Opinión
Ver día anteriorViernes 25 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
La Muestra

Desde allá

Foto
Fotograma del filme venezolano Desde allá
E

l derecho del más fuerte. Caracas, época actual. Armando (Alfredo Castro), hombre de 50 años, taciturno y silencioso, recorre como fantasma las calles de una ciudad en franco deterioro social. Entre los jóvenes de aspecto pendenciero elige al objeto de su apetencia erótica, lo lleva luego hasta su casa y ahí le ofrece algo de dinero a cambio de una mínima gratificación sexual. La rutina parece repetirse a diario, tan metódicamente como su propio trabajo en prótesis dentales. Cuando este personaje hermético, incapaz de expresar sus sentimientos, conoce a Elder (Luis Silva), agresivo joven de 21 años, y se interesa en él hasta arrancarle una reciprocidad perversa, Desde allá, primer largometraje del venezolano Lorenzo Vigas, comienza a adquirir los tintes de una novedosa y muy negra trama de suspenso.

Más allá de la primera explicación sicológica de dos seres a los que todo opone (medio social, educación, edades), y que parecen sin embargo vinculados por una misma relación tormentosa con la figura paterna, lo que prevalece y hace la fuerza de este filme es la exploración de las relaciones de poder entre el hombre maduro capaz de someter las voluntades con su poder de compra, y el delincuente de poca monta, físicamente bravucón, pero sentimentalmente vulnerable. Una trama paralela hace que la turbia historia pasional transite paulatinamente hasta los territorios del crimen.

Lo notable es el modo en que el director y guionista evitan las tentaciones evidentes: el sensacionalismo de la nota roja o el regodeo en conductas volcadas a la abyección sexual, para ofrecer, en cambio, un relato sobrio, dramáticamente muy controlado, cercano al cine de Fassbinder (La ley del más fuerte) o al de François Ozon (Gotas de agua sobre piedras ardientes), con la variante elocuente de un machismo tropical teñido de homofobia. Alfredo Castro, actor predilecto del chileno Pablo Larraín, ofrece aquí, de nueva cuenta, una caracterización soberbia (muy digna de su Tony Manero o de Post mortem), mientras el joven debutante Luis Silva se vuelve toda una revelación en su compleja composición de fragilidad moral y actitud canalla. Aunque el tema declarado de la cinta es la ausencia del padre, asunto más atractivo aún será el que también ahí se sugiere, el de un amplio sometimiento voluntario ante el poder económico, político o sexual que perversa y duraderamente se instala en nuestras sociedades en crisis. León de Oro en la pasada Muestra de Arte Cinematográfico de Venecia. Cineteca Nacional. Sala 1, a las 12 y 17:30 horas.

Twitter: @CarlosBonfil1