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Atom Egoyan recibió la Medalla Cineteca Nacional en reconocimiento a su trayectoria

Antes de relatar una historia, me pregunto si soy el indicado para hacerlo

Por momentos soy un cineasta hiperconsciente de mí mismo y ese es incluso uno de los sellos de mi trabajo, afirmó

Tener un nombre éxotico me ha ayudado, bromeó el realizador

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Tuve la suerte de retratar ese narcisismo que se empezó a dar en los años 80 y 90, expresó el cineasta canadiense de origen armenioFoto Roberto García Rivas
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de noviembre de 2015, p. 8

La noche del martes el cineasta canadiense Atom Egoyan recibió la Medalla Cineteca Nacional, en reconocimiento a su trayectoria. En su discurso, expresó sentirse orgulloso por la distinción y calificó el recinto como el mejor del mundo.

Un par de horas antes, el director de origen armenio platicó con La Jornada. Señaló que su nombre se debe a que mis padres tenían un humor bastante perverso. Nací en la época en que se hablaba mucho de la energía nuclear... incluso a mi hermana menor le iban a poner Molécula, pero se decidieron por Eva, Así que crecimos como Atom and Eve, como Adán y Eva.

Agregó: Como cineasta es importante tener una especie de marca alrededor de quien eres. Obviamente la forjas con tu trabajo, pero tener un nombre exótico me ha ayudado... aunque cuando era niño fue una tortura, porque crecí en un ambiente de anglosajones, que me molestaron todo el tiempo.

El director de Exótica afirmó que al principio de su carrera “tenía historias que contar; mis primeras ocho o nueve películas fueron muy personales. Después llegaron otras historias, otros estilos; tuve otras preocupaciones y obsesiones de las que debía hablar. Comencé a hacer cintas en las que por la tecnología los personajes estaban muy volcados a hacer imágenes de ellos mismos; en los años 80 y 90 ese narcisismo se empezó a dar y explotar. Tuve la suerte de retratar todo eso. Esto continúa, como en mi reciente filme The Captive, que escribí, produje y dirigí, sobre cómo toda esta cuestión deforma nuestra experiencia vital”.

A la pregunta de si estaba consciente de su voz creativa, el autor de Dulce porvenir afirmó: “Hay muchas historias que me emocionan y que quisiera contar, pero tengo miedo a repetirme; debo cuidarme para no hacer lo mismo que hace algún tiempo.

También me tengo que preguntar si soy la mejor persona para contar cierta historia o realizar algún proyecto que me llegue, incluso si es una idea muy original que me emociona. Soy muy consciente de cuáles son mis puntos fuertes y cuáles mis carencias... Por momentos soy un cineasta hiperconsciente de mí mismo y esa es incluso una de las marcas en mi trabajo. Hay algunos realizadores a los que el proceso de filmar se les da muy natural; a mí no, yo soy muy consciente a la hora de hacer una película.

Acerca de su visita a México donde además de la Cineteca Nacional otras instituciones le rendirán reconocimientos, afirmó: Me ha interesado mucho la mitología de este país y como funcionan en la vida cotidiana, lo cual me gustaría mucho explorar en mi trabajo futuro, especialmente ahora que he hecho tres películas seguidas sin parar, quiero ser más cuidadoso y analizar más la próxima cinta que voy hacer. Quisiera que en Canadá tuvieran la integración que México tiene con la cultura indígena.

País avanzado

Cuando se le preguntó su opinión acerca de las diferencias creativas entre los países llamados del tercer mundo y los del hemisferio norte, respondió: Quizá soy ingenuo, pero para mí México no es un país del tercer mundo, es del primero. Es un país muy avanzado, con gran cultura cinematográfica, desde su época de oro, pasando por las películas que hizo Luis Buñuel, las de Arturo Ripstein y Jaime Humberto Hermosillo hasta los nuevos realizadores, como Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Esta nación no tiene una cultura del tercer mundo, para nada. Esta Cineteca es de las mejores que he visto en el mundo.

Atom Egoyan aseguró que nunca dudó en visitar México, a pesar de las noticias sobre la violencia que se transmiten por televisión: “Lo malo es que sólo voy a estar una semana y este país tiene grandes cosas. Sé que la violencia es un problema, pero no es algo que se sienta todo el tiempo. Claro, conozco la tragedia de los estudiantes desaparecidos y otras noticias lamentables, pero preguntaría si ustedes conocen la violencia que padecen los nativos de Canadá...

Recientemente he pensado mucho sobre la violencia. Mi hijo estuvo con su novia en París el viernes pasado e iban a entrar en el restaurante donde fueron los atentados, pero no hubo lugar. En los días pasados he analizado la violencia y cómo habría cambiado mi vida si mi hijo hubiera entrado a ese restaurante.

Por último, Egoyan se refirió a Remember: Decidí alejarme de las narrativas complejas para enfrentar el reto de explorar algo más lineal. El personaje de Zev es diferente a cualquiera que hayan visto en un libro o en una película. Christopher Plummer ofrece una actuación radical.