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Morir en Topo Chico

El primero dirigía una banda de secuestradores en la zona metropolitana de Monterrey

La disputa por el control del penal entre El Credo y El Z-27 originó la carnicería

El segundo trabajaba para Los Zetas en dos municipios de Tamaulipas y uno de Nuevo León

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Reclusos lanzan gritos desde una ventana del penal de Topo Chico después del enfrentamiento que estalló cerca de la medianoche del jueves en Monterrey, Nuevo LeónFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2016, p. 4

Monterrey, NL.

Jesús Iván Hernández Cantú, El Credo, y Juan Pedro Saldívar Farías, El Z-27, ambos integrantes del cártel de Los Zetas, encabezaron a los grupos de internos que se enfrentaron en el penal de Topo Chico, de acuerdo con el informe oficial.

Según reportes del gobierno estatal, El Credo comandaba una banda de secuestradores y homicidas que operaba en la zona metropolitana de Monterrey.

En noviembre de 2012, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Nuevo León informó de la detención de 24 integrantes de una banda liderada por Hernández Cantú, a la cual atribuyeron 48 asesinatos y dos plagios.

El entonces vocero de Seguridad del gobierno estatal, Jorge Domene, señaló que los detenidos (entre ellos cinco mujeres y dos menores) se dedicaban a secuestrar y ejecutar a miembros de grupos rivales en Monterrey.

En tanto, Juan Pedro Saldívar Farías, El Z-27, y su hermano Juan Manuel, El Z-31, eran encargados de plaza para Los Zetas en los municipios de Nueva Ciudad Guerrero y Camargo, Tamaulipas, y Cerralvo y Vallecillo, Nuevo León.

A los hermanos se atribuye la muerte del turista estadunidense David Michel Hartley, a quien dispararon cuando practicaba la pesca en la presa Falcón, de Nueva Ciudad Guerrero, junto a su esposa, en septiembre de 2010, así como el ataque contra agentes estadunidenses de la oficina de aduanas e inmigración (ICE por sus siglas en inglés) en febrero de 2011, en el estado de San Luis Potosí.

El Z-27 llegó a la cárcel de Topo Chico apenas hace dos meses, después de ser trasladado de una prisión de Tamaulipas.

De acuerdo con las autoridades, pretendía arrebatar el control del penal a El Credo.