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Destierros forzados deben reconocerse como grave problema y asignar presupuesto: ONG
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 2 de febrero de 2016, p. 22

Culiacán, Sin.

Las familias desplazadas en el país pasaron de 161 mil a 280 mil de 2011 a 2015, según cifras de organismos ciudadanos. Pero para el gobierno, como plantea Esperanza Hernández Lugo, presidenta de la asociación Caminos de Esperanza para los Desplazados AC, no son desaparecidos ni asesinados ni lesionados. Entonces es como no existir, pues la ayuda no llega.

Así se lo planteó al presidente Enrique Peña Nieto en cada una de las 10 cartas que le envió. La más reciente, con fecha de enero de 2016, ya fue en otro tono. En la misiva se asoma el desespero, destila desolación e impotencia, y también la desesperanza:

He enviado infinidad de escritos a su persona, a través de la oficina de atención ciudadana. Mi pregunta es ¿no se le ha informado? Porque de otra manera no me explico su indiferencia a este problema tan doloroso, grande y grave.

Expuso al mandatario que ya no se trata de las 600 familias de las 40 comunidades del municipio de Sinaloa ni los 40 asesinatos en años recientes, sino más de cien homicidios, incluso de mujeres y niños, en el municipio de Choix, lo que provocó el desplazamiento de más de 400 familias, de 2012 a la fecha.

Indolencia de Malova

Eso fue sólo el principio, pues a lo largo de estos cuatro años y ante la indolencia e incapacidad de nuestro gobernador Mario López Valdez se han seguido dando los desplazamientos de cientos de familias. Lo más doloroso de todo esto es que estos destierros van de la mano con levantones, un gran número de asesinatos, y desapariciones forzadas, reprochó.

Ante todo esto nos preguntamos ¿dónde están nuestras autoridades y dónde está nuestro Presidente, pues sabemos perfectamente que este fenómeno de desplazamiento forzado interno afecta varios estados del país?

A lo largo de este calvario, abundó, le puedo asegurar que lo más cruel y doloroso ha sido su silencio, señor Presidente. Que a pesar de ser un problema conocido incluso internacionalmente, no haya habido una sola palabra de apoyo, de aliento para los miles de desplazados en su país. Que a pesar de todo, seguimos creyendo en usted.

En la carta, la presidenta de Caminos de Esperanza para los Desplazados AC exige a Peña Nieto que el problema de desplazamiento forzado interno sea reconocido, se cuente con presupuesto y se legisle y apliquen políticas que lo atiendan.