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Autoridades británicas conceden la licencia con fines de investigación en el área de fertilidad

Reino Unido autoriza por primera vez manipular embriones humanos

Concede emplear un método que permite centrarse en genes defectuosos para neutralizarlos

La decisión muestra que el buen uso de la ciencia y la vigilancia ética pueden ir a la par, afirma doctora de la Universidad de Edimburgo

En el mundo no hay precedente de un permiso oficial como éste

 
Periódico La Jornada
Martes 2 de febrero de 2016, p. 2

Londres.

El Reino Unido concedió este lunes su primera autorización para modificar genéticamente embriones humanos con fines de investigación, proyecto que da esperanzas a las parejas con problemas reproductivos pero que genera inquietudes éticas.

La autoridad británica de Fertilización Humana y Embriología (HFEA, por sus siglas en inglés) anunció el lunes que permitirá la utilización del método Crispr-Cas9, que permite centrarse en los genes defectuosos para neutralizarlos de manera más precisa. Se trata de una de las primeras autorizaciones en el mundo para la manipulación de embriones humanos. Es como un tratamiento de textos que permite editar o corregir la tipografía de un documento, explicó la bióloga francesa Emmanuelle Charpentier, quien desarrolló la técnica junto a la estadunidense Jennifer Doudna.

La técnica ya ha sido utilizada por numerosos científicos que intentan encontrar tratamientos contra el cáncer y otras enfermedades. Pero al mismo tiempo suscita preocupación en su aplicación a células reproductoras y a embriones humanos.

Nuestro comité ha aprobado la solicitud de la doctora Kathy Niakan, del Francis Crick Institute (de Londres), para renovar su licencia de investigación en laboratorio, añadiendo la posibilidad de edición (manipulación) genética de embriones, indicó la HFEA en un comunicado.

La solicitud fue presentada en septiembre para estudiar los genes que intervienen en el desarrollo de células que van a formar la placenta. El propósito es intentar determinar por qué ciertas mujeres sufren abortos espontáneos.

Ello no solamente permitirá a Kathy Niakan proseguir sus investigaciones sobre el desarrollo precoz del embrión, sino también analizar el papel de genes específicos mediante la utilización del método Crispr-Cas9, comentó el profesor Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick.

Comprender el desarrollo del embrión podría ayudarnos a comprender las causas de la infertilidad, de los abortos espontáneos y de ciertas enfermedades genéticas, aseguró Alastair Kent, director de Genetic Alliance UK.

Antecedentes

La modificación genética de embriones para tratamiento está prohibida en Reino Unido. En cambio, fue autorizada desde 2009 para la investigación, bajo condición –entre otras– de que los embriones sean destruidos al cabo de dos semanas como máximo.

Pero es la primera vez que una autorización formal para manipular genéticamente embriones ha sido dada de forma oficial, al menos en un país occidental. Sin embargo, en algunas naciones esta práctica no está formalmente prohibida y no requiere necesariamente de una solicitud de autorización.

Por otro lado la HFEA confirmó ayer que se prohibirá utilizar los embriones para trasplantarlos a mujeres.

Es una decisión alentadora que muestra que el buen uso de la ciencia y una vigilancia ética eficaz pueden ir de par, reaccionó Sarah Chan, doctora de la Universidad de Edimburgo.

En abril pasado, investigadores chinos anunciaron que consiguieron modificar un gen defectuoso de varios embriones, responsable de una enfermedad de la sangre potencialmente letal. Ello generó una controversia sobre las consecuencias éticas de este tipo de prácticas.

Los propios científicos chinos indicaron haber tenido grandes dificultades y afirmaron que sus investigaciones demostraban la urgente necesidad de mejorar esta técnica para aplicaciones médicas.

El Reino Unido se convirtió el año pasado en el primer país en autorizar la concepción de bebés a partir de tres ADN diferentes, para evitar la transmisión de enfermedades graves.

Quienes se opusieron a esta decisión alegaron que iba demasiado lejos en materia de modificación genética, y que abría la caja de Pandora de la selección de bebés.