Opinión
Ver día anteriorJueves 24 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Muestra

Buey Neón

H

ombres y bestias. Como pocas regiones, el sertón, tierra árida e inhóspita del noreste brasileño, ha sido un escenario literario y fílmico muy sugerente, desde las novelas de Guimaraes Rosa hasta el cinema novo de Nelson Pereira dos Santos y Glauber Rocha. Cuando parecía que la representación más socorrida de un territorio áspero, marcado por la sequía, la miseria y el mesianismo religioso había de quedar como imagen emblemática e irremplazable de dicho espacio, una película como Buey neón, del joven realizador Gabriel Mascaro parece subvertirlo todo. Ciertamente aún prevalecen la aspereza y una violencia latente en la manera en que se registran las vaquejadas, esas faenas de vaqueros sometiendo a bueyes en un rodeo, pero la gran novedad es la sensualidad de los cuerpos masculinos y femeninos que de manera muy natural y franca captura la cámara de Diego García (cinefotógrafo también de las cintas recientes de Apichatpong Weeresethakul).

A partir de una trama mínima que describe simplemente el desplazamiento cotidiano de Iremar (Juliano Cazarré) de un rodeo a otro en compañía de su amiga Galega (Maeva Jinkings) y la niña Cacá (Aline Santa- na), y los anhelos del primero por convertirse en un diseñador de ropa, el también documentalista y artista visual Gabriel Mascaro propone viñetas plásticamente muy sugerentes del trabajo rural. Dos hombres estimulan a un caballo para recuperar su semen, la ducha colectiva de los vaqueros se vuelve una estudiada composición de luz y sombras; hay también la prolongada y muy explícita cópula de una pareja de amantes y la imagen surrealista de un baile nocturno con un cuerpo femenino coronado con una cabeza equina. Todo pareciera confundir en un solo concierto la actividad animal y las faenas de los hombres. Buey neón es así, como pocas cintas de tema rural, una abierta celebración del trabajo y la sensualidad de los cuerpos, una exaltación de la masculinidad, pero también su transgresión con personajes como Junior (Vinicius de Oliveira) de apariencia andrógina. Un mundo abigarrado y vibrante observa- do por la muy espigada y rebelde niña Cacá como parte de su primera educación sentimental.

Se presenta en la Cineteca Nacional. Funciones a las 12 y 17:30 horas, Sala 1.

Twitter: @CarlosBonfil1