Sociedad y Justicia
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Sufren aislamiento, terapia poco clara con electrochoques e incluso ataduras

En pésimas condiciones, pacientes del Hospital Psiquiátrico de Mérida

El inmueble no ha recibido mantenimiento por 30 años

La violación de los derechos de los internos de esas clínicas es la constante, revela secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental

 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de febrero de 2016, p. 39

La violación a los derechos de pacientes siquiátricos persiste en el país. La mayoría son mantenidos en aislamiento; algunos son amarrados y se les aplican electrochoques con criterios clínicos poco claros, y a otros no se les brinda atención médica continua. Esto y las pésimas condiciones de vida que llevan los internos es lo de siempre que no se resuelve, a pesar de las denuncias y recomendaciones de organismos de derechos humanos, afirmó Virginia González Torres, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental (CNSM). Ahora se agrega la batalla que la funcionaria libra en Yucatán por la situación que viven los pacientes del Hospital Psiquiátrico de Mérida.

En los pabellones donde se encuentran los internos no hay ventiladores para mitigar el calor o éstos no funcionan. Las ventanas carecen de cristales o protección para evitar la entrada de lluvia y mosquitos, sobre todo del Aedes aegypti, transmisor de los virus de dengue, chikungunya y zika, lo que también pone en riesgo a los trabajadores.

Un boquete en la pared

González Torres comentó que de noviembre de 2015 a enero de 2016 el CNSM ha realizado 15 visitas de inspección esta clínica. Señaló que el año pasado se asignaron a esa unidad siquiátrica 7 millones 800 mil pesos, que deberían haberse invertido en mejorar las condiciones físicas del inmueble, principalmente para proteger a las personas que se encuentran ahí, y comprar equipos de ventilación y mosquiteros, lo cual no ocurrió.

Expresó que hay algunos avances, pero son insuficientes. Recordó que en octubre pasado llegó al nosocomio y en uno de los pabellones, que carecía de ventanas: ella abrió un boquete en la pared para que entrara el aire. En una siguiente visita encontró el agujero tapado con tablas.

Las autoridades de salud del estado han señalado que atenderán las deficiencias, pero aclaran que no es fácil, luego de 30 años de no dar mantenimiento a las instalaciones.

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El año pasado se asignaron 7 millones 800 mil pesos al nosocomio, pero no fueron utilizados para realizar las mejoras necesariasFoto La Jornada
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Ventanas sin cristales ni mosquiteros ponen en riesgo a pacientes y trabajadores del lugarFoto La Jornada

El CNSM ha revisado 11 hospitales siquiátricos en 10 estados. Además del de Yucatán, existen focos rojos en los ubicados en las ciudades de México (que depende de la Secretaría de Salud federal), Oaxaca, Puebla y Durango, y en los de Tuxtla Gutiérrez, Guadalajara, Chihuahua, Ciudad Juárez, Villahermosa y Orizaba.

Un reporte del CNSM señala que las irregularidades son comunes. Destaca que la mayoría de los usuarios pasan los días encerrados en los pabellones o en patios. La comida es de mala calidad, se sirve en cualquier traste y en ocasiones sin cubiertos.

La mayoría de los hospitales tiene cuartos de aislamiento, a pesar de estar prohibidos por las leyes internacionales y en la Norma Oficial Mexicana 025, relativa a la prestación de servicios de salud siquiátrica.

Además, persiste la práctica de amarrar a los pacientes, el uso de uniformes con la etiqueta usuario y se estima que una cuarta parte están descalzos. Asimismo, el CNSM identificó que no hay continuidad en la atención médica, pues algunos expedientes carecen de notas actualizadas al último mes y faltan medicinas.

Estas condiciones son violatorias de los derechos de los pacientes e incumplen los lineamientos del Modelo Miguel Hidalgo de atención siquiátrica del CNSM. Sólo opera en unidades del estado de México, para promover la reincoporación social de los pacientes. Incluye casas de medio camino que dan autonomía a los pacientes, quienes participan en talleres y salen a la comunidad, entre otras actividades.

Por el contrario, el CNSM ha señalado que en los pabellones de Yucatán los sanitarios y regaderas no tienen separación alguna, lo que además de la falta de privacidad pone en riesgo a los pacientes por el agua que salpica y vuelve resbaladizo el piso.

Además, se detectó que los trabajadores controlan el flujo de agua de las regaderas, que sólo sale fría. Lo mismo ocurre en los sanitarios, por lo que la mayor parte del día permanecen sucios.