Cultura
Ver día anteriorMartes 8 de diciembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Abrirán exposición en el Centro Histórico

O’Higgins y el paradigma mexicanista

El trazo firme de un espíritu en movimiento reúne 126 obras que dialogarán con la pintura Sueño de una tarde dominical en la Alameda

Foto
Mercado interior, cuadro de O’Higgins incluido en la muestra
Foto cortesía de Conaculta/INBA/Museo Mural Diego Rivera
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de diciembre de 2015, p. 4

Durante el registro de piezas efectuado en casa de la viuda de Pablo O’Higgins (1904-1983) para la exposición del Museo Mural Diego Rivera, los curadores se percataron de un denominador común independiente en los temas de cuadros y murales.

Siempre está el pueblo de México presente, sean sus mujeres, hombres, trabajadores, así como el tema de la infancia, expresó Erika Contreras Vega, cocuradora de El trazo firme de un espíritu en movimiento: Pablo O’Higgins, exposición de 126 obras que mañana será inaugurada en el museo creado para albergar el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Rivera.

María O’Higgins recordó en rueda de prensa que su marido, nativo de Salt Lake City, Utah, vino a México en 1924 atraído por la pintura mural, pero una vez aquí se interesó mucho por el país, porque todo lo que veía era nuevo para él. “Se sorprendió de ver tantos trabajadores haciendo todo con mucha dedicación, amor, con el deseo de dar todo lo que tenían. Entonces, se dio cuenta de que deseaba participar para que México saliera adelante.

Pablo estuvo muy cerca de los obreros y quiso ser un trabajador más, dado que podía aportar al país. Luego se fue con Rivera a Chapingo (fue su ayudante en los murales pintados en la universidad) y conoció el México rural, los campesinos, a quienes quiso mucho; convivió con ellos, en sus casas, supo de sus necesidades. Su integración al país fue tanto por los trabajadores como por los campesinos.

Las necesidades de las clases sociales menos favorecidas, que se reflejan en 10 óleos, dos acuarelas, 61 dibujos y tintas, 33 piezas gráficas y 20 proyectos murales de O’Higgins, dan vigencia a la exposición; además, la museografía imprime una mirada contemporánea, dijo Luis Rius Caso, director encargado del museo.

Foto
Pablo O’Higgins en el corredor de su estudio en Belisario Domínguez, ca. 1957, retratado por Rodrigo MoyaFoto cortesía de Conaculta/
INBA/Museo Mural Diego Rivera

Explicó que la muestra tiene como eje el muralismo y está en diálogo con el mural de Rivera allí resguardado. O’Higgins fue un gran exponente del muralismo y un artista de primer orden que destacó por su calidad, su virtuosismo, su destreza, por ese dibujo y manejo de color cautivante que tanto dio de qué hablar en su tiempo y aun después.

La obra de O’Higgins destaca entre las más activas y actuales de este paradigma mexicanista. Un ejemplo es su abordaje de los trabajadores, proletarios y de la mujer como madre, hija, esposa, trabajadora urbana y rural”.

La exposición El trazo firme de un espíritu en movimiento se divide en cinco núcleos temáticos: La mujer como impulso vital en la vida y el arte; Infancia: de la inocencia a la realidad; El hombre: épica y luchas históricas del pueblo mexicano; Herencias culturales y Paisaje mexicanista.

Hay primicias, anunció Erika Contreras, quien indicó que se exhiben más de cinco anteproyectos murales que no se habían mostrado, también más de 30 apuntes sobre estos proyectos murales.

Entre ellos está el anteproyecto referente al mural Tenochtitlán vive (1960), que O’Higgins pintó en Morelia; también otro que creó para el Paisaje tarasco (1964) del Museo Nacional de Antropología, así como otros que no llegaron a realizarse en formato de mural.

El Museo Mural Diego Rivera se ubica en Colón sin número, esquina y Balderas, Centro Histórico.