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México SA

Credibilidad en fuga

Realidad vs. discurso

Economía desinflada

¿C

ómo marcha la economía del país y cómo se vislumbra el futuro nacional? Es la pregunta cotidiana de millones de mexicanos, y la respuesta que obtienen (cuando la obtienen) depende del funcionario que tome el micrófono, pues el tono del mensaje dependerá del establo al que pertenece.

Por ejemplo, si tal aditamento es utilizado por el ministro del (d) año o alguno de sus acólitos, la respuesta es que México es la envidia de la comunidad de naciones, marcha de maravilla, pues sigue creciendo y su futuro es más que prometedor, porque las reformas estructurales continuarán mostrando sus resultados y el gobierno peñanietista está comprometido con la estabilidad macroeconómica, sustentada en su disciplina fiscal y en el cumplimiento de la trayectoria de consolidación anunciada en 2013.

En los hechos ese majestuoso crecimiento a duras penas promedió 1.9 por ciento anual en la primera mitad del actual inquilino de Los Pinos, los resultados de las reformas estructurales brillan por su ausencia y la cacareadísima estabilidad macroeconómica no da de comer a los mexicanos ni presagia un futuro prometedor.

Si, en cambio, los declarantes pertenecen al establo de Pedro Joaquín Coldwell (algunos dicen que trabaja de secretario de Energía, aunque Hacienda desmiente esa versión todos los días), entonces la respuesta es que México y sus habitantes viven en el paraíso, a pesar de los recortes presupuestales (dos en tres años de la actual administración, que suman más de 256 mil millones y que se han ensañado con las supuestas empresas del Estado, sus áreas productivas y de inversión).

Eso y más, pues el quintanarroense asegura que el desplome de los petroprecios no afectará la mayoría de las inversiones en el sector energético, porque los inversionistas privados cuentan con oportunidades en otras áreas del sector, como la generación y la construcción de redes de transmisión eléctrica, de gasoductos y oleoductos. Esta es una muy buena noticia (oficial, desde luego), porque todos los mexicanos pensaban que ha sido tal la caída del precio del barril de exportación que el misil pegó en la línea de flotación de las finanzas del Estado, y de allí los 256 mil millones de pesos en recorte presupuestal.

Y con la misma tonada se escucha el coro completo del gabinetazo: nos hacen los mandados los recortes presupuestales, nos da risa el desplome del ingreso petrolero, al raquítico comportamiento económico le llamamos avance, la voluminosa deuda pública es manejable, y en fin todo nos pela los dientes. Y todavía creen que los mexicanos les creen. ¡Felicidades!

Sin embargo, una institución académica más seria que el gabinetazo, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, tiene otra lectura de la realidad, y en su más reciente análisis advierte que con los primeros datos económicos de nuestro país para el año en curso se aprecia que la inercia negativa con la que cerró 2015 continúa presente en algunos sectores tales como el comercio exterior y el mercado laboral.

Detalla el CIEN: durante enero pasado, la balanza comercial mexicana exhibió un saldo deficitario por 3 mil 441 millones de dólares. Dicha cantidad aumentó 5.5 por ciento con respecto a lo que registró en el mismo mes de 2015 debido a que la caída anualizada de las exportaciones totales (-7.6 por ciento) fue mayor que la observada por el total de las importaciones (-6.2 por ciento). Y el motor exportador es uno de los pilares del plan gubernamental.

En materia de exportaciones, las cifras a la baja fueron resultado de la caída en términos anuales, tanto de la parte petrolera (-49 por ciento) como de la no petrolera (-4.1), cuyos componentes se ubicaron en terreno negativo, siendo las exportaciones extractivas las que presentaron el mayor retroceso (-16.1), seguidas de las agropecuarias (-5.4) y las manufactureras (-3.9), donde vale la pena resaltar que si bien las exportaciones automotrices exhibieron una variación positiva (1.8 por ciento) la magnitud de la misma resultó significativamente menor a la obtenida en enero de 2015 (15.3).

El comportamiento negativo de las exportaciones nacionales, subraya el citado centro de investigación, no depende únicamente de la caída de los precios del petróleo, el cual ha sido un factor de peso en el bajo desempeño de la parte petrolera; no obstante, la gran mayoría de las ventas al exterior se concentra en los bienes manufacturados, alrededor de 90 por ciento del total, de tal forma que la caída exhibida por este grupo de productos afectó significativamente el comercio exterior de nuestro país. Además, se debe considerar que poco más del 80 por ciento de las exportaciones nacionales se dirige a Estados Unidos, nación que recientemente ha mostrado resultados poco favorables en su producción industrial, actividad económica que es el principal receptor de bienes mexicanos. Lo anterior se vio reflejado en una caída en las exportaciones mexicanas hacia el mercado estadunidense de 2.7 por ciento comparado con las cifras de enero de 2015.

Por otro lado, durante el primer mes del presente año la tasa de desocupación fue de 4.2 por ciento, ligeramente inferior al 4.5 por ciento registrado en enero de 2015. Sin embargo, algunos estados del país que tienen una participación importante en la producción nacional, exhibieron niveles de desocupación más elevados. Entre dichas entidades se encuentran la Ciudad de México (5.6 por ciento), estado de México (4.9) y Jalisco (4.3).

En lo que respecta a la subocupación los resultados no fueron favorables. El número de personas que tiene la necesidad y disponibilidad de laborar más horas se incrementó, al pasar de 8.2 por ciento de la población ocupada en enero de 2015, a 8.4 por ciento durante el primer mes del año en curso.

De esta forma, concluye el CIEN, el comercio exterior de nuestro país se ha desacelerado limitando el desempeño de uno de los motores de crecimiento económico. En tanto persista la incertidumbre a nivel internacional resultará complicado observar una mejora significativa en el comercio exterior. Es por ello que el mercado interno debe fungir como contrapeso ante la coyuntura internacional, y para lograrlo es necesario en buena medida enriquecer las condiciones del mercado laboral generando empleos cuyas remuneraciones sean suficientes para impactar significativamente en la calidad de vida de las personas.

Las rebanadas del pastel

Sigue la mata dando: los fondos de pensión reportan la peor caída en 14 meses; sólo en febrero se desplomaron 15 mil millones de pesos.

Twitter: @cafevega