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De nuestras Jornadas

Llegaron los buenos

G

eneralmente, cuando se quiere encontrar a un responsable de la falta de resultados en el combate a la inseguridad y la violencia, inevitablemente sale a colación el gobierno federal, argumentando que son federales los delitos que tienen en jaque a la entidad; no obstante, en aras de la justicia, habría que señalar también la ineficacia de las policías estatales y municipales.

La Federación ha hecho mucho énfasis en que los gobiernos estatal y municipales no han aportado lo que les corresponde. Este miércoles, en su visita a Acapulco, el titular de la Secretaría de Gobernación (SG), Miguel Ángel Osorio Chong, enfocó sus baterías directamente contra los gobiernos de Ángel Aguirre Rivero, Rogelio Ortega Martínez y Luis Walton Aburto, quienes en su condición de gobernadores los dos primeros y alcalde de Acapulco el tercero, no cumplieron con su parte al no haber formado cuerpos de seguridad confiables.

Al decir que con el gobernador Héctor Astudillo y el alcalde Evodio Velázquez ya se estableció que cada quien hará su parte, podría provocar una chispa de optimismo y la idea de que, en adelante, sí habrá resultados tangibles, porque si actualmente el gobierno federal afirma categórico que sí los hay, la población percibe que le son adversos.

Sano sería entonces que del discurso y las buenas intenciones se pasara a fijar calendarios para la depuración y la formación de las policías; no vaya a ser que pasen los tres años del edil y los seis del gobernador y nada se concrete.

Preciso es recordar que Walton Aburto sometió a examen de confiabilidad a sus policías e intentó liquidar a los que no resultaron confiables; empero, adujo que el municipio no tenía recursos para las liquidaciones y que la Federación se negó a proporcionárselos.

Es de suponer que estos obstáculos ya han sido previstos por los gobiernos, pero el problema no concluye con las liquidaciones de los no confiables, sino se extiende a la contratación de quienes los sustituirán.