durante varias horas con los representantes de su partido, la coalición Junts pel sí, y de su potencial aliado en el proceso de independencia, la CUP, para lograr la mayoría requerida que le permitiría seguir en el cargo, pero sólo consiguió el respaldo de sus 62 diputados. Las bancadas de las formaciones Ciudadanos, Partido Socialista de Cataluña (PSC), Partido Popular (PP), Cataluña si que es pot y CUP, votaron en contra.

Tras aprobar la moción independentista el pasado lunes, el Parlamento catalán anunció solemnemente el arranque del proceso de desconexión del Estado español, y fijó un plazo de 30 días para tramitar leyes que permitan la creación de una hacienda pública y un sistema de seguridad social.

El siguiente paso era elegir el gobierno que liderará este complejo proceso. Pero el acuerdo no llega y en Cataluña todavía hay un gobierno en funciones, que podría gestionar sólo por dos meses más. Es decir, que tras el segundo rechazo a la investidura de Mas, el reglamento del Parlamento fija un plazo máximo de 60 días para elegir nuevo gobierno o, en caso contrario, se tendrá que convocar a elecciones anticipadas.

Mas y los principales líderes de la coalición independentista, entre ellos el máximo dirigente de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Oriol Junqueras, y el cabeza de lista de la coalición y ex europarlamentario de la izquierda verde, Raúl Romeva, se mostraron inquietos durante la sesión de investidura.

Pero la postura de los diputados de la CUP y de su líder, Antonio Baños, fue firme: votaremos no con tranquilidad, y señaló que están dispuestos a un acuerdo, pero no a que Mas sea presidente de la Generalitat pues, dijo, está vinculado a la corrupción histórica de la región y es el responsable de los severos recortes a los servicios públicos de los últimos años.

Tampoco sirvió la oferta de última hora en la que Mas y el futuro gobierno se comprometían a someterse a una moción de confianza en diez meses para comprobar que se habían cumplido las condiciones pactadas y se había luchado contra la corrupción.

Baños rechazó la propuesta por insuficiente, aunque aclaró que deja la puerta abierta a futuras ofertas. Las esperamos, indicó.

En la sesión parlamentaria, la principal líder de la oposición, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, recriminó a Mas que no se pronunció ni paralizó el proceso independentista, pese a la admisión a trámite por el Tribunal Constitucional (TC) del recurso presentado por el gobierno de Mariano Rajoy contra la moción secesionista. En política se puede hacer de todo menos el ridículo. Usted se está cargando la imagen de la Generalitat. No tiene proyecto, sólo quiere hacer una república bananera y sacarnos de la Unión Europea. Deje de pensar en su persona, porque todavía está a tiempo de reconducir la situación, advirtió.

Mas contestó que la decisión del TC no dice nada nuevo. Sabemos perfectamente de qué va esto y que el gobierno español hace política mediante el tribunal. Es un abuso total. Se utiliza al Tribunal Constitucional para hacer política y se olvida que a quien corresponde hacer política es al gobierno y al Parlamento. Esto es una prueba del inmovilismo del gobierno central. Ustedes nos desafían y ahora quieren saber qué haremos.

El rey de España, Felipe VI, rompió su silencio y advirtió que la Constitución prevalecerá. Que nadie lo dude. Y añadió: en nuestra larga historia hemos sabido superar grandes dificultades y los mayores desafíos. No es tiempo de regresar al pasado, sino de reafirmarnos en nuestra voluntad de un presente y un futuro compartido y de convivencia democrática.