Opinión
Ver día anteriorViernes 18 de diciembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
¿Por qué no entendemos lo que está pasando?
L

os ataques terroristas en Francia, Malí, Líbano y otros lugares del mundo.

La guerra en Siria, la guerra mundial terrorista declarada a todos nosotros por el terrorismo internacional y la guerra mundial al terrorismo que todos nosotros les declaramos a todos ellos.

La crisis de los refugiados/migrantes y el auge de xenofobia fomentada desde el Estado y sus aparatos en Europa y Estados Unidos hacia los musulmanes que vienen y los que ya están aquí.

El auge de extremismos: Daesh/Isis y las ultraderechas racistas en Francia, Hungría o Polonia, que ayer se decían orgullosamente antisemitas y hoy se dicen orgullosamente islamófobas.

La atmósfera de miedo, la militarización, los estados de emergencia, las restricciones de libertades civiles, y encima esta insoportable narrativa de ¡todo ya cambió!, ¡ya nunca nada será como antes!

A pesar de esto –o por esto–, trato de llevar mi vida igual. Duermo, sueño, como, leo, me siento a escribir, les doy de comer a los perros, doy largas caminatas y salgo a tomar cerveza.

Dependiendo desde dónde se mire, estos esfuerzos podrían ser actos heroicos de resistencia a la triste realidad o puras quijotadas. Aparte de esto, trato de entender lo que está pasando.

Pero, por más que intento, la genial idea de los países occidentales de combatir los ataques a civiles casuales con bombas (desde la tierra), atacando a otros civiles casuales con bombas (desde el cielo) me parece impenetrable; igual la idea de combatir la propaganda yihadista sobre la rampante islamofobia en Occidente fomentando la misma islamofobia.

Le doy vueltas, pero al final me quedo con una sensación de que ya estuvimos aquí y ya lo vimos todo, que nada de esto es nuevo, y pensando más bien cómo fue posible que nos la creímos.

Parece que no estoy solo y que además la compañía es del tipo mejor perder con ellos que encontrar con otros:

Robert Fisk deconstruye de manera ejemplar nuestra reacción –la de los políticos y de las sociedades–, una triste mezcla de retórica guerrera, desconocimiento de la historia y negativa a comprender las injusticias en Medio Oriente, que nos deja balbuceando sobre apocalipsis, guerras mundiales terroristas o paralelos con la caída de antigua Roma ( The Independent, 22/11/15).

Uri Avnery desarma magistralmente la narrativa de políticos mediocres (Hollande) y oportunistas (Netanyahu) y medios, los dos mejores amigos de los terroristas: a) no existe tal cosa como el terrorismo internacional; b) declararle la guerra es un absurdo; c) el terrorismo es una arma, como el cañón; d) nos reiríamos si alguien le declarara la guerra a la artillería internacional, etcétera ( Gush Shalom, 28/11/15).

Sus contraexplicaciones son pertinentes y lúcidas. Pero igualmente me dejan con una paradójica ansia de una explicación más sistémica, pero que a la vez pudiera encajar en una fórmula breve.

Carlos Monsiváis solía decir: O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba yo entendiendo.

Sin pretender que fuera algo tan bueno y universal y pensando sólo en los acontecimientos en cuestión, inventé otro dicho: “Si no entendemos lo que está pasando, es porque dejamos de leer Modernidad y Holocausto, de Zygmunt Bauman”.

He aquí cómo lo acuñé:

Primero, llegué a la página 180 de mi relectura de aquel viejo libro (1989) y de repente muchas cosas empezaron a tener más sentido; sonriendo, con un lápiz anoté al margen PROFETA;)) (sic), sabiendo que él mismo se reiría.

Segundo, encontré una nota (http://goo.gl/IhjZF0) según la cual hace unos años en un instituto de altos estudios en Varsovia se quitó aquel libro de la lista de lecturas para el examen de admisión, porque ya nadie lo escogía.

Y como uno más uno es dos, queda claro que si lo siguiéramos leyendo, escogiéndolo de otras listas en otros institutos o buscándolo en bibliotecas y librerías en otras ciudades del mundo, entenderíamos mucho más de lo que está pasando.

¿A poco no?

Va un fragmento del apartado final del capítulo 3 (Modernidad, racismo y exterminio, II) con un título sintomático, Mirando hacia adelante: Dado que las tendencias actuales apuntan al abandono por el Estado occidental de la administración de muchas áreas sociales (...) es poco probable que (éste) utilice de nuevo una forma racista de antisemitismo.

Sin embargo, ya que la condición de las sociedades occidentales, orientadas al consumo y centradas en el mercado, parece basarse en frágiles cimientos de una superioridad económica que no va a durar siempre (...) en un futuro puede que el Estado asuma un control más directo y la perspectiva racista será de nuevo muy práctica (p. 180-181).

Y sigue: Dado que los judíos ascienden masivamente a las clases medias altas (...) los antagonismos grupales se centran en trabajadores inmigrantes. Hay fuerzas políticas entusiastas por sacar partido de esto... (p. 181).

¿No es justo lo que pasa hoy cuando los estados tratan de alivianar las tensiones provocadas por la crisis –en que tuvieron que intervenir– y la austeridad recurre al racismo y redirige la rabia hacia migrantes/musulmanes/terroristas?

Así se ve también cómo el antisemitismo que acaba su ciclo histórico (Sand/Traverso) –y cuyas últimas convulsiones serían las alertas sobre el nuevo antisemitismo o ataque a delicatesen kosher en París– es sustituido en su papel sistémico por la islamofobia.

Y para los que dicen que esto es nuevo, un caso de habla cuasi-racista de Le Figaro (26/10/85), cuyo tema del número era ¿Seguiremos siendo franceses dentro de 30 años? (¡sic!) o Jacques Chirac de cuando era premier, que en una sola oración hablaba de identidad de la comunidad nacional francesa y la lucha por su seguridad (p. 182).

¿Suena familiar?

Desde luego, los análisis de Bauman sobre el atentado a Charlie Hebdo ( Social Europe, 13/1/15) –que sigue actual a la luz del segundo ataque en París– o sobre la crisis de los refugiados ( Eutopia Magazine, 7/10/15) son enriquecedores.

Pero, según yo, todo (o casi todo) lo que necesitamos para entender lo que está pasando ya está en las páginas de Modernidad y Holocausto.

El mes pasado Zygmunt Bauman acaba de cumplir 90 años. ¡Feliz cumpleaños, profesor!

* Periodista polaco

Twitter: @periodistapl