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Plurinominales: coto de caciques partidarios

L

a representación política en México pasa por una grave crisis. El sistema de partidos debería reflejar la pluralidad de intereses e ideológica de la sociedad; sin embargo, su blanqueamiento (pérdida de color ideológico) ha provocado que dejen de representar a sectores específicos para pasar a la increíble situación de representarse a sí mismos. Un sistema de partidos autorreferido es un sistema sin representación social. La consecuencia es la creciente desconfianza hacia diputados, senadores y regidores, que se dividen en dos tipos: los electos en votación directa por los ciudadanos de un territorio y aquellos propuestos por los partidos políticos. Estos últimos, llamados plurinominales o de representación proporcional, ¿a quién o qué representan?

La intención que dio origen a estos representantes de partido se basó en dos motivos: dar lugar a las minorías en las cámaras y dotar a éstas de pluralidad ideológica. El mecanismo es una lista jerarquizada que hacen los partidos, que se reparten la integración de acuerdo con el porcentaje de votos recibidos.

Si con la separación entre sistema de partidos y sociedad todos los representantes parecen diputados de partido, con la ampliación de las listas plurinominales las élites de esos institutos cobran aún más poder. Las listas plurinominales se convierten en el coto de los cacicazgos partidarios. La idea original era no exhibir a las personas beneficiadas en dichas listas para asegurar cuadros de calidad no tuvieran que exponerse al desgaste de las campañas. En esas listas de cuadros de calidad se debería dar oportunidad a académicos de renombre que elevaran el nivel del debate y las decisiones legislativas.

Se debe repensar el papel y la forma de designación de los plurinominales. Es mucha la inconformidad y la necesidad de hacer cambios en la ley electoral.