Opinión
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Ruta Sonora

Lo espeso de 2015 (rock anglo I)

A

l fin llega, luego de retrasarse tras inesperados fallecimientos de figuras cruciales del rocanrol, el recuento con lo mejor de 2015, a decir de este riguroso espacio. Las tendencias musicales alternas, cada vez más difusas, no se definieron por moda o estilo alguno, sino por la fuerza individual de cada personalidad, independientemente del sonido. Eso sí: mucha oscuridad y desaliento. No más sicodelia colorida. Además, el rock hace mucho que no es sólo guitarras y riffs, sino ambientaciones, texturas, y quizá este rasgo unió a lo erudito del año. Hoy, la primera parte de los álbumes en inglés, cercanos o dentro de este género; ya vendrán los de electrónica, hip-hop/funk/soul y en español.

1. Matana Roberts, Coin Coin Chapter Three (Estados Unidos). Hermoso trabajo paisajista el de esta saxofonista y autora de Chicago. Cercana a muchos proyectos avant-garde neoyorquinos, ofrece el tercero de una saga experimental donde su voz, entre cantada y declamada, viaja por disonancias y múltiples capas inquietantes de sonido. Ambient intenso, poético.

2. Matchess, Somnaphoria/ Colin Stetson and Sarah Neufeld, Never were the way she was/ Rachel Grimes, The Clearing. (EU). Empate entre estos tres álbumes, que, aun conceptuales, son deliciosamente llevaderos y flotantes. El primero de Chicago, el segundo de Michigan (con la violinista de Arcade Fire), el tercero de Kentucky, exploran posibilidades hipnóticas ya sea con ensambles de cuerdas, ecos y voces disipadas, con enlaces de metales y violines o con una fusión de pianos entre contemporáneos e indie-rock, cuerdas y alientos. Sin improvisación ni ruidismo, son tres propuestas épico-melancólicas de profunda belleza.

3. Stara Rzeka. Zamknely sie oczy ziemi (Polonia). Experimentación orgánica que va del folk al jazz y de vuelta a la distorsión extrema. Gis permanente, tronidos cual cinta quemándose, guitarras deshilachadas y desvariadas, sobre camas de cuerdas y sintetizadores que parecieran augurar el fin del mundo. Una exquisita y sorprendente babel sónica.

4. Godspeed You! Black Emperor. Asunder, Sweet and other Distress (Canadá). Banda ya clásica del avant-rock reciente con 20 años de experiencia, sigue partiendo el queso con sus guitarras lóbregas y potentes, panorámicas, marciales. En quinto disco, refrendan su lugar de honor y calidad instrumental.

5. Girl Band. Holding hands with Jamie (Irlanda). Fantásticos y originales ruidistas que no suenan a algo conocido, llenos de ironía y decadencia. Punk rudimentario, fársico, que debuta con esta maravilla mugrienta e indescriptible. Ad hoc al caos actual.

6. Battles. La di da di (EU). Tercer plato de estos neoyorquinos expertos en el retruécano sonoro. Guitarras, sintetizadores, elementos digitales, baterías pop-gresivas, insistencias melódicas. Joya instrumental. Atascado, tornasolado, brillante.

7. Mbongwana Star. From Kinshasa (Congo). Chulada que cruza la alegría de dos músicos callejeros con la música tradicional del África central. Guitarras eléctricas, cuerdas y ritmos sintéticos (colabora el productor de afrobeat Tony Allen) debutan en este original y bello carnaval lleno de corazón y frescura tímbrica.

8. Mount Eerie. Sauna (EU). De Washington, todos los trabajos de Phil Elverum son enigmáticos, pero éste es el más arriesgado y bello en 10 años de trabajo. Excursiones de agua y fuego, guitarras insistentes, borrosas, coros dulces sobre ecos de interferencia. Una excitante mezcla de indie-folk-rock con ambient sucio.

9. Lightning Bolt. Fantasy Empire (EU). Séptimo disco ya de estos locos de Rhode Island. Destrucción enferma y machacante que pasa del punk al metal con fantástica enjundia lo-fi, teclados baratos incluidos. Escandalosos post-grungeros favoritos de Thurston Moore.

10. Chelsea Wolfe. Abyss (EU). Electro-doom-folk-rock 0es como se define esta joven dark de Los Ángeles. Fuerte y apocalíptica, con voz angelical, invoca a la noche entre tronidos que caminan por la orilla del metal, con atrevidos sonidos élficos. Tremendo.

11. Algiers. Algiers (EU). De modo inédito, este trío de Georgia combina canto soul-blues sobre una sombría base electro-post-punk de rítmica pausada. Fantasmal, minimalista y perturbador, debuta con una propuesta retro-futurista, a la vez pop y de vanguardia.

12. Jim O’Rourke. Simple Songs (EU). Con residencia en Japón, este prolífico músico y productor neoyorquino, veterano del pop inconforme, hace un hermoso y soleado disco melódico, muy a lo Cat Stevens. Pianos magros, voces prístinas y todo un mar de amor y soledad.

13. Wand. 1000 Days (EU). El angelino Ty Segall no se está quieto, ya sea solista o en otros proyectos. Aquí comanda una especie de sicodelia-punk harto pacheca. Ensoñador, sin dejar de aterrar y romper tímpanos. Otro gran acierto de este rubio enfermo.

patipenaloza.blogspot.com

Twitter: patipenaloza