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Especialistas de UNAM, ENAH y de universidad londinense realizan investigación

Análisis del cabello permitirá entender el envejecimiento
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de marzo de 2016, p. 2

Hasta hoy pocos científicos se habían planteado interrogantes sobre: ¿por qué algunas personas tienen más pelo? ¿Por qué a otros se les despigmenta más? ¿Por qué muchas más se quedan calvas, son lacias o tienen rizos? Un grupo internacional de investigación demostró recientemente la importancia de estudiar los genes en esos aspectos.

El equipo, liderado por el University College London y en el que participan investigadores mexicanos de las facultades de Química y Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), descubrió el primer gen asociado al encanecimiento en humanos.

Se trata del IRF4, que está implicado en la regulación de la producción y almacenamiento de melanina, pigmento que determina el tono del cabello, la piel y los ojos. También lo está con la aparición de canas y podría tener potencial para futuras aplicaciones forenses y cosméticas.

En conferencia efectuada en el edificio Mario Molina de la Facultad de Química, investigadores universitarios señalaron que este gen puede ser importante para entender la biología del envejecimiento y la evolución de la especie humana.

Samuel Canizales, de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicada a la Salud de esa facultad; Jorge Gómez Valdés, del Departamento de Anatomía, de la Facultad de Medicina, y Víctor Acuña, de la ENAH, indicaron que este hallazgo puede acercar a los científicos a respuestas de procesos biológicos, genéticos, físicos y hasta medioambientales del envejecimiento, y con ello retardar complicaciones (sobre todo enfermedades) de esa etapa.

El descubrimiento del Consorcio para el Análisis de la Diversidad y Evolución de Latinoamérica (Candela) confirma que ese rasgo tiene un componente genético y no se debe sólo al medio ambiente.

Para llegar a esas conclusiones, el equipo obtuvo muestras de más de 6 mil voluntarios de cinco países de América Latina: Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, con diferente composición genética ancestral, para identificar genes asociados con encanecimiento, color, densidad y forma del cabello (lacio, rizado, crespo).

En México fueron más de mil 600 los voluntarios de entre 18 y 40 años, que habitan la Ciudad de México, la cual se caracteriza por tener información genética de todo el país.

Víctor Acuña expuso que se analizó el genoma completo de los voluntarios; una vez examinada la información se buscó su asociación estadística con cada uno de los fenotipos que se estudiaron: distribución, pigmentación y forma del pelo en la cabeza y cara.

Funciones biológicas

Los genes IRF4 y el PRSS53 destacan no sólo por su vínculo con las características del cabello, sino porque tienen importantes funciones biológicas en los procesos de envejecimiento y enfermedad; el primero, por ejemplo, se relaciona con inmunidad y cáncer, aseveró.

Gómez Valdés enfatizó que la pérdida de pelo corporal se remonta al pleistoceno, cuando los ancestros se liberaron de esa característica y la conservaron, principalmente en la cabeza.

En aquel entonces los individuos con menos pelo pudieron haber sido favorecidos al tener la facultad de liberar calor corporal; eso pudo tener alguna ventaja, incluso metabólica, refirió el investigador.