Madrid.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se reunió este lunes con el rey Felipe VI durante una hora para analizar la situación tras los comicios del pasado 20 de diciembre, en los que las urnas arrojaron el Congreso de los Diputados más fragmentado de la historia.

El político emergente reiteró su interés en llegar a un pacto con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para formar un gobierno de progreso, pero a cambio le exigió de nuevo la vicepresidencia y cuatro ministerios –Hacienda, Economía, Sanidad y el del Interior–, y le advirtió que en ningún caso formará parte de una alianza en la que esté Ciudadanos, el otro partido emergente.

Tenemos la mano tendida para formar un gobierno de progreso y cambio. Y si (el líder del PSOE) Pedro Sánchez quiere podríamos tener ya un gobierno alternativo al de (el saliente Mariano) Rajoy. Pero eso sí, tendrá que elegir entre Podemos o Ciudadanos; nosotros no vamos a estar en ningún gobierno en el que este Ciudadanos o el Partido Popular (PP), señaló Iglesias durante la rueda de prensa que ofreció después de su encuentro con el monarca, el segundo entre ambos desde las elecciones.

El Congreso de los Diputados se encuentra más fragmentado que nunca y sin que ninguna formación sea capaz de formar gobierno en solitario o, siquiera, de formar alianzas viables para un gobierno estable. El PP, la fuerza más votada, tiene 123 escaños; el PSOE cuenta con 90; Podemos, 65; Ciudadanos, 40, y el resto están distribuidos entre Izquierda Unida (IU) y los partidos nacionalistas catalanes, vascos y canarios, que podrían ser determinantes para un futuro gobierno multipartito.

Iglesias acusó a los líderes socialistas de mentirosos, pero insistió en que tiene la mano tendida para un futuro gobierno de progreso, en el que estarían sobre todo PSOE, Podemos e IU, pero para lo que necesitaría la abstención de los 15 diputados de los partidos independentistas catalanes y de los seis del Partido Nacionalista Vasco.

Las negociaciones están encalladas; Rajoy que decidió declinar de momento buscar ser investido, mientras en el interior del PSOE hay división sobre el camino a seguir. Unos abogan por una alianza con Podemos y diseñar una agenda social y progresista, pero reconocen que sus exigencias son muy elevadas, al pedir el control de las carteras ministeriales más importantes del gobierno. Otro sector atribuye a Podemos la intención de destruir al PSOE para absorber a su electorado.

Iglesias también vetó a Ciudadanos, la formación emergente derechista liderada por Albert Rivera y a la que situó en la órbita del PP. Somos incompatibles como socios de gobierno, señaló.