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De nuestras Jornadas

En el filo de la navaja

L

os ex presidentes municipales de la región de Tierra Caliente que consideran que defenderse por sí mismos es la única salida al problema de la violencia no andan tan errados.

Ante la falta de resultados que hagan posible la pacificación, nadie cree ya que la inseguridad pueda acabarse con el arribo de más militares y policías ni con nuevos programas de seguridad, por muy rimbombantes que suenen sus nombres.

Menos esperanzas tienen aún los guerrerenses de que su problema vaya a terminar con la participación de los gobiernos estatal y municipales, pues, mientras continúa la desaparición masiva de ciudadanos, el gobernador y los alcaldes apenas andan cabildeando la formación del mando único, que debió quedar integrado en el sexenio pasado y que desde entonces enfrenta resistencias.

En la aplicación de este modelo no sólo no hay avances: privan los retrocesos. En el trienio pasado, que compartieron en Acapulco Luis Walton Abuerto y Luis Uruñuela Fey, el primero aplicó los exámenes de confianza y sacó de servicio quienes no los aprobaron; luego no tuvo dinero para indemnizarlos, paso previo a la contratación de sustitutos.

El conflicto estalló cuando aprobados y reprobados se declararon en paro. Posteriormente, cuando entró al relevo Uruñuela Fey porque Walton se fue de candidato a gobernador, disolvió el paro enviando a trabajar a las calles a buenos y malos, lo que hizo naufragar el plan del gobierno de la República.

Cuando Evodio Velázquez Aguirre entró a la alcaldía no se mostró muy dispuesto a retomar el programa. Ahora, obligado por la presión, ha dicho que sí, pero antes quiere conocer los términos.

El gobernador Héctor Astudillo Flores advirtió que el mando único no se aplicará sin una evaluación para adaptarlo a las condiciones de Guerrero. Primero hay que armar el proyecto, sentenció.

Así, mientras la sangre, el dolor, la angustia y el pánico, siguen flagelando a los guerrerenses, las autoridades tantean, analizan, valoran y anuncian que ya se van a organizar para contener la violencia.