Opinión
Ver día anteriorJueves 14 de abril de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dinero

Quieren cobrar por circular en el Centro y Polanco

México: el salario más bajo del mundo

Diputados en auto eléctrico; hacen el feo al Metro

Astillero

Comicios y cárteles

MAO: mejores condiciones

Tamaulipas y Veracruz

Los Pinos dice adiós al GIEI

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
México SA

Deuda pública al límite

Aumenta 20% su costo

Finanzas debilitadas

De nuestras Jornadas

Plurinominales: coto de caciques partidarios

Carlos Fernández-Vega
La Jornada Zacatecas
Ciudad Perdida

Contaminación: sobran culpables

Capitalinos, los paganos

Pemex: ¿rescatar sin esclarecer?
E

l gobierno federal anunció ayer que emprenderá un rescate financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex) a fin de solucionar el déficit de liquidez de esa empresa. Según palabras del subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Miguel Messmacher, las arcas públicas aportarán 26 mil 500 millones de pesos y posteriormente otorgarán una facilidad por otros 47 mil millones para el pago de pensiones y jubilaciones. En total, las medidas de apoyo totalizarán 123 mil 500 millones de pesos.

Miguel Ángel Velázquez
El Correo Ilustrado

Piden un recuento verdaderamente libre en la mina Hércules

E

ste 14 de abril tendrá lugar el recuento entre el Sindicato Minero y el sindicato de protección del patrón Alonso Ancira en la mina Hércules, del estado de Coahuila. Las prácticas de este empresario y su sindicato pro patronal hacen temer que puedan alterar el recuento incluso de manera violenta.

Perú
E

n Perú no hubo elecciones durante los gobiernos militares de Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez, salvo la de la Asamblea Constituyente de 1978 que produjo una nueva constitución más democrática que la anterior. Ambos militares, y sobre todo el primero, quisieron asumir una suerte de bonapartismo antimperialista, contrario a la oligarquía empresarial y, por lo mismo, estatista. Empero, el saldo de sus políticas no fue el esperado y sectores importantes de la población exigieron cambios en favor de la democracia y de mejores condiciones de vida. Las primeras elecciones presidenciales posdictadura fueron en 1980 y el nuevo presidente fue precisamente quien había sido derrocado por los militares en 1968: Fernando Belaúnde Terry. Su partido fue Acción Popular que, por cierto, no participó en la Asamblea Constituyente en la que el APRA era hegemónico, pero la muerte (agosto de 1979) del indiscutible líder de este partido (Víctor Raúl Haya de la Torre) favoreció al de Belaúnde sólo en la coyuntura, porque para la sucesión de éste los apristas recuperaron su mayoría llevando a la presidencia a Alan García (1985-1990). El APRA es un partido que ha atravesado la historia de Perú desde 1924, cuando fue fundado con pretensiones de ser latinoamericano y no sólo nacional. Como Partido Aprista Peruano su historia comenzó en 1930. Aun así, la primera vez que logró gobernar el país fue en 1985, con Alan García como candidato. Ha sido, en general, un partido de centroizquierda cercano a las posiciones socialdemócratas y con algunos rasgos populistas. Su gobierno se vio agredido tanto por una extrema izquierda armada como por la derecha encabezada por el neoliberal Vargas Llosa y agrupada en el Frente Democrático (Fredemo) en el que participaron Acción Popular, el Partido Popular Cristiano y Movimiento Libertad. Vargas Llosa quiso ser presidente, pero en las elecciones le ganó alguien todavía más a su derecha, Alberto Fujimori, propuesto por su propio partido coyuntural denominado Cambio 90. El triunfo de éste se debió, de acuerdo con la versión de Mercedes García Montero y Flavia Freidenberg, a la subversión, el narcotráfico, la creciente intervención militar en los asuntos públicos, la violación de los derechos humanos y la hiperinflación (que de 1985 a 1990 sobrepasó 7 mil por ciento), además del avance de la violencia de Sendero Luminoso y del descrédito de todos los partidos políticos. Por todo esto podría decirse que la elección de 1990 fue quizá la primera en América Latina en la que triunfó un candidato considerado independiente, es decir, al margen de los partidos de vieja historia y como reacción a un relativo hartazgo de éstos o, en otros términos, a la debilidad de los partidos convencionales. Muy pronto, sobre todo después del llamado autogolpe de 1992 (disolución presidencial del Congreso de la República) y de la formación de grupos paramilitares todavía más sangrientos que los supuestos movimientos de extrema izquierda, Fujimori inició un periodo de fuerte autoritarismo y medidas económicas de corte neoliberal. Logró su relección en 1995 y aspiró a un tercer mandato, que consiguió, pero la corrupción de sus gobiernos y su falta de respeto a las instituciones truncó sus aspiraciones de continuar y, en medio de líos judiciales, terminó exiliado y finalmente extraditado de Chile a Perú donde ha sido sentenciado a prisión.

Octavio Rodríguez Araujo
Guerra a la reputación
S

in argumentos frente al éxito de los modelos económicos y sociales de los gobiernos progresistas latinoamericanos, la derecha de esos países se dedica al ataque a la imagen personal de los líderes de la izquierda de la región.

El agua y la ordeña
U

na de las leyendas urbanas que escuché en Monterrey –hace ya cuatro décadas– se refería a la existencia de 2 mil pozos clandestinos explotados por la Cervecería Cuauhtémoc.

Emir Sader
Abraham Nuncio
Una guerra del siglo veintiuno
N

inguna conversación pasa de tres minutos en San Salvador sin que vaya a dar al tema de las pandillas, y nadie, al final de las múltiples vueltas y revueltas que se le dan al tema, se atreve a decir que la paz llegará a corto plazo. Porque esta es una guerra, distinta en su naturaleza a la que el país vivió en los años ochenta, pero una guerra al fin y al cabo, con miles de muertos, y que si tiene por teatro los barrios de la capital, amenaza con extenderse a las áreas rurales: una guerra singular, porque los estados mayores de las bandas en conflicto dirigen las operaciones desde las cárceles, en guerra entre ellas, y en guerra con el Estado.

Capitalismo y colapso climático
A

unque nunca mencionaron la existencia de lo que Karl Marx teorizó como una ruptura metabólica (RM) entre la sociedad capitalista y la Tierra (ver John Bellamy Foster, AJS, Sept 1999 y La ecología de Marx: Materialismo y Naturaleza, 2004), en 2015 líderes de la política, la ciencia y la economía insistieron, en tono urgente, en que para evitar una catástrofe climática de orden mayor, tres cuartas partes de las reservas de combustibles fósiles deben permanecer bajo tierra, todo en medio de la sordera/sabotaje de las grandes petroleras/gaseras/automovilísticas, en pos de la ganancia, del tesorito en el subsuelo valorado entre 19 y 25 billones (trillions) de dólares y del irrefrenable aumento de la RM manifiesta en un inmenso desequilibrio energético por la acumulación de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI).

Sergio Ramírez
John Saxe-Fernández/ IV
Venezuela: la contrarrevolución no la tendrá fácil
C

aracas. Venezuela es el país más atacado, sin tregua, por la ofensiva desestabilizadora de Estados Unidos y las derechas locales contra los gobiernos populares y revolucionarios de América Latina y el Caribe. Pero el chavismo militante y la dirección de la revolución bolivariana están muy lejos de haber sido derrotados, pese a las penurias y al agobio que esa arremetida ocasiona en importantes sectores de la población, sumada a los errores inherentes a los procesos revolucionarios, y al duro revés del oficialismo en las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015.

Ángel Guerra Cabrera