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Ver día anteriorLunes 21 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Hoy no respire
A

nte la grave contaminación atmosférica que padecemos los habitantes de la cuenca de México abundan las declaraciones de los funcionarios que con su ineptitud propiciaron el problema. La Secretaría de Salud confirmó lo sabido: al año mueren miles por la mala calidad del aire y decenas de miles más padecen enfermedades diversas. No informa lo que cuesta al erario y a la economía familiar respirar aire cargado de ozono, partículas, azufre y otras sustancias nocivas. Se desconoce lo referente a la ausencia escolar y a los centros de trabajo.

Como apenas una parte de la responsabilidad recae en la Ciudad de México, su jefe de Gobierno reiteró que las entidades vecinas no hacen lo indicado para controlar las fuentes contaminantes. Además, criticó el desempeño de la Comisión Metropolitana encargada de la contaminación atmosférica: sólo hace acto de presencia para anunciar que hay contingencia ambiental. Tarde, el presidente Enrique Peña Nieto solicita medidas urgentes para garantizar la salud y calidad de vida de más de 20 millones de habitantes. Y por orden de quien lo nombró, el país supo que todavía es secretario federal del Medio Ambiente, Rafael Pacchiano. Declara por doquier, pero oculta su negligencia.

Se culpa a la Suprema Corte de la Nación de dar vía libre para que circulen 600 mil vehículos que observaban el Hoy No Circula. Tarde aclaró que no fue eso lo que resolvieron sus integrantes. En cambio sí tiene mucha responsabilidad la dirigencia del Partido Acción Nacional, que calificó como su logro la incorporación de esos miles de coches al tránsito citadino. Ahora echan la responsabilidad de lo que pasa a los gobiernos de la megaurbe por no establecer un transporte público eficiente.

También aprovecharon la contingencia las comisiones ambientales de la Cámara de Diputados y de la Asamblea Legislativa de la capital del país para abundar en lo conocido. Y Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, responsable de organizar 32 foros regionales sobre el derecho a la ciudad. Una forma de contribuir a construir el proyecto que su jefe llevará a la reunión de líderes del mundo Habitat III, a celebrarse en octubre en Ecuador. Espero no omita la crítica situación en que se hallan la megaurbe, Guadalajara, Monterrey, León, Tijuana, Puebla, donde la expansión urbana sigue sin planeación alguna, con serios problemas de contaminación, marginación y falta de servicios públicos de calidad.

Los actuales funcionarios parece que ignoran los esfuerzos realizados durante 27 años para mejorar la calidad del aire en la capital del país y su área conurbada. Esa tarea se inició durante la regencia de Manuel Camacho, que convocó a expertos en la materia y a representantes de los grupos sociales involucrados en el tema. Encargó a funcionarios probos y capaces la labor de coordinación. Como el licenciado Fernando Menéndez Garza, quien por años llevó las riendas técnico-administrativas de la comisión. Numerosas recomendaciones de los especialistas se llevaron a la práctica. Además, en los escritorios de los funcionarios federales y los de las seis entidades que tienen la obligación de coordinarse para resolver el problema de la mala calidad del aire, el crecimiento explosivo de la urbe, la insuficiencia de transporte público y regular el particular, existen estudios de primera calidad sobre estos temas. Igualmente en los archivos de la Cámara de Diputados, las de las entidades vecinas y la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México.

El lamentable espectáculo que dieron los funcionarios (en especial el señor Eruviel Ávila) y los legisladores al abordar un asunto que deben resolver con el apoyo ciudadano, muestra la enorme descoordinación institucional, improvisación y carencia de sensibilidad y respeto hacia la gente. Y como no garantizan el derecho constitucional a la salud y a un ambiente sano. En cuanto a las entidades conurbadas, brilla el grado de corrupción imperante en los verificentros y en quienes deben supervisarlos; así como la protección que brindan, por ejemplo, a los concesionarios de un transporte obsoleto a cambio de apoyo político y electoral.

Si no se varía de política, la próxima ocurrencia gubernamental será hoy no respire.