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El ex alcalde de Nueva York, dispuesto a invertir mil millones de dólares en su campaña

Bloomberg, otro multimillonario, evalúa ir como candidato independiente en EU

Al parecer, le preocupan los índices favorables que han tenido tanto Trump como Sanders

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Michael Bloomberg (en imagen de archivo), ex alcalde de Nueva York y uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, anunció el fin de semana que considera lanzarse como candidato presidencial independiente. Donald Trump sigue a la cabeza de las encuestas para aspirar a la Casa Blanca por el Partido Republicano, y Bernie Sanders, el socialista democrático que inesperadamente ha ganado el apoyo de los jóvenes con un discurso en favor de mayor igualdad económica, busca la candidatura demócrataFoto Ap y Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 26 de enero de 2016, p. 25

Nueva York.

A una semana de que arranque el proceso de elecciones primarias, otro multimillonario está pensando rescatar a Estados Unidos ante la aparente amenaza de precandidatos presidenciales con tintes fascistas (uno potencialmente homicida) y un proclamado socialista, lo cual está haciendo más rara una contienda electoral ya de por sí surrealista.

Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York y uno de los hombres más ricos del país, dejó saber a los medios el pasado fin de semana que está considerando lanzarse como candidato presidencial independiente. Obviamente, como parte de una estrategia para probar las aguas, su gente informó al New York Times, y después a otros medios, que el multimillonario ha instruido a asesores elaborar planes para una potencial campaña independiente, y que ya evalúa el panorama electoral y tomará una decisión final a principios de marzo.

Según contaron fuentes del grupo de Bloomberg, el multimillonario está dispuesto a invertir por lo menos mil millones de dólares de su fortuna privada en su campaña. Bloomberg, indicaron, está preocupado tanto por la posibilidad de que el ultraderechista Donald Trump obtenga la nominación republicana como por el giro hacia la izquierda del Partido Demócrata a causa de la precandidatura del socialista democrático Bernie Sanders.

Bloomberg, quien siempre se ha presentado como un empresario y político pragmático, no ideológico, supuestamente no tolera ni a Trump ni a su competidor Ted Cruz y sus efectos ultraderechistas entre las filas republicanas, y tampoco soporta el ataque frontal de Sanders contra Wall Street y los intereses del 1 por ciento más rico.

Bloomberg es uno de los símbolos más visibles de ese 1 por ciento. No por nada tomó como afrenta personal el movimiento Ocupa Wall Street, al cual acabó reprimiendo.

Según sus asesores, Bloomberg evalúa las posibilidades de capturar el centro del electorado ante la posibilidad de que los candidatos de ambos partidos hayan llevado la pugna electoral a extremos ideológicos. Bloomberg, quien no oculta su íntima –y personal– relación con los capitanes de la industria financiera, se presenta como conservador en temas económicos, pero liberal en asuntos sociales.

Como alcalde defendió abiertamente a Wall Street durante la crisis financiera y promovió la transformación de la ciudad para y por los ricos, implementó medidas de seguridad policiacas denunciadas por minorías; durante su alcaldía el número de personas sin techo se elevó a índices récord, atacó a los maestros, fue promotor de las reformas educativas que favorecen la privatización de la educación pública y combatió a los sindicatos municipales. A la vez, se distinguió por su defensa de los derechos de los gays, su férrea campaña contra las armas y su loable defensa de los inmigrantes.

Su anuncio no es sorpresa, ya que había especulación sobre sus aspiraciones presidenciales para 2016, y no es la primera vez que ha expresado interés en ocupar la Casa Blanca. Sin embargo, se suponía que había postergado sus aspiraciones ante la casi segura nominación de Hillary Clinton. Pero parece que el fenómeno Trump y la sorprendente fuerza de Sanders son intolerables para él. Otros no descartan que su ambición sea el factor principal, y que está viendo en esta coyuntura una oportunidad inesperada para una candidatura independiente exitosa.

Pero las candidaturas independientes jamás han logrado desalojar del poder al duopolio en Estados Unidos. Incluso una figura formidable como Teddy Roosevelt, quien después de ser presidente republicano intentó regresar a la Casa Blanca como independiente en 1912, sólo logró 27 por ciento de votos. Ha habido otros intentos, en los 40, en 1980, y el más reciente, el del multimillonario texano Ross Perot, en 1992, que obtuvo 19 por ciento de los votos.

Varios precandidatos de ambos partidos reaccionaron de varias maneras, y a su modo. Hillary Clinton señaló que, según entiende, Bloomberg sólo entraría a la contienda si ella no logra coronarse candidata. Aseguró que, como ella triunfará, será innecesaria la decisión de Bloomberg.

Sanders, por su parte, afirmó en entrevista para la NBC: si Donald Trump gana y Bloomberg se suma, tendremos a dos multimillonarios contendiendo para presidente de Estados Unidos contra mí, y creo que el pueblo estadunidense no desea ver a nuestra nación avanzar hacia una oligarquía en la cual los multimillonarios controlan el proceso político.

Mientras tanto, Trump, el otro multimillonario que dice querer salvar al país y “hacer grande a America otra vez”, ha dicho que le dará la bienvenida al ingreso de Bloomberg a la pugna. Su ventaja en la contienda para la candidatura republicana sigue creciendo, aunque Cruz y el otro cubanoestadunidense, Marco Rubio, aún ofrecen evidencia de poder competir contra él, por ahora.

Trump, tal vez borracho de arrogancia, dijo este fin de semana que podía ser hasta homicida y no perdería ni un voto de apoyo. Al hablar de sus simpatizantes en un acto de campaña en Iowa, afirmó: tengo a la gente más leal, ¿han visto eso? Podría pararme en medio de la Quinta Avenida, dispararle a gente y no perdería votantes.

Mientras tanto, todos los precandidatos intensifican sus labores de campaña en Iowa, donde el 1º de febrero se realizará la primera elección para seleccionar a los candidatos presidenciales de los dos partidos, y en Nueva Hampshire, donde la cita es el 9 de febrero, seguido por decenas de elecciones primarias, todo culminará en las convenciones nacionales de ambos partidos (¿y una para un independiente?) en el verano, cuando se coronarán los candidatos presidenciales.

Si llegara a pasar que Sanders ganase la nominación demócrata, Trump la republicana y Bloomberg se lanza para rescatar el establishment, la elección nacional sería disputada entre tres neoyorquinos.