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Definirán también el futuro político de la precandidata Clinton

Latinos pueden cambiar resultado electoral en EU

Hoy, primarias en Nevada, estado de población diversa

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Bernie Sanders, precandidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, durante un foro convocado por la televisora de habla hispana TelemundoFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 20 de febrero de 2016, p. 16

Nueva York.

Los latinos pueden cambiar todo en esta elección presidencial y están por determinar si la gran jugada política de la reina del Partido Demócrata acaba en su derrocamiento ante un insurgente no invitado a la corte o si son los que le salvan el trono.

En esta elección participará el electorado más demográficamente diverso en la historia de Estados Unidos, y los latinos son el bloque de mayor crecimiento de este país. Pero las primarias no son elecciones nacionales, sino estatales. Por tanto, el poder relativo del voto latino depende del estado de cada concurso –la contienda está justo por entrar en su territorio, empezando hoy en Nevada.

El sufragio latino y el afroestadunidense no juegan un papel determinante para los precandidatos republicanos en esta etapa electoral, en la cual los concursos son internos para la selección de los candidatos presidenciales de cada partido.

La base republicana es abrumadoramente blanca, excepto, recientemente, el sector cubanoestadunidense (no sorprende que dos precandidatos republicanos –únicos latinos en la contienda– sean cubanoestadunidenses). A escala nacional, los latinos representan sólo 20 por ciento del electorado republicano.

Sector clave para demócratas

Pero para los demócratas es una base cada vez más clave, sobre todo en los estados donde representan un alto porcentaje del voto demócrata, como el caso de Nevada. Y hasta hace poco Clinton apostaba que contaba con el monopolio del sufragio latino y afroestadunidense ante su contrincante, el senador Bernie Sanders.

Nevada es la primera prueba de esta apuesta. Las indicaciones son que Clinton ya no puede confiar en que controla el voto latino ahí. Si ello no fuera suficiente, el fenómeno que ocurre en Nevada está empezando a contagiar a otros estados con bases electorales latinas, algo que provoca alarma en el equipo de Clinton, que hasta hace poco calculaba que ese sufragio, junto con el afroestadunidense, era su muro de contención contra cualquier desafío a su reinado.

Antonio González, líder latino veterano y presidente del Proyecto de Empadronamiento y Educación del Votante del Suroeste, una de las principales organizaciones latinas de gestión electoral en el país, señala que ahora ambos partidos llegan a una parte del proceso electoral en la que enfrentan concursos en los que los latinos tienen un papel clave: Nevada, donde 16 por ciento del electorado empadronado es latino, seguido por Texas, donde los latinos forman 24 por ciento del electorado; Florida, donde son 18 por ciento, y Arizona, donde son 25 por ciento. Como porcentaje de las bases demócratas en cada uno de esos estados, representan aproximadamente el doble de estas cifras.

Los votos latinos en éstas y otras entidades son suficientemente grandes para ser factor determinante que entregue una elección a un candidato y aun si se divide entre aspirantes obliga a todos a abordar temas de importancia para ese sector, comenta en entrevista con La Jornada. Esos asuntos incluyen empleo, salario mínimo, migración, Cuba y salud, entre otros.

El sufragio latino republicano será atraído más por Marco Rubio y Jeb Bush. El primero porque parte de su carrera política se ha basado en su identidad cubanoestadunidense y latina, y el segundo porque está casado con una mexicana y habla español. Cruz, afirma González, nunca se ha identificado como latino en su carrera política, y, por tanto, no cuenta con esa resonancia de los otros.

En la contienda interna demócrata, para los latinos Clinton llega ya como figura muy conocida “y la marca Clinton es muy buena entre ellos. Recuerdan la presidencia de Bill Clinton de manera positiva –a pesar de la promoción de leyes anticrimen que afectaron negativamente a las minorías, reformas de migración dañinas, la promulgación de la Ley Helms-Burton y otras cosas que tuvieron consecuencias adversas para ese sector–, porque la economía estaba en auge”.

Pero ahora el mensaje de Sanders está resonando entre ese sector, a pesar de que el mensajero no era conocido entre los latinos. Éstos representan 30 por ciento del voto demócrata en Nevada y 10 por ciento es afroestadunidense. Ahora, los indicios son que en el concurso demócrata en Nevada, Clinton y Sanders están empatados después de que Clinton gozaba de una ventaja de hasta 25 puntos hace un mes. No puedes llegar a un empate sin que suceda un giro entre el voto latino y afroestadunidense hacia Sanders, afirmó.

Subraya que el giro es generacional, con los jóvenes latinos favoreciendo a Sanders y los padres de éstos a la que más conocen: Clinton.

El factor Sanders

Pero también tiene que ver con que el mensaje de Sanders, enfocado en la desigualdad económica, el control y la corrupción del sistema por el uno por ciento más rico y la defensa de los trabajadores y sus derechos tiene ecos que resuenan de manera particular con los latinos. Es un mensaje de clase, algo que es más entendible entre latinos que en otros sectores estadunidenses. González expresa que un tercio de votantes latinos son ciudadanos naturalizados y otro 20 por ciento son hijos de migrantes latinoamericanos. En América Latina hay mayor consciencia de clase y la pugna política gira en torno de ello, subraya. Por tanto, no es un comunicado ajeno para amplias partes de esa comunidad.

Por el momento la marca Clinton y sus relaciones con las cúpulas latinas la benefician. Pero Sanders está fomentando un giro entre latinos jóvenes y progresistas, y todo indica que entre los latinos esta contienda se está cerrando cada vez más, comentó.

No es cualquier contienda, sino potencialmente la elección más clave para las instituciones políticas estadunidenses en más de una generación, apuntó González. Indicó que “las instituciones políticas –incluyendo los partidos– no están sincronizadas con las preocupaciones e intereses de los electores”, y que el público está harto de una economía anémica, de las aventuras de política exterior, y la concentración del poder y la riqueza. Por tanto, el duopolio controlado por el gran dinero enfrenta su primera gran prueba ante los candidatos insurgentes en esta elección.