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Artistas y académicos demandan corregir el desastroso efecto en el paisaje del campus

Aberrante descuido, emplazar un edificio que es lesivo para el Espacio Escultórico de la UNAM
Foto
Vista parcial del Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria y, al fondo, el edificio H de ocho pisos de la Facultad de Ciencias Políticas y SocialesFoto Emir Olivares Alonso
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de febrero de 2016, p. 4

La construcción del edificio H de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) representa un aberrante descuido, pues el inmueble se diseñó sin prever su desastroso efecto en el paisaje del Espacio Escultórico en Ciudad Universitaria, considerado una de las dos esculturas monumentales Land Art más importantes del país (la otra son las Torres de Satélite), señalaron artistas, curadores, promotores culturales, académicos y directores de instituciones públicas.

En un documento dirigido al rector de la casa de estudios, Enrique Graue Wiechers; al titular de la Secretaría de Cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa; a la representante de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México, Nuria Sanz; y al director de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Aantropología e Historia, Francisco López Morales, los peticionarios expusieron que la construcción daña uno de los puntos más atractivos de la obra artística: la vista hacia el oriente, pues desde ahí pueden observarse los volcanes. Por ello demandaron la demolición de los cuatro pisos superiores.

Corresponde a la UNAM sentar precedente y ejemplo sobre la mejor manera de respetar y conservar nuestros bienes artísticos y culturales, (pero) en este caso ha hecho exactamente lo contrario, lamentaron personajes como los arquitectos Teodoro González de León, Alberto Kalach, Tatiana Bilbao y Enrique Norten; el curador del MoMA, Christian Rattemeyer; artistas como Gabriel Orozco, Carlos Amorales, Francis Alÿs, Rafael Lozano-Hemmer, Graciela Iturbide e incluso la japonesa Yoko Ono (quien estuvo hace unos días en la ciudad de México); las investigadoras Ana María Cetto y Luz Emilia Aguilar Zinzer; las actrices Jesusa Rodríguez e Irene Azuela; las directoras de la Sala de Arte Público Siqueiros, Taiyana Pimentel, y de La Esmeralda, Carla Rippey, entre otros que suscribieron la petición, que se difunde a través del portal Change.org y que hasta la tarde de ayer contaba con casi 4 mil 500 firmas.

Sitio artístico sin mantenimiento

Todas las obras que se planean y construyen en todos los campus de la UNAM deben contar con la autorización de Patrimonio Universitario y de la Dirección General de Obras. El aval para la construcción del edificio H de la FCPS –de ocho pisos, que cuenta con aulas, cubículos y oficinas y aún no es inaugurado– se dio hace unos años.

“Es sabida la necesidad que tienen las facultades para ampliar su oferta académica y por ende su infraestructura; a ello sería absurdo oponerse. Lo que resulta un aberrante descuido fue emplazar un edificio vertical en el eje oriente del Espacio Escultórico (…) Sobre todo considerando que existen terrenos en el campus y soluciones arquitectónicas que no hubieran resultado en la destrucción del paisaje”. Agregaron que desde hace tiempo ese sitio artístico carece de mantenimiento.

Desde hace unas semanas, los universitarios se encontraron con la sorpresa de que al recorrer el Espacio Escultórico –inaugurado en 1979 e integrado por una circunferencia de 120 metros de diámetro sobre la que se levantan 64 enormes prismas– un alto y blanco edificio se alza frente a sus ojos, cambiando radicalmente el paisaje que por años se observó desde ese sitio.

Por ello, los peticionarios exigieron la demolición de los cuatro niveles superiores del nuevo inmueble. Una solución que aunque pueda parecer radical, es la única manera de restaurar la integridad de la obra artística, en la que el paisaje es parte integral. Si tenemos que poner en una balanza un edificio mediocre y relativamente pequeño contra la escultura pública más importante de nuestro país, resulta una obligación de la UNAM salvar su patrimonio y el compromiso que tiene hacia la nación y el mundo por conservarlo y darlo a conocer.