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Entre inseguridad, falta de servicios y promesas viven en el Chiquihuite

No hay patrulla ni transporte público que llegue a la cima, señalan habitantes

En San Juan y Guadalupe Ticomán los colonos manifiestan tener arraigo al barrio

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Son seis camiones los que proporcionan el servicio, pero están en tan mal estado que en el transcurso del día algunos dejan de funcionar y nos quedamos con tres, señalaron pobladoresFoto Rocío González Alvarado
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En el caserío asentado en las faldas del Cerro del Chiquihuite no hay patrulla ni transporte público que llegue hasta la cimaFoto Rocío González Alvarado
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de febrero de 2016, p. 37

En el cerro del Chiquihuite, en los límites del estado de México y la delegación Gustavo A. Madero, los habitantes de la colonia San Juan y Guadalupe Ticomán padecen por igual la falta de servicios urbanos y la imparable inseguridad.

En el caserío que se despliega en las faldas del cerro, no hay patrulla ni transporte público que llegue hasta la cima. En la parte alta desvalijan los carros que traen de otras partes y es considerado uno de los puntos rojos de venta de droga, cuentan los colonos.

En la confluencia de las calles San Juan y Acueducto, entrada principal a la colonia, todos los días, desde muy temprano, los vecinos se arremolinan en la base de las unidades de RTP, único servicio de transporte público que llega a la zona.

La mayoría son adultos mayores, estudiantes o beneficiarios de algún programa social, que van a la estación Potrero del Metro de manera gratuita. Son seis camiones los que proporcionan el servicio, pero están en tan mal estado que en el transcurso del día dejan de funcionar algunos y nos quedamos con tres. En las subidas, hay gente que se tiene que bajar para que puedan pasar el tope, relató el señor Clemente Cruz.

Han solicitado que les renueven las unidades y que amplíen a diez el parque vehicular, pero lejos de lograrlo, ya hubo en una ocasión en que se intentó clausurar la ruta.

No es la única petición sin atender. En 2014 solicitaron a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local instalar cámaras de videovigilancia en los puntos más conflictivos. La dependencia capitalina se comprometió desde entonces a instalar tres, pero de esa promesa sólo conservan el mapa donde serían ubicadas, porque el equipo jamás llegó.

La situación económica de los habitantes, la mayoría de escasos ingresos, que con picos y pala abrieron sus calles y levantaron sus casas, no es un factor que detenga a los delincuentes. Se llevan los tanques de gas o pedazos de la tubería. Te encuentras con la fuga de agua porque se llevaron el tubo de cobre. Ya no es dinero lo que roban, es lo que encuentran, señalaron los vecinos.

La falta de alumbrado público y las calles en mal estado son otros problemas que enfrentan los pobladores, quienes a pesar de la situación en que viven tienen arraigo al barrio. Tengo 52 años de vivir aquí; me tocó abrir calles y acarrear el material desde el otro lado de las vías, por eso digo, ni loca me voy a otro lado, con tanto trabajo que nos costó levantar esto, expresó una vecina que pidió omitir su nombre.