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Penultimátum

¿Volverá el macartismo?

A

hora que se realizan las precampañas para nominar a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, cabe recordar la época oscura que, a partir de 1947, cubrió una década que acabó con la vida y la carrera de muchos líderes sindicales, profesionistas, intelectuales y un grupo selecto del cine estadunidense. Su figura principal fue el senador Joseph McCarthy.

El temor a que retorne la intolerancia crece ante la posibilidad de que el candidato elegido por los republicanos sea Donald Trump y ocupe después la Casa Blanca. El millonario no esconde sus posturas ideológicas extremas: defensor de la industria de las armas y de su portación sin restricciones por la población; enemigo del aborto y del matrimonio entre homosexuales; de la ley de salud que logró aprobar Obama y opositor a todo lo relacionado con los derechos civiles y la regularización de los migrantes indocumentados. Lo mejor para su país, afirma, es sellar con un muro la frontera con México. Y además, no dejar entrar a su país a los árabes y musulmanes, pues son terroristas. Defiende la tortura como método para interrogar y es un misógino consumado.

Una película, Trumbo (protagonizada por el actor Bryan Cranston), que ahora se puede ver en México, muestra una de las facetas del macartismo. Dalton Trumbo fue de los mejores guionistas de Hollywood. Miembro del Partido Comunista y defensor de los derechos sindicales, en octubre de 1947 comparece ante el Comité de Actividades Anti-norteamericanas de la Cámara de Representantes. Lo preside, entre otros, Richard Nixon. El comité hace perfecta sintonía con Edgar Hoover, creador de la FBI y mano ejecutora de la caza de brujas. Cualquiera puede ser acusado de espía, simpatizar con las ideas liberales o defender los derechos civiles.

Trumbo formó parte de los 10 malditos de Hollywood que se negaron a declarar ante dicho comité. Fue condenado y liberado luego de pasar 11 meses en la cárcel. Se exilió en México. Él y otros más trabajaron en la sombra, firmando sus guiones con seudónimo. Humphrey Bogart encabezó a quienes se opusieron a esa caza de brujas que obligó a salir de Estados Unidos a Jules Dassin, Robert Rossen y Charles Chaplin.

El macartismo tuvo su gran caja de resonancia en los medios. En Trumbo Helen Mirren interpreta a Louella Parson. Desde su muy leída columna de chismes sobre la industria del cine alentó la persecución contra los izquierdistas de esa época. Parson gozó de enorme poder mediático gracias al apoyo de su amigo, el siniestro magnate de la comunicación William Randolph Hearst.

Pese a tantos años ostracismo y persecución, finalmente Dalton Trumbo recibió en vida merecido reconocimiento como escritor, guionista y director de cine. A quienes lo persiguieron, la historia los puso ya en su lugar.