Mundo
Ver día anteriorDomingo 6 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La excarcelación del líder allana el camino para construir un Estado autónomo

Claman miles por la independencia del País Vasco durante un homenaje a Arnaldo Otegi

No vamos a dejar de luchar nunca por la libertad y los derechos, expresa el dirigente

Foto
El independentismo ya demostró que no es corrupto, aseveró Ortegi en su discursoFoto Ap
Foto
Con banderas vascas, de Navarra y Cataluña, miles de personas se concentraron ayer en el velódromo de Anoeta para externar su apoyo a Arnaldo Otegi, líder de la izquierda abertzaleFoto Ap
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 6 de marzo de 2016, p. 18

San Sebastián.

Arnaldo Otegi, líder independentista vasco, recibió ayer un multitudinario homenaje en el velódromo de Anoeta de esta ciudad luego de haber sido excarcelado el pasado martes tras cumplir una condena de seis años y medio. Más de 15 mil personas se congregaron aquí para reclamar, junto con Otegi, un avance hacia la independencia del País Vasco. La izquierda abertzale (patriota) recuperó a su dirigente natural, lo cual allana el camino para construir un Estado vasco independiente.

Otegi fue encarcelado bajo el cargo de pertenecer a una banda armada y abandonó la prisión de La Rioja el martes pasado. Está claro que él encabezará nuevamente a la izquierda separatista vasca, que se encuentra en un momento delicado tras haber sufrido importantes retrocesos en las elecciones municipales de mayo pasado, en las cuales perdió gran parte del poder institucional que logró cuatro años antes.

Arnaldo Otegi recibió numerosos homenajes y gestos de cariño. Primero en su pueblo natal, Elgoibar, donde llegó al salir de prisión, y ahora en San Sebastián. Con miles de ikurriñas (banderas vascas) y hasta una banda de música popular, que tocó el himno socialista de La Internacional, se hizo un llamado a la solidaridad de los pueblos.

Después de varias canciones e intervenciones de algunos dirigentes independentistas, Otegi pronunció un discurso.

Escocia y Cataluña nos han demostrado que es posible construir un Estado propio en Europa por medios democráticos y pacíficos, señaló. Explicó que también hay ejemplos de evolución en países de América Latina, como El Salvador o Uruguay, que han edificado alternativas populares para crear más igualdad y bienestar a los pueblos. Lo importante no son sólo los resultados electorales, sino que hay una marea de cambio en el país que pide construir desde la izquierda y desde la soberanía. Y ese es el objetivo por el que hemos luchado 40 años, indicó.

El líder también hizo autocrítica: Necesitamos entender que obtuvimos las mayores cuotas de poder institucional probablemente en el momento en que la gente, los sectores populares, se empezaba a alejar del poder institucional. Llevábamos 40 años diciendo que la lucha institucional era importante, pero que no era suficiente para avanzar. Reivindicó la gestión de su formación en pueblos, ciudadanos y diputaciones en años recientes: Ahora hay muchos que dicen que hay un problema de corrupción. El independentismo vasco de izquierdas ha gestionado 40 años estas instituciones importantes en el país, grandes alcaldías y diputaciones, y ha habido cero casos de corrupción. Nosotros no decimos que no somos corruptos. Nosotros ya hemos demostrado que no somos corruptos.

A juicio de Otegi, hizo falta hacer una lectura adecuada de la crisis económica y anteponer las nuevas prioridades de la gente a la estrategia diseñada previamente. Por eso hoy quiero decir que si queremos avanzar con la gente, no hace falta que construyamos una agenda para un pueblo. No. La ecuación es al revés. Necesitamos que sea el pueblo quien haga la agenda y que nosotros defendamos la agenda popular.

Otegi añadió que su lucha será por la independencia, pero también por la construcción de un Estado decente. En un fragmento del discurso que provocó más vítores y aplausos, subrayó: Los pueblos no sólo tenemos derecho a la autodeterminación, sino también a vivir en Estados decentes. Y un Estado decente es sencillamente aquel que es capaz de garantizar a todos los que viven y trabajan en él la satisfacción de sus necesidades básicas. No es un Estado decente aquel que permite que las mujeres ganen 30 por ciento menos por hacer el mismo trabajo que los hombres. No es un Estado decente aquel que permite que las mujeres vivan con más miedo y con menos derechos. No es un Estado decente aquel que desaloja a los pobres y a los trabajadores de sus casas, aquel que no garantiza una renta básica, aquel que no cuida la tierra entendiendo que la tierra no es algo que es de nuestra propiedad, sino un legado para las futuras generaciones. No es un Estado decente aquel que no es capaz de garantizar la salud y la educación para todos.

Remató su discurso con una nítida advertencia: Nosotros somos militantes políticos que luchamos por la libertad de nuestro país y por los derechos de las mujeres, los trabajadores y las clases populares. No vamos a dejar de hacerlo nunca por muchas cárceles, guardias civiles y audiencias nacionales que nos pongan adelante. Nosotros nunca hemos luchado contra el pueblo español. Hemos combatido contra el Estado español, contra sus elites financieras, políticas, económicas y mediáticas. Ese es el enemigo a vencer, no los trabajadores españoles. Lo que nos une a ellos es la pertenencia a una misma clase social. Vamos por la independencia.

Durante el acto también se leyeron los mensajes de Gerry Adams, dirigente del Sinn Fein, quien señaló que mucho han cambiado las cosas en estos seis años y medio desde que fuiste encarcelado injustamente. Durante este tiempo has seguido desempeñando un papel positivo y constructivo en el desarrollo del proceso de paz y en la forma en que ha respondido el pueblo vasco a la oportunidad que ofrece este proceso. Quiero felicitarte por tu liderazgo, valor y determinación ante la intransigencia del gobierno español. Así como del ex presidente de Sudáfrica, Kgalema Motlanthe, quien advirtió que la libertad de Arnaldo Otegi debe contribuir no sólo a establecer los necesarios puentes para la paz, sino para consolidar un proceso irreversible por el que se responda a la demanda vasca de independencia de más de medio siglo.