Opinión
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Penultimátum

Deporte no tan blanco

A

unque su origen se remonta al siglo XIII, fue en el siglo pasado cuando se comenzó a llamar al tenis el deporte blanco. Tanto por jugarlo quienes pertenecían a la nobleza y la aristocracia como porque el uniforme que utilizaban era blanco, una tradición rota en muchos países cuando lo comenzaron a practicar otras clases sociales. Pero no en Inglaterra. En su torneo más famoso, el de Wimbledon, los competidores lucen prendas, no azules que se caen de morados, como escribió el poeta Carlos Pellicer, sino del blanco más puro.

En tiempos en que ciertas sustancias para mejorar el rendimiento son utilizadas por los participantes de diversos deportes, el tenis logró sortear varios escándalos. Ya no. Recientemente, María Sharapova, una de las grandes figuras de ese deporte, explicó en conferencia con los medios los motivos por los cuales había dado positivo en un control antidopaje luego de jugar el torneo más importante de Australia. Aunque dos grandes figuras, John McEnroe y André Agassi, confesaron haberse dopado, nunca sufrieron consecuencias. Pero sí Marin Cilic, campeón del US Open en 2014.

De 28 años, la mejor tenista en la historia de Rusia y una de las más famosas internacionalmente, confesó que desde hacía tiempo consumía meldonium, fármaco que la Agencia Mundial Antidopaje colocó en la lista de sustancias prohibidas el pasado enero. María alegó en su defensa que tomaba meldonium en dosis bajas por recomendación médica para atacar problemas del corazón y diabetes. Mas la citada agencia le había enviado a ella y a todas las federaciones nacionales del deporte el acuerdo por el cual prohibía dicha sustancia.

Sharapova ha sido la deportista mejor pagada del mundo, millonaria en dólares por el patrocinio de grandes empresas. El año pasado ganó 30 millones de dólares. En su favor, anotemos que es la primera gran figura del deporte que reconoce públicamente haberse dopado. Otras no lo hicieron, como el ciclista Lance Amstrong o Ben Johnson, Tiger Woods o Marion Jones. A la sanción que le espera se suma el retiro de quienes ayer se hacían publicidad con su figura. Como la compañía Nike, que la patrocinó desde muy joven y con quien hace cinco años firmó un contrato por 72 millones de dólares. Tampoco será más embajadora especial de la Organización de Naciones Unidas.

El meldonium es una sustancia de moda en el deporte. A menos de tres meses de prohibirla, 15 deportistas han dado positivo por ella. El último, el biatleta ruso Eduadr Latipov, campeón de Europa. Y como cereza del pastel del deporte blanco, la ex ministra de Sanidad y Deporte de Francia Roselyne Bachelot acusó de dopaje a Rafael Nadal, el deportista más querido y admirado de España. Nadal prometió demandarla judicialmente por insinuar tal cosa. Esperamos que lo haga.