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El gobierno y las FARC piden al organismo mundial crear una misión de observadores

La ONU supervisará el desarme y el cese del fuego en Colombia

Ambas partes coinciden en que la reconciliación nacional ha entrado a una etapa definitiva

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Humberto de la Calle e Iván Márquez, jefes de las delegaciones del gobierno y de las FARC, respectivamente, que dialogan en La Habana para alcanzar un acuerdo de paz definitivo en Colombia, ayer en rueda de prensa para dar a conocer los avances para terminar con el conficto armado más largo del continenteFoto Afp
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Combatientes rebeldes del Frente 36 de las FARC captados el pasado 4 de enero en su campamento, en el departamento de Antioquia, noroeste de Colombia. Gobierno y guerrilleros están a unos pasos de firmar la paz que llevaría al grupo armado a convertirse en partido políticoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de enero de 2016, p. 18

La Habana.

El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acordaron este martes la creación de una misión política encabezada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que supervisará y verificará el desarme y el cese del fuego, una vez que se alcance un pacto de paz que ponga fin al conflicto armado de más de cinco décadas.

En el gobierno de Colombia hubo cautela. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, admitió la posibilidad de que las negociaciones de paz con el grupo guerrillero, que se llevan a cabo en Cuba, se extiendan más allá del 23 de marzo, fecha límite que fijaron en septiembre pasado el presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño.

Hemos decidido solicitar al Consejo de Seguridad de la ONU la creación de una misión política con observadores no armados por un periodo de 12 meses, prorrogables a petición del gobierno nacional y las FARC. También pedimos a los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), su disponibilidad para contribuir en dicha misión, que será conformada por Naciones Unidas, señalaron las partes beligerantes en un comunicado conjunto.

El paso que hemos dado es especialmente significativo en el camino hacia el fin del conflicto armado que ha afectado a los colombianos por más de medio siglo, declaró Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno.

Con este acuerdo damos los pasos que nos llevarán a la concreción de estas conversaciones de paz, dijo. De la Calle insistió en que la intervención de la ONU es prenda de garantía de que las conversaciones en La Habana determinarán el fin del enfrentamiento armado, uno de los más antiguos del mundo.

No estamos pensando en maquillar un cese del fuego para salir del paso. Esto demuestra la seriedad con la que estamos procediendo en el difícil camino de dejar la guerra atrás, garantizar los derechos de las víctimas y abrir una etapa de construcción de paz firme, precisó.

Iván Márquez, su contraparte en las FARC, también dio por hecho el avance irreversible hacia un cese del fuego definitivo. “La solicitud que hemos elevado al secretario general de Naciones Unidas y al presidente del Consejo de Seguridad para activar un mecanismo tripartito (ONU, gobierno y FARC) de monitoreo y verificación constituye una fuerte señal de que el proceso de paz de Colombia se encamina hacia la terminación del más largo conflicto del continente”, indicó.

Para Márquez es un hecho que el diálogo en busca de la anhelada reconciliación ha entrado en una etapa definitiva, y que cerca de 60 años de confrontación pueden concluir en el curso de este 2016.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que confirmó más tarde el envío al Consejo de Seguridad de la ONU de una carta en la que se solicita formalmente la creación de este mecanismo de verificación, descartó que la misión vaya a estar conformada por cascos azules armados.

“Hay que ser claros que se trata de observadores no armados, no de una misión de mantenimiento de la paz de cascos azules”, dijo, y precisó que en esa encomienda no podrán participar países limítrofes con Colombia como Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela y Panamá.

El financiamiento, uno de los beneficios, señala Santos

Para Santos, uno de los beneficios será el financiamiento, ya que una misión de verificación es muy costosa. Reiteró que se dio un paso definitivo hacia la conclusión del conflicto y que el abandono de las armas es un requisito imprescindible para la paz.

El gobierno de Bogotá y las FARC –que cuentan con unos 7 mil combatientes, según estadísticas oficiales– llevan a cabo en Cuba negociaciones de paz desde noviembre de 2012. Se estima que la guerra en Colombia ha dejado desde mediados de los años 60 más de 220 mil muertos y millones de desplazados.

Las FARC y el gobierno han cerrado cuatro de los seis puntos de la negociación: el agrario (origen del enfrentamiento), cultivo y tráfico de drogas ilegales, reparación a las víctimas y participación política de los guerrilleros. Quedan por definir el fin del conflicto –que incluye el desarme– y la aplicación y refrendación de los convenios.

El acuerdo anunciado este martes deja prácticamente a Colombia a unos pasos de cerrar su más largo capítulo de violencia, y de que las FARC se conviertan en partido político.