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Y no vivieron felices para siempre
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Alejandra Romanov
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María Antonieta
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Cristina de Suecia
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de diciembre de 2015, p. a12

No vivieron felices para siempre. Su existencia no consistió en un cuento de hadas.

Fueron, al contrario, princesas casadas en contra de su voluntad, jóvenes inexpertas que debieron cargar aquella corona con joyas hermosas, artefactos voluminosos y un gran peso y algunas pagaron con sangre, como María Antonieta, a quien injustamente acusaron de traición o Alejandra Romanov, la última zarina de Rusia, asesinada por los bolcheviques.

En su libro Reinas malditas (editorial Plaza y Janés), la periodista y escritora catalana Cristina Morató narra la historia de una manera diferente a como la conocíamos.

Su objeto de estudio son seis reinas: la emperatriz Sissi, María Antonieta, Cristina de Suecia, Eugenia de Montijo, Victoria de Inglaterra y Alejandra Romanov.

Las observa como personas comunes y corrientes, las despoja de sus pesadas coronas y ropajes para mostrar su condición femenina. Vemos entonces a mujeres que sufrieron maltrato, despojo, traición, soledad.

Estructura esos testimonios a partir de fuentes documentales directas: cartas personales y familiares de las protagonistas.

Jóvenes convertidas en madres, esposas, hijas, soberanas, mujeres con gran sufrimiento, separadas de su familia, llevadas a países extraños y lejanos donde fueron recibidas con hostilidad, sigilo y conspiraciones.

Fueron obligadas a casarse con hombres que no amaban; no concibieron hijos, sino herederos al trono y perdieron a esos hijos, víctimas de la ambición y la emboscada. Vivieron en luto permanente.

¿Quiénes fueron estas reinas?

Isabel de Baviera, más conocida como Sissi, tenía apenas 16 años de edad cuando fue obligada a contraer matrimonio con el emperador Francisco José de Austria. Ella jamás quiso cumplir con sus obligaciones de reina. Siempre fue una extraña en la corte.

Sissi sufrió de anorexia y bulimia. Apenas comía y se mataba haciendo ejercicio físico.

A la muerte de su único hijo, el heredero al imperio austrohúngaro, Sissi tocó fondo.

María Antonieta, una de las reinas más maltratadas de la historia, acusada de traición por la cual fue condenada a la guillotina a la edad de 40 años, al igual que a su esposo Luis XVI.

La reina desdichada, la tachaban de frívola e inmoral, se dice que es la culpable de poner fin a la monarquía en Francia. No fue la reina maldita que nos describen en las películas. Sufrió una leyenda que le fue inventada.

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La emperatriz Sissi
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Eugenia de Montijo
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Victoria de Inglaterra

Cristina de Suecia fue muy importante para su época en el siglo XVII. Mecenas y amante del arte, convirtió a Suecia en gran centro cultural. La reina de espíritu indomable, culta, ilustrada y muy excéntrica.

A su llegada a Roma ya se había convertido al catolicismo y en su exilio llevó una vida muy escandalosa criticada por muchos.

Eugenia de Montijo, la última emperatriz de Francia, acusada de la caída del segundo imperio francés.

Fue pionera del feminismo, aportó a la educación de las niñas en los colegios y para su participación en diferentes reformas sociales.

Tuvo trágico destino al morir su esposo Napoleón III y más tarde su único hijo, el príncipe imperial, en el frente de batalla. Ella cayó en una gran depresión de la que ya no se pudo levantar.

Victoria de Inglaterra reinó en la época más gloriosa de ese país. Subió al trono a corta edad y a pesar de ser inexperta, sorprendió a todos por su sensatez. Su esposo, el príncipe Alberto, con quien tuvo nueve hijos, la amó hasta su último día en vida,

Al quedar viuda, Victoria no pudo superarlo, hasta que se refugió en su sirviente escocés John Brown, quien logró que ella recuperara la alegría. Esto dio mucho de qué hablar en la corte. Sin embargo, fue una reina muy querida por su pueblo.

Alejandra Romanov subió al trono a la edad de 22 años y fue una fanática religiosa que influyó mucho en su esposo, el zar Nicolás II.

Su vida estuvo marcada por tragedias familiares. Su único hijo, el zarévich Alekséi, padecía de hemofilia; la zarina tomó los consejos del místico Rasputín y puso todas sus esperanzas en que éste lo salvaría. Todo fue en vano.

Del libro de Morató se obtiene, finalmente, la inversión de la frase de los cuentos de princesas y final feliz: estas reinas, malditas, no vivieron felices para siempre.

Título: Reinas malditas

Autora: Cristina Morató

Editorial: Plaza y Janés

Número de páginas: 553

Precio: 399 pesos