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Seminario en Tijuana para analizar defensa de los derechos humanos

En México se avanza en las leyes, pero su aplicación se ha estancado: Colef
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Periódico La Jornada
Viernes 4 de marzo de 2016, p. 9

Tijuana, BC.

En una sociedad civilizada no debería haber tensión entre migración y derechos humanos. Desafortunadamente, en la nuestra, existe. El planteamiento fue hecho por Tonatiuh Guillén, presidente de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), quien inauguró ayer el seminario Marco normativo, política migratoria y derechos humanos en México, que reúne a académicos y defensores de los derechos humanos.

En la primera mesa de trabajo del encuentro, expertos de instancias como el Instituto para las Mujeres en la Migración y el Centro de Análisis e Investigación Fundar, coincidieron en que si bien en la pasada década se ha actualizado la legislación mexicana en temas de migración, aún hay enormes brechas entre el papel y la realidad: se ha despenalizado la migración indocumentada, pero la norma es detener y deportar a los migrantes que no portan documentos la ley dice que el Estado tutela a los migrantes, pero hay funcionarios que los extorsionan en complicidad con el crimen organizado.

Este contraste pide a gritos civilizar este proceso, entre lo que ocurre en el terreno y lo que está en el papel, dijo Carlos Heredia, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, quien repasó las leyes creadas o modificadas a partir de 2008: la ley contra la trata, la de migración y su reglamento, la ley sobre el refugio y la General de Población.

En la segunda mesa, los expertos de instituciones como el Colef, El Colegio de México y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, plantearon algunas ideas que explican el por qué de la distancias y las contradicciones entre la ley y su puesta en marcha. María Dolores París Pombo, coordinadora del seminario, mencionó los resultados de un estudio que acaba de concluir, que mostró que parte de la explicación de esta brecha está en que en México los derechos no tienen precio. Cuando los legisladores aprueban leyes, no les ponen presupuesto y sin recursos la puesta en marcha de la legislación es imposible.

Afirmó que pese a los cambios legislativos, en realidad el mayor que se ha observado en las políticas migratorias en la década reciente es una transformación de lenguaje. Así, por ejemplo, en sus comunicados, el Instituto Nacional de Migración dejó de hablar de detenciones de migrantes y ahora dice que los rescata.

Otros de los factores que explican las contradicciones son la hiperplaneación que nunca se aplica y las inercias institucionales. Independientemente de los tratados, de los compromisos, lo que sirve son las inercias, dijo.

Fabienne Venet, directora general del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, mencionó que una de las cosas que se debe hacer para empezar a cambiar el panorama es poner en marcha lo que existe: los derechos reconocidos en la Constitución y tratados internacionales.