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Este año el Pentágono ha realizado más de 6 mil bombardeos en ambos países

EU enviará una fuerza de expedición que operará en Irak y Siria contra el EI

Obama admite que es posible que el reciente tiroteo masivo en EU sea un acto terrorista

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió ayer desde el Salón Oval de la Casa Blanca la posibilidad de que los ataques en California estén relacionados con el terrorismo, aunque aún no hay certeza y la FBI sigue investigando el móvil de la agresiónFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 4 de diciembre de 2015, p. 34

Nueva York.

Ante el panorama posterior a París, presiones políticas para intensificar la respuesta contra las diversas caras del enemigo, y las especulaciones y preocupaciones sobre amenazas terroristas dentro de este país –ahora alimentadas por el ataque en San Bernardino, California–, la paz (o por lo menos el fin de guerra) prometida por el presidente Barack Obama hace siete años se aleja cada vez más.

Después de asegurar una y otra vez que nunca pondrá botas en el terreno en la lucha contra el Estado Islámico (EI), el gobierno de Barack Obama anunció el envío de una fuerza de expedición a la zona, que operará en Irak, pero con autorización para intervenir dentro de Siria.

En casa, Obama indicó hoy que es posible que los ataques en California estén relacionados con el terrorismo pero que, como afirmó también la FBI, aún no se sabe, pero dejaron abierta la puerta a que el incidente es parte de la gran y aparentemente infinita guerra contra el terror lanzada fuera y dentro de este país hace 14 años.

El secretario de Defensa, Ashton Carter, anunció el martes que el Pentágono enviará una fuerza expedicionaria especializada de Operaciones Especiales a Irak como parte del esfuerzo militar para contrarrestar al EI.

Al anunciar esto por primera vez ante el comité de fuerzas armadas de la Cámara de Representantes el martes –no hubo previo anuncio ni comentario del comandante en jefe Barack Obama, quien se encontraba en París–, Carter explicó que estos operadores especiales podrán, con el tiempo, realizar asaltos, liberar rehenes, recaudar inteligencia y capturar a líderes del Isil (otra manera de referirse al EI).

El secretario agregó que estas fuerzas también estarían en posición para llevar a cabo operaciones unilaterales en Siria. Aseguró que esto envía un mensaje a todos en ese país, ya que no sabrán en la noche quién podría estar entrando por la ventana.

Aunque Obama autorizó a finales de octubre el envío hasta de 50 efectivos de fuerzas especiales a Siria, y ha mantenido una fuerza de miles en Irak, siempre se ha enfatizado que sobre todo cumplen misiones de adiestramiento y apoyo a fuerzas aliadas en esos países.

Ante presiones de legisladores, precandidatos presidenciales y hasta algunos dentro de su propio partido, para intensificar y ampliar la respuesta estadunidense e incluir el envío de miles de efectivos a la región, sobre todo después de los atentados en París, el presidente había reiterado que no cambiaría su estrategia, la cual se centra en el uso de fuerzas aéreas (aviones y drones) en la lucha contra EI.

Estados Unidos ha realizado más de 6 mil ataques aéreos en Irak y Siria contra el EI este año, según cifras del Departamento de Defensa. Aparentemente eso no es suficiente.

Pero con el nuevo anuncio, y con indicaciones de que se contempla ampliar la presencia de los 3 mil 500 elementos estadunidenses en Irak, aparentemente hay un giro lento en la estrategia y de nuevo tropas estadunidenses estarán participando en combate en tierras ajenas, a pesar de sus últimos 14 años de experiencias, que algunos consideran que han llevado a la crisis actual en la región.

De hecho, después de incesantes ataques aéreos, asistencia militar a fuerzas regionales que enfrentan al EI y operaciones encubiertas en la región, los resultados siguen siendo preocupantes para los estrategas estadunidenses. El Pentágono no sólo tuvo que confesar hace pocos meses que su programa multimillonario de adiestramiento de fuerzas en Siria había fracasado al sólo capacitar un total de tres militantes, sino que el nivel de reclutamiento del EI sigue creciendo. A finales de septiembre, el New York Times reportó que en los últimos 12 meses más de 30 mil reclutas extranjeros del EI habían ingresado a Siria, incluidos unos 250 estadunidenses, el doble de voluntarios sólo en ese periodo.

Por otra parte, la percepción popular en lugares como Irak es que Estados Unidos en realidad está apoyando al EI, según reporta el Washington Post.

El frente interno

Desde el 11-S, la primera pregunta después de cada incidente de homicidio múltiple, gente sospechosa armada, detonaciones o amenazas de bomba en este país es si se trata o no de terrorismo. Así ocurre en el ataque de este miércoles en San Bernardino, California, donde murieron 14 personas y 21 resultaron heridas.

El presidente Obama afirmó hoy que es posible que esto esté relacionado con el terrorismo, pero aún no sabemos. La FBI rehusó calificar el incidente, pero ha incorporado agentes antiterroristas a la investigación, y a lo largo del día se ha revelado que los dos sospechosos –ahora muertos– del ataque realizaron viajes a Arabia Saudita y Pakistán, y que tuvieron interacciones con extremistas musulmanes dentro y fuera de Estados Unidos.

Según algunas versiones, la simpatía por el EI se incrementa en Estados Unidos. Un informe alarmante elaborado por el programa sobre extremismo de la Universidad George Washington (GWU) detectó un nivel sin precedente de apoyo al islamismo extremo dentro de Estados Unidos.

Según el informe académico de GWU, unos 71 estadunidenses han sido arrestados por delitos vinculados con el EI desde marzo de 2014; la gran mayoría eran ciudadanos estadunidenses o residentes permanentes.

La FBI informó previamente que ha lanzado investigaciones relacionadas con el EI en los 50 estados.

Pero vale repetir, en este contexto, que la amenaza más mortal que el terrorismo en este país, y por mucho, son los estadunidenses armados. Cada día mueren en promedio 89 estadunidenses por armas de fuego en este país, unos 32 mil al año (incluidos suicidios). El número de estadunidenses que han fallecido por atentados terroristas (tanto en el extranjero como en actos domésticos) suma menos de 4 mil (incluidos los aproximadamente 3 mil que murieron el 11 de septiembre), de 2001 a la fecha.