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México SA

Economía: 4-0

Si bien va, 2%

Otro tijeretazo

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El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en un encuentro sobre capital privado en marzo pasadoFoto Cristina Rodríguez
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ero y van cuatro. El compromiso gubernamental de crecer por arriba de la media económica de las últimas tres décadas queda inhabilitada (pospuesta, dirán los optimistas) por cuarta ocasión consecutiva en igual número de años de la administración peñanietista. De hecho, en este 2016 el denominado navío de gran calado (Fox y Calderón dixit) se mantendrá encallado, sin visos de que algo lo ponga a navegar.

El hueco discurso oficial sobre el futuro promisorio tras las reformas transformadoras cotidianamente se topa con la cruda realidad que mantiene en el limbo a la economía nacional. Desde la cómoda cúpula tecnocrática simplemente se achacan a factores externos las causas de la atonía pasajera que llegó para quedarse (33 años, y contando), mientras los internos se deterioran un día sí y el siguiente también.

No es novedad, cierto es, porque así arrancó el gobierno peñanietista y así se mantiene: con maravillosas ofertas primermundistas (gracias a las reformas, desde luego) que no soportan una mínima prueba real. Tijeretazo tras tijeretazo, la economía mexicana se mantiene entre la grandilocuencia del discurso oficial y el permanente deterioro de los principales indicadores.

Desde temprano, con el amanecer del nuevo año, todos los organismos e instituciones, internas y externas, comenzaron a recortar la holgada estimación oficial en materia de crecimiento económico para el presente año (de 2.6 a 3.6 por ciento), es decir, la misma senda seguida en 2013, 2014 y 2015. A estas alturas, con mucha tela de dónde cortar, el pronóstico es igual de mediocre que el de los años anteriores. Pero, eso sí, el discurso gubernamental no se altera en lo absoluto,

El más reciente tijeretazo lo aplicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), institución que para México prevé un crecimiento de apenas 2.3 por ciento en el presente año, inferior al registrado en 2015 y por debajo de la holgada estimación de la Secretaría de Hacienda.

En el discurso, el ministro y sus muchachos mantienen la idea de que la economía mexicana crece más que otros países, pero el hecho es que cuando menos para 2016 el pronóstico de la Cepal es que lo haga en una proporción menor que la beliceña, aunque mayor que la haitiana, lo cual ya denota avance, porque en años previos fue a la inversa (Haití creció más que México).

De acuerdo con la más reciente actualización de sus Proyecciones de América Latina y el Caribe 2016, divulgadas el pasado viernes, el organismo especializado de la ONU redujo de 2.6 a 2.3 por ciento su pronóstico sobre el crecimiento del producto interno bruto mexicano. De concretarse tal estimación, el avance del navío de gran calado a duras penas promediaría 2 por ciento anual consumidas dos terceras partes del gobierno de Enrique Peña Nieto, el mismo que comprometió (con reformas, y todas fueron aprobadas) una media anual de 5 por ciento.

Sobre aquello de que la economía mexicana crece más que otros países es cuestión de pulsar el estado de ánimo, o si se prefiere de seleccionar con qué parte del vaso se queda (medio lleno o medio vacío). En la citada actualización, la Cepal ubica a México (2.3 por ciento, hasta ahora, porque puede empeorar) en el escalón número 13 de 20 posibles en el contexto latinoamericano; lo sitúa entre El Salvador (2.4 por ciento) y Haití (2 por ciento), aunque hasta donde se recuerda ninguna de estas dos naciones presume inexistentes navíos de gran calado.

La situación es un poco más complicada si se abre el abanico y en el comparativo sobre el comportamiento económico en 2016 se incluye a las naciones caribeñas. Así, la Cepal coloca a México en el peldaño número 18 de 33 posibles, es decir, entre Bahamas (2.4 por ciento) y Antigua y Barbuda (2.1 por ciento), con un potencial de crecimiento idéntico al de la isla de Santa Lucía (2.3 por ciento), una ex colonia británica que depende en grado sumo del cultivo y la exportación de plátano, aunque ha tomado auge como paraíso fiscal (de acuerdo con el calificativo que le da la OCDE).

En fin, por cuarto año consecutivo –de cuatro posibles hasta ahora– el gobierno peñanietista incumple abierta y tajantemente su compromiso de crecer a paso veloz y de erradicar el crecimiento inercial que ha caracterizado al país desde hace tres décadas y pico. Dos por ciento de avance en un país con un cúmulo de rezagos, que lejos de atenuarse crecen año tras año.

En vías de la siguiente justificación retórica del ministro del (d) año y su cohorte, la Cepal detalla que la citada actualización se da en un entorno global difícil, en el cual se mantiene el bajo crecimiento de los países desarrollados, una importante desaceleración en las economías emergentes, en particular China, una creciente volatilidad y costos en los mercados financieros, y bajos precios de las materias primas, en particular hidrocarburos y minerales. Además, se aprecia una mayor debilidad de la demanda interna de los países de la región, en la cual la caída en la inversión doméstica está siendo acompañada por una desaceleración del consumo.

Al igual que en 2015, señala el organismo, durante 2016 la dinámica del crecimiento muestra marcadas diferencias entre países y subregiones: las economías de América del Sur, especializadas en la producción de bienes primarios, en especial petróleo y minerales, y con creciente grado de integración comercial con China, registrarán una contracción de 1.9 por ciento; se espera que las economías de Centroamérica registren una tasa de crecimiento de 3.9 por ciento, inferior a la del año previo (4.3). Si se toma Centroamérica más México las proyecciones para 2016 son de 2.6 por ciento, por debajo del 2.9 registrado en 2015. Para el Caribe de habla inglesa u holandesa se estima un crecimiento en torno a 0.9 por ciento. El nuevo escenario refleja una recuperación menor a la anticipada en Estados Unidos y da cuenta de los efectos de ajustes en las políticas fiscales que han sido adoptadas en algunas economías de esta subregión.

Las rebanadas del pastel

De lo bien que marcha el planeta y de lo mejor que los gobiernos hacen las cosas da cuenta el más reciente informe de Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): anualmente se desperdician en el mundo mil 300 millones de toneladas de alimentos (la tercera parte de la producción global para consumo humano). Al mismo tiempo, 800 millones de personas padecen desnutrición crónica y más de 2 mil millones presentan diversos grados de deficiencias nutricionales.

Twitter: @cafevega