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Pide analizar la situación de más comunitarios presos

Con mi libertad, la lucha no termina, empieza: Nestora
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 6 de marzo de 2016, p. 6

Nestora Salgado cuenta las 144 horas marcadas como plazo para determinar su libertad. La comandanta de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) en Olinalá está ansiosa e ilusionada: Me imagino lo emocionante que será ver a toda mi gente fuera esperándome: a mis policías comunitarios, a los que me han apoyado, la gente que me conoce, mi familia. Será lindo. Eso ha estado en mis sueños, en mis planes, en todas las ilusiones que tengo.

Nerviosa, la comandanta, que ha pasado 30 meses encarcelada, piensa en los primeros antojos por cumplir: Lo que más quiero es tomarme un pulque (risas). Mis antojos por cumplir son el tequila y el mezcal; la carne asada, la cecina, el mole de Guerrero, el pozole... Estoy feliz de poder probar mis comidas favoritas. Desde que llegué aquí, a Tepepan, me trajeron unos chilitos riquísimos, pero extraño todo, dice en entrevista con La Jornada desde su celda en el penal.

El sentimiento de alegría anticipada, sin embargo, desaparece al analizar lo que puede pasar. Y se le borra la sonrisa: Quisiera decir que me siento contenta, pero no es así. Me siento nerviosa, asustada, porque sé cómo juega el gobierno, cómo ha administrado la justicia conmigo. No ha habido justicia en mi caso. Todo este tiempo me di cuenta de cómo el gobierno es capaz de fabricar tantas cosas para encarcelar a alguien; no les interesa el daño que pueden hacer. Siento que están jugando conmigo emocionalmente. Y creo que no se vale.

El fiscal de Guerrero, Xavier Olea Peláez, declaró en Acapulco que si Nestora salía de la cárcel la próxima semana, podría ser recapturada porque tiene dos órdenes de aprehensión pendientes.

Añade: “Por si me llego a librar de una, tienen preparada otra orden de aprehensión. El chiste es que me quieren tener encarcelada. Lo que más me desilusiona es que lo haya dicho el fiscal, cuando su trabajo es haber demostrado por qué estoy aquí, pero no lo ha hecho, simplemente me encerró y ‘defiéndete si puedes’. Ellos deberían haberlo demostrado con pruebas. Nunca presentaron a sus víctimas. En 30 meses nunca me han presentado a una persona que, según ellos, yo secuestré o le hice daño. Yo jamás le hice daño a nadie. Mi conciencia está tranquila. Ellos lo saben. Soy inocente”.

Atención médica

Organizaciones no gubernamentales, encabezadas por la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, han exigido a Enrique Peña Nieto la libertad inmediata e incondicional de Nestora Salgado.

El viernes 4 de marzo empezaron a correr las 144 horas de plazo para que el juez resuelva, y Nestora dice que casi inmediatamente después de ser liberada viajará a Estados Unidos, para recibir atención médica que necesita con urgencia.

–¿Por qué se irá a Estados Unidos?

–Estaba pensando quedarme, pero he estado sufriendo mucho con mis dolores. Tengo que ir a Estados Unidos por mi salud; quiero evitar una cirugía que me proponen hacerme en México. Mi médula está muy lastimada y tengo mucho miedo, prefiero tener otras valoraciones. Necesito rehabilitación, caminar, actividad. Aquí he estado muy estresada, eso me ocasiona nervios y me pongo tensa, algo que me provoca mucho daño.

–¿Se va usted sólo por razones médicas?

–Solamente; quienes piensan que me voy huyendo, se equivocan. No tengo por qué huir. Jamás huiría de México. Primeramente, no he hecho nada como para que tenga que huir. Tengo mi familia en Estados Unidos; obviamente, tengo que ir para allá, donde están mis hijas. Allá dejé una vida y tengo que volver. A pesar de que estaba en Olinalá, siempre tuve una vida en Estados Unidos, que también considero mi casa. He demostrado con documentos que sí estoy mal de salud y que si voy es por esa razón. No me pienso ir tanto tiempo; es un chequeo y sé que el ejercicio y la actividad me van a ayudar mucho a reponerme rápido. No salgo huyendo de México; al contrario, amo a México, amo mi tierra, a mi gente. Soy mexicana. Voy a volver cuanto antes. Estoy segura de que mi estado de salud va a cambiar. El sentirme rodeada de mi gente querida me aliviará de todos los males.

–¿Cuándo planea volver?

–Pronto. No será un viaje eterno. Sigo siendo policía comunitaria allí donde esté. No sé de qué manera vamos a seguir en esta lucha. Lo importante es que Olinalá esté seguro y que nuestros pueblos estén seguros, que no nos sigan matando gente. Allí estaremos.

–¿Su partida a Estados Unidos obedece a un acuerdo con el gobierno?

–No, para nada. No me pueden desterrar por algo que no hice. Yo me podría quedar los días que quisiera, pero tengo también en Estados Unidos mucha gente que quiere verme libre, quieren que llegue allá, porque también es considerado mi país.

–¿Y con el gobierno ha sostenido alguna reunión para su liberación?

–No son cuestiones de que me estén exigiendo. No he tenido ninguna plática con el gobierno, que no inventen. No tengo por qué pedirle perdón al gobierno ni nada. Yo solamente estoy pidiendo justicia. No, señores, al contrario, quien fue lastimada fui yo.

–¿Tampoco se va por miedo de que la vuelvan a detener con las dos órdenes que dicen hay en su contra?

–No tengo miedo de que me vuelvan a detener. Cuento con toda mi gente; no lo va a permitir. Confío en mi gente. No me han dejado sola. Cuando esté afuera y me quieran detener, no creo que la gente lo permita. A menos que no me dejen salir definitivamente del penal.

Foto
La policía comunitaria va a seguir y yo, su comandanta, aseguró Nestora Salgado en entrevista para La JornadaFoto Carlos Ramos Mamahua

Presos políticos

Nestora no ha podido dormir bien esperando el momento de su liberación, pero advierte: Con mi liberación, la lucha no termina, la lucha apenas empieza.

–¿Por qué?

–Porque son más compañeros los que están presos. Quisiera que el gobernador analice la situación de ellos, que seamos reconocidos. Los policías comunitarios luchamos por un bien, para dar seguridad y apoyar al gobierno, que no nos estaba dando la seguridad.

–Su liberación puede ser un referente para otros presos políticos.

–Mi libertad es un triunfo. Soy mujer de ideales, me debo a la gente de México. Nuestra lucha debe seguir. Somos muchos los presos políticos. Luego de mi liberación, le pido al gobierno la libertad de mis compañeros: Gonzalo Molina, Arturo Campos y Samuel, un muchachito que no debería estar preso tampoco... y muchos compañeros más encerrados por algo que no hicieron, al igual que yo. Le pedimos también al gobierno de Guerrero que rectifique. Exigimos la libertad inmediata de mis compañeros”.

Añade: Quiero luchar por todos los que han luchado por mí, para que todos seamos dignos de levantar la cara, por un México diferente. Soy la palabra de los que no tienen voz. Soy el rostro de los que han dejado sin rostro.

–Dicen que lo que no te mata te fortalece. ¿Sale fortalecida de la cárcel?

–(Risas) La cárcel ha sido para mí una escuela. Forjaron mis nervios, mi carácter. Tengo la seguridad de lo que quiero hacer y para dónde quiero caminar. Mi encarcelamiento me ha servido para rectificar mis pensamientos, mis ideales, mi lucha. La cárcel no me derrotó, al contrario, me fortaleció.

Sin rencores

Nestora va desmontando durante la entrevista cada uno de los delitos de supuesto secuestro, que dice, le fabricaron: Me siento mareada con toda esta porquería que me han hecho. Es un juego para volverse loca. Se me hace tan injusto que me hagan pasar tantos meses encerrada por algo que ellos saben que no hice, y si hubo un arresto fue con toda la normativa de la justicia comunitaria, y yo soy miembro (de ésta). El sistema de justicia comunitario es claro con la ley 701 y estoy reconocida por ese sistema y por la policía de la CRAC. El sistema de justicia comunitario significa reducación. Y reducación no significa secuestro. Si alguien estuvo en el sistema de reducación fue por un motivo, y yo tengo las pruebas de por qué estuvieron allí, pero no secuestradas.

–La señora Isabel Miranda de Wallace ha sido su enemiga...

–No tengo enemigos. Solamente es gente que es usada por el gobierno. Para mí no son enemigos, porque yo nunca les he hecho nada.

–¿Siente algún tipo de rencor contra quienes le hicieron daño?

–No, para nada, Dios me ha bendecido tanto y me ha dado tanta fortaleza que no he podido guardar rencor ni odio. Al contrario, Dios me ha llenado de dicha y felicidad con algo tan hermoso, que se lo debo a los pueblos, a la gente que me ha apoyado y ha creído en mí. Es algo que se formó en mí y tengo que darles mucho amor.

–En una recomendación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reconoce las violaciones a sus derechos, pero también los de los detenidos por la policía comunitaria:

–La CNDH ha hecho una recomendación muy equivocada porque no dice lo que ocurrió, se dejaron llevar por mentiras, se dejaron engañar. No hicieron una investigación adecuada. Tengo mucho que decir acerca de eso. Estoy muy molesta con esa recomendación. No se vale criminalizar a los inocentes y dar apoyo a los criminales; son personas que han robado, matado y han sido cómplices de asesinatos, violaciones a niños inocentes. A esa gente la está protegiendo la CNDH. Es injusto. ¿Dónde están los derechos de esos niños que violaron, de los que asesinaron, de las familias víctimas? ¿Por qué están protegiendo a delincuentes? A esos que utilizó el gobierno para encerrarme. Me han hecho un daño tremendo, no solamente a mí, a mis hijas, mis hermanas, mi familia.

Daño irreparable

–¿Cómo se repara el daño que le han ocasionado?

–¿Existe una forma de repararlo? Los momentos amargos que he pasado, las lágrimas que han derramado mis hijas y mis hermanas, ¿hay forma de pagarlos? No la hay. No hay dinero alguno que repare el daño que nos han hecho.

–¿Ha pensado demandar al Estado mexicano por mantenerla en prisión siendo inocente?

–No sé qué va a pasar, eso lo tendrían que analizar mis abogados. Si se puede, por qué no. No es justo lo que me han hecho. Estoy ansiosa por abrazar a mi gente, por sentir el aire de la libertad, que dejo el peso que estoy cargando de lo que me fabricaron, de lo que me inventaron. Pero al poner un paso afuera me sentiré libre de todo.

–¿Continuará siendo la comandanta?

–Mientras mi gente no me quite el grado, mientras no me bajen a tropa, yo sigo siendo comandanta. Mi gente me ha esperado, quiero abrazarlos. Me llena de emoción volver a ver a los comunitarios, a mi raza. La policía comunitaria va a seguir y yo, su comandanta”.