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El fenómeno, tanto del ámbito público como del privado, dice el Presidente

Reivindica Peña Nieto ante empresarios el Sistema Nacional Anticorrupción

Plantea dirigente de la Coparmex dejar atrás las insanas realidades de opacidad e impunidad

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El dirigente entrante de la Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, el presidente Enrique Peña Nieto y el líder empresarial saliente, Juan Pablo Castañón Castañón, en la ceremonia de toma de compromisoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de marzo de 2016, p. 12

Recién ungido en la dirigencia de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos dejó claras, ante el presidente Enrique Peña Nieto, las prioridades del organismo patronal. Hay que dejar atrás, para siempre, las insanas realidades de la opacidad, la corrupción y la impunidad. Nunca más alguien deberá estar por encima de la ley. Minutos después, la respuesta presidencial: hay que combatir este flagelo que atenta contra la convivencia social, coincidió.

Sin embargo, de inmediato reviró el reclamo: hay que decirlo: la corrupción no es un elemento privativo del ámbito público, lo es también del privado y, a veces, van de la mano.

Coincidencias y matices. En esa lógica, el mandatario complementó su postura reivindicando la creación del Sistema Nacional Anticorrupción y celebró que los partidos políticos hayan presentado sus iniciativas y que exista una propuesta ciudadana, por lo que confió en que a partir de éstas se conformará una legislación de vanguardia en este ámbito.

Durante la toma de compromiso de la nueva dirigencia de la Coparmex, Peña Nieto salió al paso de los señalamientos sobre la corrupción y reconoció el aporte empresarial, para hacer frente a este desafío que erosiona el crecimiento económico y que lastima la confianza ciudadana en las instituciones.

Señaló la importancia de que diversos organismos patronales, como el Consejo Coordinador Empresarial, hayan firmado el Código de Integridad y Ética Empresarial, para instrumentar mejores prácticas en su desempeño y evitar actos de corrupción. Se trata de un avance relevante en el combate a la corrupción, y en ello todos tenemos que sumar voluntades y hacer frente común en favor del estado de derecho.

De Hoyos había ido más allá al recordar que diversas organizaciones sociales solicitaron al Congreso aprobar la iniciativa denominada tres de tres –presentar las declaraciones patrimonial, fiscal y de intereses–, para inhibir la corrupción, por lo que demandó sensibilidad para incorporarlo al Sistema Nacional Anticorrupción.

Las demandas empresariales no se circunscribieron sólo a reprochar la corrupción, también externaron reclamos por la inseguridad. De Hoyos fue enfático en su descripción: La fragilidad del estado de derecho no es consistente con el lugar que ocupa nuestro país como una de las economías más desarrolladas del mundo.

Lamentó también la impunidad que prevalece en este ámbito, pues en la seguridad personal todavía hay regiones donde se considera esto un bien escaso. Tras reconocer las acciones de las fuerzas armadas, pidió reforzar la cruzada contra la delincuencia, porque no queremos ni un solo trabajador con miedo caminando a su trabajo, ni un solo empresario oculto por miedo a ser sujeto de extorsión.

No fue todo. Durante su discurso oscilante entre elogios y reclamos, De Hoyos subrayó la importancia de las reformas estructurales, realizadas en tiempos inimaginables para la política mexicana, pero advirtió que ahora se enfrentan nuevos desafíos frente a las condiciones de la economía mundial. Estos logros y acciones los aquilatamos en toda su dimensión, sin embargo, no deben llevarnos a la pasividad y mucho menos a la inmovilidad.

También demandó acciones para favorecer la competitividad y la productividad, así como mayores facilidades para consolidar la libertad de empresa, la cual definió como la ruta para superar la pobreza, porque las empresas son las que generan la riqueza; demandó la desrregulación de trámites para las micro, pequeñas y medianas empresas. Se requiere, dijo, tanta libertad para emprender como sea posible y sólo tanta regulación como sea absoluta y estrictamente necesaria.

En su oportunidad, el Presidente aludió a gran parte de las preocupaciones empresariales. Reconoció que la baja productividad es una barrera que ha frenado el desarrollo de las empresas, pero aseguró que hoy las empresas cuentan con mayores facilidades para elevar su productividad y generar mayores empleos.

Ahora cuentan con nuevos esquemas que promueven la productividad laboral, desde el Comité Nacional de Productividad hasta nuevas opciones de empleo, como el trabajo a distancia o la contratación por horas, dijo.

Peña Nieto celebró también la aprobación del Congreso de la ley de disciplina financiera de las entidades federativas y los municipios, pues se trata de una legislación que promoverá la responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas de los gobiernos locales. Es una señal muy clara de que México está comprometido con la solidez de las finanzas públicas y de nuestro sistema financiero.