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Venezuela en la mira del Comando Sur
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n la reunión de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, efectuada en Caracas, Venezuela, del 8 al 14 de abril, los asistentes tuvimos la oportunidad de escuchar los testimonios de altos funcionarios del gobierno, militantes de organizaciones diversas y ciudadanos de comunas y barrios, respecto de los planes injerencistas de Estados Unidos, que en complicidad con la derecha venezolana representada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la mayoría de la Asamblea Nacional, pretenden derrocar, con todos los medios de una guerra multidimensional, al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Estos testimonios podrían ser considerados parcializados y oficialistas. Pero hay que tomar en cuenta que se trata de un país cuyo gobierno es vilipendiado por los grandes medios de comunicación, que vierten diariamente veneno, empezando por la campaña de desprestigio en el ámbito mundial en contra del presidente Maduro. Por ello, destaca que sean los propios estadunidenses quienes refieran sobre sus planes y acciones intervencionistas en un país independiente y soberano. Así, Misión Verdad (http://misionverdad.com) puso al descubierto un documento de trabajo del Comando Sur, Operación Libertad Venezuela-2, fechado el 25 de febrero de 2016 y firmado por el almirante Kurt Tidd, su jefe actual. En éste se evalúa el impacto exitoso de las políticas de Estados Unidos impulsadas por fuerzas aliadas en la región en la fase 1 de esta operación, entre las que destacan: a) poner en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos humanos del gobierno de Maduro; b) empleo del mecanismo de la orden ejecutiva [de Obama] como parte de una estrategia que puede justificar el desarrollo de nuestra política, teniendo como justificativo legal la constitución y las leyes de Estados Unidos de América; c) aislamiento internacional y descalificación como sistema democrático, ya que no respeta la autonomía y la separación de poderes; d) generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA; e) colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de organismos multilaterales, incluyendo la ONU.

Así, no se trata de teorías conspirativas, sino de planes concretos del Comando Sur, muchos de ellos en marcha, a partir de 12 recomendaciones que hace el almirante Tidd, desagregadas en acciones específicas, que resumiré al máximo: “1.- Con la MUD hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada (…) Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (…) de Operación Libertad Venezuela–2, en los actuales momentos, descansa en nuestro Comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos [por ahora] el costo de una intervención armada en Venezuela, sino emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro. 2.- Bajo un enfoque de ‘cerco y asfixia’, también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD, utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes. 3.- En el plano político interno hay que insistir en el gobierno de transición y las medidas a tomar después de la caída del régimen, incluyendo la conformación de un gabinete de emergencia, donde puedan incluirse sectores empresariales, jerarquía eclesial, sindicatos, ONG, universidades. 4.- Para arribar a esta fase terminal, se contempla impulsar un plan de acción de corto plazo (6 meses, con un cierre de la segunda fase hacia julio-agosto de 2016…) aplicar las tenazas para asfixiar y paralizar, impidiendo que las fuerzas chavistas se puedan recomponer y reagruparse (…) Insistir en debilitar doctrinariamente a Maduro, colocando su filiación castrista y comunista (dependencia de los cubanos) como eje propagandístico, opuesta a la libertad y la democracia (…) Responsabilizar al Estado y su política controladora como causal del estancamiento económico, la inflación y la escasez. 5.- Mantener la campaña ofensiva en el terreno propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación (…) las fallas administrativas, la afectación con los altos índices de criminalidad y la inseguridad personal (…) 6.- Explotación de los temas como la escasez de agua, de alimentos y de electricidad (...) como responsabilidad exclusiva de Maduro. 7.- Posicionar la matriz de que Venezuela entra en una etapa de crisis humanitaria (…) demandado de la comunidad internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar vidas. 8.- Insistir en la aplicación de la Carta Democrática (…) [Con la] coordinación entre organismos de la Comunidad de Inteligencia y otras agencias (…) corporaciones privadas de comunicación como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y diversos medios privados (tv, prensa, redes, circuitos radiales). 9.- No se puede dejar de lado el esfuerzo que hemos venido haciendo para vincular al gobierno de Maduro con la corrupción y el lavado de dinero. 10.- Existe una alta probabilidad que los mandos [militares] identificados con el chavismo duro ofrezcan resistencia, sobre todo en unidades de élite que históricamente se han alineado con el régimen. Por eso, hay que sostener el trabajo de debilitar ese liderazgo y anular su capacidad de mando. 11.- Lectura similar es necesaria en relación al empleo que va hacer el gobierno de las llamadas milicias y colectivos armados (…) De allí la demanda de su neutralización operativa en esta fase decisiva. 12. Si bien en la situación militar no podemos actuar ahora abiertamente, con las fuerzas especiales aquí presentes hay que concretar lo ya anteriormente planificado para la fase 2 (tenaza) de la operación. Los entrenamientos y aprestos operacionales de los últimos meses, con la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo (…) permiten colocar tales componentes en condiciones de actuar rápidamente en un arco geoestratégico (…) con proyección sobre la región central de Venezuela, donde se concentra el poderío político militar”. Más claro, ni el agua.