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Ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en Historia, ciencias sociales y filosofía

Quiere García de León hacer el pan completo de la historiografía

Hay que soltarnos de la academia dura y pura, de lo contrario, no nos dejan ser; por eso no pertenezco al SNI, dice a La Jornada

El investigador documenta la memoria histórica de Chiapas

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“El país se ha ido por derroteros que no imaginábamos con respecto a la violencia y al narcotráfico; es muy difícil comprender lo que está pasando, no se sabe quiénes están aliados con el narco, pues lo están desde la extrema izquierda. En general, hay bandas que financian la política de los partidos”, afirma Antonio García de León a La JornadaFoto cortesía del historiador
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de diciembre de 2015, p. 2

El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015, en el área de Historia, ciencias sociales y filosofía llegó al historiador Antonio García de León (Jáltipan, Veracruz, 1944) cuando no lo esperaba.

Sobre todo, dice en entrevista con La Jornada, porque considera un poco marginal el enorme trabajo de investigación que desde los años 60 del siglo pasado desarrolla para documentar la memoria histórica de Chiapas.

También le sorprende que el gobierno federal lo haya reconocido, cuando él no pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), más por sus convicciones que por falta de méritos, pues no comulga con los criterios chatos de instancias como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

El también lingüista explica: “Hay que soltarnos un poco de la academia dura y pura, de lo contrario, no nos dejan ser, por eso no pertenezco al SNI; ahí piden hacer una investigación sobre uno mismo, y uno es culpable hasta que no demuestre lo contrario.

La historiografía se hace en migajas, como dicen los franceses, y yo quiero hacer el pan completo, agarrar un tema, meterme hasta el fondo, pero eso lleva mucho más tiempo, un trabajo que se vuelve imposible si uno se atiene a criterios chatos.

Incertidumbre y violencia

El jurado que lo eligió como único galardonado en Historia, ciencias sociales y filosofía también le pidió pronunciar el discurso en nombre de sus compañeros premiados, frente al Presidente, y García de León fue muy conciso. Dijo que muchas veces el desaliento se hace presente en el trabajo de científicos e investigadores, y que la desazón se acentúa en tiempos de incertidumbre y violencia como los que ahora vivimos. En un país en el que millones de personas carecen angustiosamente de lo mínimo necesario, la desigualdad es parte de los usos y costumbres (La Jornada, 17/12/15).

Fueron palabras, reitera el investigador, para que las entendieran a quienes iban dirigidas, y añade: “El país se ha ido por derroteros que no imaginábamos con respecto a la violencia y al narcotráfico; es muy difícil comprender lo que está pasando, no se sabe quiénes están aliados con el narco, pues lo están desde la extrema izquierda incluso. En general, hay bandas que financian la política de los partidos”.

Respecto de Ayotzinapa, García de León opina: “Es fácil decir que se trata de un crimen de Estado, pero también es responsabilidad de la crisis que vive la izquierda, la cual gobernaba Guerrero en el momento en el que ocurrió todo. Es terrible decirlo, pero así es. La izquierda en México se extinguió, la izquierda partidaria ya no existe, lo que hay son franquicias electorales que cualquier narco puede comprar. Sucede con todos los partidos, y es una contradicción porque los partidos políticos son necesarios, si no, sería un caos”.

El historiador afirma que “se mantienen núcleos y comunidades alejados, como el caso de los zapatistas en Chiapas, experimentos interesantes, pero hoy día bastante aislados del conjunto político y de la política en general. No sé si sea una estrategia, pero los zapatistas están encerrados en una burbuja.

“Esto lo dije ya en mi libro Fronteras interiores: Chiapas, una modernidad particular (2002), donde analizo lo sucedido en el estado desde los años 50 del siglo pasado hasta 2000: Chiapas había sido un protectorado y después el gobierno federal lo retomó y buscó cómo seguir teniéndolo así, pero ese sistema se rompió con la llegada del PRD al gobierno, con Pablo Salazar Mendiguchía.

“Nos gusten o no los que llegaron a gobernar, a partir de ahí Chiapas es un estado federal, más o menos. En Fronteras interiores advertí que el zapatismo se aislaba, y creo que me quedé corto; ahorita están metidos en una suerte de burbuja, y no tiene sentido.”

Otro de los intereses del historiador, jaranero y versador, es el son jarocho tradicional. Ha participado en la promoción y rescate de ese género musical que “se ha revitalizado de una forma tremenda, porque no cesa la búsqueda. En Estados Unidos se ha convertido en fenómeno viral, pues se liga a la necesidad de la juventud de tener formas de participación social e identidad. Antes, éstas giraban alrededor del mariachi.

Hace unos 30 años el son jarocho agonizaba, era un movimiento rural, de gente grande. Pero llegaron varios grupos que lograron conectar a las generaciones de antes con las nuevas, y cuando se logró hacer ese clic, el son jarocho estalló.

García de León señala que en el sur de Veracruz, de donde es originario, operan al menos unas seis bandas de narcotraficantes, pero las comunidades se han mantenido unidas “precisamente gracias a la cultura, a la tradición del son jarocho, a los huapangos, a los chavos que participan, se construyen lazos y eso que por ahí llaman el tejido social.

Pero este fenómeno tiene su origen en las bases, que a veces han tenido el apoyo de los instituto de cultura y los gobiernos, sin depender de ellos. Son las comunidades las que han generado el movimiento cultural.

Al respecto, el investigador espera que la nueva Secretaría de Cultura apoye las iniciativas de los ciudadanos, a contracorriente de la persistente vieja idea de que el gobierno es el que manda, “la izquierda no se ha dado cuenta que la gente debe hacer marchar algunas cosas, no el gobierno, la gente es la que empuja, no los que están apoltronados en la burocracia.

Por eso pienso que es un poco absurdo estar esperando que las instituciones y el gobierno sean los de las iniciativas, porque ahora él asunto no es de arriba para abajo. El Presidente ya no es el papá de los pollitos, se ha diversificado el motor de las iniciativas, para bien y para mal, pero ahora son los artistas y creadores los que pueden orientar, y tienen que presionar a los institutos y secretarías para hacer su trabajo.

En unas semanas, el Fondo de Cultura Económica publicará su libro Misericordia, acerca de los apaches en la Nueva España; en tanto, García de León continúa con su investigación sobre la población de origen africano en la Colonia, trabajo grande de reflexión en torno a los negros y mulatos libres en el siglo XVIII.

El monto del premio le servirá para irme a buscar documentos a los archivos de Europa; ya tengo un plan para trabajar sobre todo en Inglaterra, pues acaban de abrir nuevos archivos en Londres, y en Francia, a buscar con documentos del periodo de la Compañía del Senegal, concluye el maestro en lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y doctor en historia por la Sorbona.