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México SA

Cepal: cifras que matan

El gobierno se retuerce

Realidad mata discurso

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Un niño juega con un neumático en un campamento de Haití. Imagen de archivoFoto Ap
S

i el informe fuera positivo y realzara la imagen y los eventuales resultados gubernamentales, el gabinetazo en pleno –con José Antonio Meade en primer lugar– aplaudiría a rabiar y felicitaría a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) por su precisión en el manejo de los indicadores” y por utilizar una metodología científica para contabilizar cuántos mexicanos dejaron de ser pobres en el primer bienio de Enrique Peña Nieto.

Pero como los resultados del más reciente informe de la Cepal (Panorama social de América Latina, 2015) arrasaron con la de por sí exigua imagen gubernamental, la reacción del equipo que prometió mover a México ha sido más que iracunda y su vocero en la materia, José Antonio Meade, no pierde oportunidad ni micrófono para desgañitarse en contra del organismo especializado de la ONU.

Pero, finalmente, ¿qué fue lo que publicó la Cepal y, por ende, provocó la furia de los siempre efectivos funcionarios peñanietistas, con el citado Meade a la cabeza? Sencillo: que México fue uno de los tres países latinoamericanos en los que la pobreza se incrementó sostenidamente, mientras en el resto de las naciones regionales sucedió exactamente lo contrario.

Hasta ahora los indicadores y las afirmaciones de la citada comisión sólo han sido desmentidas con discursos (obviamente descalificatorios) y con una chistera de mago de la que sólo salen palabras, ya ni siquiera conejos. Por ello, vale recordar qué publicó y en qué tono el organismo de la ONU. Ustedes dirán si es correcto o no. Va, pues.

La tasa de pobreza se redujo en la gran mayoría de los países (latinoamericanos) en el periodo 2010-2014, según las estimaciones propias de la Cepal. Las mayores variaciones se registraron en Uruguay (a una tasa equivalente anual de -14.9 por ciento), Perú (-9.8), Chile (-9.1) y Brasil (-7.9). En cambio, en Honduras, México y Venezuela la tasa de pobreza se elevó a un ritmo anual de entre 2.3 y 4.9 por ciento (para el caso mexicano el aumento fue de 2.9 por ciento).

En general, el proceso de reducción de la pobreza (en América Latina) estuvo acompañado de descensos de la brecha y de la intensidad de la pobreza. En efecto, la brecha de pobreza en el periodo analizado cayó a tasas anuales elevadas y por encima de la tasa de pobreza en ocho países: Uruguay (-15.9 por ciento), Perú (-12.3), Chile (-10.5), Brasil, Ecuador, Paraguay, Colombia y Bolivia (entre 8 y 10 por ciento, aproximadamente).

En paralelo, la intensidad de la pobreza se redujo en esos mismos países a una tasa equivalente anual de entre 9 y 14 por ciento. En todos estos casos no sólo descendió la pobreza, sino que además mejoró la situación general de las personas de menores ingresos entre los pobres. Sólo en Panamá descendió la tasa de recuento, pero la brecha se redujo menos que la tasa de pobreza y la intensidad se mantuvo, lo que permite suponer que quienes salieron de la pobreza fueron los hogares que tenían los mayores ingresos entre los pobres.

Por su parte, en Venezuela, Honduras y México se registró un aumento de la tasa de pobreza, acompañado de un incremento de la brecha y la intensidad de la misma. En los dos primeros, además, la situación relativa de las personas más pobres al final del periodo desmejoró, debido a que la brecha creció a una tasa superior a la tasa de recuento. En México hubo un aumento de la pobreza, pero sin crecimiento de la brecha ni de la intensidad.

El crecimiento del ingreso dio origen a dos tercios o más de la caída de la pobreza en Paraguay, Bolivia, Panamá, Perú y Colombia. En otros seis países se situó entre 55 y 65 por ciento del total (Ecuador, Argentina, Brasil, Chile, El Salvador y Uruguay). Por el contrario, en Venezuela, Honduras y México el decrecimiento de los ingresos constituyó el principal factor de aumento de la pobreza.

Entre 2010 y 2014 se registró una reducción significativa de la pobreza y la indigencia, tanto en lo que se refiere al promedio regional como a la mayoría de los países considerados, lo que se debió principalmente al aumento de los ingresos de los hogares. Esto ocurrió en un contexto de mejoría de los indicadores del mercado de trabajo (disminución de la tasa de desocupación, aumento de los ingresos laborales –en especial del salario mínimo en varios países–, incremento moderado de la formalización del trabajo y de la tasa de participación laboral de las mujeres) y de expansión del gasto público social y de las políticas de lucha contra la pobreza, entre ellas, los programas de transferencias monetarias.

Los cambios de la tasa de pobreza regional provienen de las variaciones observadas en las naciones latinoamericanas, así como de las proyecciones que se efectúan sobre los países en los que no hay datos disponibles de un año determinado. Así, entre 2013 y 2014 el número de pobres de la región se incrementó en alrededor de 2 millones de personas.

Esa variación fue el resultado, por una parte, de un aumento de 7 millones de personas pobres registrado o proyectado principalmente en Guatemala, México y Venezuela (28 por ciento de ese total correspondió a mexicanos que cayeron en pobreza) y, por otra, de una disminución de 5 millones observada sobre todo en Brasil, Colombia y Ecuador.

Según las proyecciones, en 2015 ambos indicadores variarían al alza. La tasa regional de pobreza se situaría en 29.2 por ciento y la de pobreza extrema en 12.4 por ciento, lo que representaría aumentos de uno y 0.6 puntos porcentuales, respectivamente. De confirmarse estas proyecciones, 175 millones de latinoamericanos se encontrarían en situación de pobreza por ingresos en 2015, de los cuales 75 millones estarían en situación de indigencia.

En general, se observa que la mejora del ingreso laboral se debió, mayoritariamente, al incremento del ingreso laboral medio por ocupado. Tal es el caso de Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, donde las tasas de variación de los ingresos por ocupado se trasladaron prácticamente en el mismo monto al ingreso laboral total.

En otros países, en cambio, la mejora del ingreso medio por ocupado fue acompañada de una mayor cantidad de personas ocupadas. En el resto disminuyó el ingreso laboral total de los hogares pobres.

He allí las cifras y los comentarios de la Cepal. ¿Dónde las de Sedesol?

Las rebanadas del pastel

Primero que todos los vehículos circulan; después que ninguno lo puede hacer, y entre orden y contraorden el (ex) Distrito Federal es un verdadero desmadre.

Twitter: @cafevega