Río de Janeiro.

Furiosas, las brasileñas han tomado las calles de Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia para protestar contra un proyecto de ley que obliga a las mujeres violadas a demostrar el ataque para poder abortar legalmente.

El proyecto del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, obligaría a las víctimas a someterse a exámenes médicos tras ser violadas, lo cual no es necesario actualmente. También se clasifica de crimen ayudar o inducir a una mujer a abortar y limita la definición de violencia sexual a las prácticas en que se comprueben daños físicos y sicológicos.

Las mujeres piden que se archive el proyecto y que Cunha renuncie a la presidencia de la cámara baja.

En Brasil, el aborto se castiga con uno a tres años de cárcel, pero es permitido cuando el feto tienen malformaciones cerebrales, existe riesgo de muerte para la mujer y, desde 1940, debido a una violación.