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Astillero

Panamá y el compadre Hinojosa

Maniobras para botar al GIEI

Hartazgo y elecciones

Mancera no circula

A

ñade Los Pinos truculencia y confusión a su ya de por sí ajado historial al elevar el grado de golpeteo al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) con la unilateral difusión rupturista y efectista del primer reporte (preliminar, sin consenso) del tercer peritaje sobre el presunto incendio funeral en un basurero de Cocula. Con esas medidas, el gobierno federal se muestra desesperado ante la incapacidad de acallar (y botar del país) a la única instancia confiable que queda en el caso de los 43, la del GIEI, que ha resistido y ha avanzado entre el cochinero judicial, político y mediático con el que se ha pretendido imponer una ficción de Murillo Karam como ‘‘verdad histórica’’ (ahora aritméticamente reducida, de 43 a 17). Y, desde luego, el peñismo se exhibe torpemente ansioso por ‘‘cerrar’’ un expediente que será uno de los principales a la hora del verdadero juicio histórico sobre este sexenio de autoritarismo y corrupción al que por desgracia aún le quedan etapas por cumplir, en rojo y en negro.

2) En una acumulación de pifias que resulta muy preocupante, en cuanto pareciera que en la cúpula del poder ya ni siquiera pueden o quieren esforzarse por tejer salidas o tretas más o menos aceptables, Los Pinos respondió como oficina de prensa del PRI al ruido descalificatorio propiciado por Bloomberg Newsweek, cuya edición reciente comenzará a circular hoy, con las presuntas revelaciones de un hacker colombiano, Andrés Sepúlveda, quien asegura haber colaborado en tareas cibernéticas de guerra sucia contra adversarios de Peña Nieto en 2012. La defensa laudatoria y exagerada que la ‘‘Presidencia de la República’’ hizo de la manera en que Enrique Peña Nieto llegó al poder sería propia de un esforzado boletín partidista, pero no de una postura institucional, republicana, que pareciera demasiado afectada por la necesidad de subrayar la legitimidad de ese acceso al poder.

3) A esas cuitas del Grupo Atlacomulco ha de añadirse la reciente difusión del resultado de una investigación periodística múltiple que ha documentado las andanzas de millonarios famosos, muchos de ellos relacionados con la política y el poder público, en búsqueda de escondrijos confiables para sus fortunas mal habidas o cuando menos insuficientemente justificadas. Agrupado en la etiqueta #PanamaPapers y con la participación en México del equipo de Carmen Aristegui y la revista Proceso, el recorrido por las rutas de triangulación y simulación financieras toca al contratista proporcionalmente más favorecido por el peñismo tanto en el gobierno mexiquense como en el federal, el constructor Juan Armando Hinojosa Cantú, cuya fortuna ha crecido de la mano de los poderes asentados antes en Toluca y ahora en la Ciudad de México, con tal prosperidad compartida que cuando menos se han podido documentar las relaciones, tajantemente clasificables como tráfico de influencias, entre ese empresario tamaulipeco y dos de sus benefactores, una de esas relaciones, más que sugerentes, al financiar en condiciones excepcionales la adquisición de la llamada Casa Blanca, a nombre de Angélica Rivera de Peña, y otra inmobiliaria generosidad campestre ni más ni menos que hacia el hombre de los contratos y los dineros a pagar, Luis Videgaray. En la lista dada a conocer por el Consorcio Internacional de Periodistas, a partir de información correspondiente al bufete panameño Mossack Fonseca, dedicado a encontrar formas de favorecer a capitales y patrimonios deseosos de opacidad, puede encontrarse a Putin, Macri, Pilar de Borbón, hermana del rey Juan Carlos de España; Almodóvar, Messi y al empresario favorito del sexenio, prestador de servicios al peñismo.

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CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA. El arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, durante la celebración de la misa dominical de San Juan Bautista, realizada en la Catedral Metropolitana, recinto en cuyo interior ayer se vivió un intenso calorFoto Luis Humbero González

4) El acelerado distanciamiento entre el aparato de ‘‘representación popular’’ y los presuntos representados está afectando los preparativos para la nueva tanda de despilfarro de dinero público a título de elecciones en 13 entidades federativas. Muchos ciudadanos están hartos de lo que está sucediendo en el país y no creen que la vía de los partidos y las elecciones sirva realmente para mejorar las cosas. Ello lleva no solamente a un de-sánimo programado rumbo a las urnas, sino a un desdén en cuanto el cumplimiento de las tareas cívicas de organización de esos comicios e incluso un rechazo grosero y a veces amenazante hacia los enviados de las instancias encargadas de armar esas jornadas electorales. No hay en ningún estado propuestas partidistas viables, realmente competitivas, que hagan pensar en la posibilidad de que la llegada de alguna opción a la gubernatura correspondiente pudiera significar cambios y mejorías de verdad. Casi en todos lados son casi lo mismo, en lo mismo.

Y 5) En la Ciudad de México hay una extendida insatisfacción por la forma en que Miguel Ángel Mancera ha enfrentado la crisis ambiental reciente (la ironía es que MAM políticamente no está circulando). La supresión temporal del movimiento de automóviles durante un día a la semana y un sábado al mes, con independencia del holograma que se tenga, a partir de mañana, es una confesión de que no es confiable y sí es desechable el mecanismo de verificación de emisiones contaminantes, además de que, según diferentes especialistas, tales medidas restrictivas históricamente han resultado contraproducentes, de tal manera que pareciera que en el mando capitalino sólo se optó por aparentar que se tomaban medidas ante lo urgente, así éstas fueran simples placebos. El golpe a la cotidianeidad de quienes ya estaban organizados con sus unidades, colores de engomados y hologramas, lanzará ciertos días a la calle a un volumen de ‘‘desalojados’’ que se sumarán a la inmanejable masa humana que pelea por subirse al Metro, el Metrobús, el Mexibús, en el estado de México, y a otros servicios metropolitanos de transporte que son ineficaces, atiborrados y peligrosos, mientras muchas de esas unidades, más otras correspondientes a los gobiernos conurbados, expelen ostentosamente humareda ‘‘tolerada’’ y mientras las industrias intocadas siguen dañando al medio ambiente. ¡Hasta mañana!

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