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Italia y este país es donde más se crean obras que duran muchos siglos: Pedro Friedeberg

El diseño en México vive un resurgimiento, celebra artista

Esa disciplina tiene algo más noble porque es funcional y educa un poco a las personas a tener objetos más bonitos en su casa y a la vez utilitarios, expresa a La Jornada

El artista mostró en la edición 13 del encuentro Zona Maco un perro de plata que creó para una empresa privada

 
Periódico La Jornada
Martes 9 de febrero de 2016, p. 4

El diseño en México experimenta un resurgimiento, pues tuvo una época dorada en los años 40 del siglo pasado, expresa a La Jornada el artista Pedro Friedeberg (Florencia, 1936).

Un perro de la calle, aunque fino, inteligente, amable, no un mongrel, sin ser de alguna raza en particular, fue creado en plata por Friedeberg para la Colección Arte Objeto de la firma Tane.

Ese trabajo se dio a conocer en el módulo de esa empresa en la Feria de Arte Contemporáneo Zona Maco, sección Diseño, que concluyó el domingo pasado en el Centro de Convenciones Banamex.

Con sus acostumbrados buen humor e ironía, Friedeberg se corrige: A lo mejor no es un perro, sino un animal mítico que carga con el peso de la geometría y sabiduría. La pieza Euclides el perro, de 32.7 centímetros de largo, 23.6 de alto y 14.7 de ancho, consta de tres distintas inspiraciones: la geométrica, la animal y la anatomía humana, ya que tiene pies de hombre y su vientre lo constituye una estructura cubiforme que gusta mucho al artista y es del geómetra Euclides, el padre de la geometría moderna o antimoderna, bromea.

Pedro Friedeberg explica que hace muchos años realizó la pieza en madera y ahora la empresa lo invitó a crear algo para la colección, la vieron y decidieron que se prestaba para hacerlo en plata.

El artista, rememora, trabajó con un joyero en Nueva York en la creación de unas manitas con piernas, pero la pieza no trascendió mucho. Friedeberg presenció todo el proceso de producción.

Nino Bauti, curador de la Colección Arte Objeto, acota que los orfebres de la firma primero hicieron pruebas en bronce, que fueron revisadas por el artista. De hecho, se efectuaron varias correcciones: los pies se redujeron y el cuadro de cubos del vientre se hizo más compacto y pegado al cuerpo.

Aparte de la presente serie, la empresa también hace arte utilitario. Entonces, “hemos creado una colección llamada Cocodrilópolis, de accesorios de escritorio, basada en un cocodrilo de arte popular que Pedro diseñó”, explicó Bauti. El artista también ha diseñado mascadas y corbatas.

–¿Qué piensa usted del diseño en México?

–Los años 40 del siglo pasado fueron como una edad de oro en el diseño mexicano, con Clara Porset y Luis Barragán. Fue una época clásica para el país que ahora experimenta un gran resurgimiento.

Foto
Pedro Friedeberg con su obra Euclides el perro, que a lo mejor no es un can, sino un animal mítico que carga con el peso de la geometría y la sabiduría, explica a La JornadaFoto María Meléndrez Parada

El mismo menjurje

–¿Se ha movido dentro del diseño también?

–Hoy arte, diseño, es todo el mismo menjurje. Por lo menos el diseño tiene una utilidad. Llámese arte abstracto, o estúpido, de unos cuadros de seis metros por 18, que no servían para nada más que colgarlos. Luego, pasaban de moda a los cinco años y se les caía la pintura. El diseño tiene algo más noble porque es funcional, se supone. Y educa un poco a las personas a tener objetos más bonitos en su casa, bellos y a la vez utilitarios.

–Esto es un punto clave, educar a las personas para tener gusto.

–El buen gusto es una enfermedad, como el mal gusto. Qué es el buen gusto, pues aquél cambia cada cinco meses o 15 años. Lo que hoy se considera bonito era feo hace 30 años, y volverá a ser feo dentro de dos décadas, a lo mejor.

“Muy pocas cosas son perpetuamente bellas, útiles o sublimes. Para mí en Italia y México es donde más se producen cosas que duran muchos siglos y que siempre son bellas o útiles o de buen gusto, aunque odio esta expresión.

–¿Alguna vez colocaron su obra dentro del mal gusto?

–Sí, había una galería en San Francisco, de nombre Bad Taste, que tenía muchas cosas mías. Fue hace como 40 años, cuando no estaba de moda el kitsch, ya que era considerado una enfermedad nociva. Ahora el kitsch es muy aceptado como una forma de arte.

–Se ha dicho que a usted ya se le acabó la creatividad, que sólo repite lo ya hecho.

–¿Esto dicen de mí? ¿Las malas lenguas o las buenas? No entiendo qué tiene de malo. Por ejemplo, Miró pintó el mismo tipo de cuadro durante 40 o 50 años. También hay el tipo de artista que quiere hacer algo nuevo todos los días, pero debería de haber un eje. Como que tienes que tener un estilo, una manera de pensar. Un día no eres vegetariano, al siguiente caníbal y al tercero te pones en huelga de hambre. Hay que comer todos los días fideo seco. Hay que tomar champaña, que es lo que a mí me gusta. No voy a cambiar de repente a tomar una cosa que no conozca, que no me gusta.

–¿A qué horas toma champaña?

–Como a las seis de la tarde.