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Parte de una trilogía sobre el cambio de identidad, se presenta en el teatro Santa Catarina

Desde la ficción, Camino a Fort Collins ofrece dolorosa reflexión sobre la condición humana

La obra, de Martín Zapata, indaga en la revalorización a partir de lo extraño, dice la actriz Diana Sedano

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Interpreto a una mujer sin filtros que reacciona a lo que va sientiendo, afirma Diana SedanoFoto cortesía de Respuesta
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de diciembre de 2015, p. a11

En un lugar, varias personas se resguardan de la nieve y sorpresivamente entra una mujer agitada. ¿Quién es ella? ¿De qué huye? ¿De dónde viene? Descúbralo usted y reflexione sobre la identidad propia y la de los demás en la obra de teatro Camino a Fort Collins, que se presenta en el teatro Santa Catarina, en su última semana de una breve temporada.

Lo anterior lo explicó Diana Sedano, protagonista de esta propuesta escénica, que se presentará de viernes a domingo.

La obra, premio de dramaturgia Bellas Artes-Baja California 2014, la escribió y la dirige Martín Zapata. La escenografía y la iluminación son de Alejandro Luna.

“La obra es parte de una trilogía sobre el cambio de identidad. Es sobre un hombre y una mujer que se encuentran en una cafetería; hay una tormenta de nieve. La mujer llega al negocio para refugiarse, el hombre la observa. Inician una relación abrupta. La obra tiene tintes de ciencia ficción, pues ella es rara e invasiva. Lo gracioso es que no se sabe por qué se comporta así. El espectador descubrirá poco a poco quién es la mujer, qué es lo que quiere y qué va a hacer en esa cafetería. Es una sorpresa.

Historia universal

Ese día de tormenta pasan cosas raras en el pueblo. A ella la sigue algo así como la policía. Tiene una misión, pero fue descubierta y por eso llegó a Fort Collins. Halla al hombre adecuado para cumplir su cometido.

–¿Es una historia muy gringa o universal?

–Es una historia muy universal en un contexto gringo. Al director le interesaba el contexto de los años 50 en Estados Unidos. La obra es universal porque son dos personajes que se encuentran ahí, pero ese sitio puede estar en cualquier país o ciudad, Tijuana o Morelos, por ejemplo.

“La base de la historia fue el incidente de 1947 en Rosswell, en el que se supone que cayó una nave extraterrestre y se hallaron los cuerpos de los tripulantes. Es importante la música, porque a través de ella se hace un viaje en el tiempo. Meterse en los terrenos de la ciencia ficción permite reflexionar sobre la condición humana desde un punto de vista filosófico, de manera conmovedora y dolorosa. Es revalorar la humanidad a partir de lo extraño. Si un alien hace una bitácora de cómo nos comportamos sería interesante ver lo que hacemos. Hay una película que se llama Hombre mirando al sureste que trata sobre lo mismo. La pregunta de ese alien sería por qué estamos empeñados en destruirnos si tenemos todo para ser felices. Podríamos vivir de manera increíble en este planeta. En las funciones hacemos que el espectador deje volar su imaginación. El hombre y la mujer están condenados a conocerse.”

En las tres semanas de funciones la respuesta del público ha sido de satisfacción, de haber aprovechado el tiempo al ver esa obra.

A mí me encanta trabajar con Martín Zapata, porque le sigue apostando a la ficción desde el lugar más tradicional. Combina el trabajo con las imágenes para alimentar la imaginación. Esta es la fuente principal de la creación en el actor. Así es placentero actuar, expresar y ver la reacción. El humor es fino. Mi personaje es el de una mujer sin filtros. No se porta ni bien ni mal; sólo reacciona a lo que va sintiendo. Por eso los asistentes hallan empatía, afirma Sedano.

Camino a Fort Collins se escenifica en el teatro Santa Catarina (Jardín de Santa Catarina 10, Coyoacán). Funciones: viernes, 20 horas; sábado, 19, y domingo, 18 horas.