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De nuestras Jornadas

La lucha estéril

E

l anuncio gubernamental de que en un año comenzarán a verse los resultados al combate a la inseguridad provocó hilaridad, preocupación e indignación, pues, por una parte, distintos sectores advierten que es mucho tiempo y, por otra, nada garantiza que después de cambiar una y otra vez estrategias fallidas, la que acaban de anunciar vaya a resultar efectiva.

Desde su formación, el Grupo de Coordinación Guerrero sólo ha dado golpes esporádicos y de poco alcance a la delincuencia, no obstante que continuamente está cambiando de estrategias, lo que comprueba que no ha logrado los resultados esperados por la sociedad.

Si bien la decisión de que a partir de esta semana elementos del Ejército operarán el sistema de seguridad C4, además de otras medidas, crea entre la población la esperanza de que decrezca la inseguridad, no existe confianza en que retorne la tranquilidad.

En principio, no fue siquiera el gobierno federal el que hizo el anuncio, lo que puede entenderse como que no quiso comprometerse; le tocó al gobernador Héctor Astudillo, integrante del Grupo de Coordinación, quien al igual que el alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, es figura decorativa, pues la Federación los ha avasallado al tomar el control en materia de seguridad, lo que de nada ha servido.

Un año es considerado mucho tiempo, sobre todo si se toma en cuenta que los guerrerenses votaron por Enrique Peña Nieto por su compromiso de acabar con la inseguridad, problema que supuestamente iba a tener atención prioritaria; no obstante, después de tres años del sexenio, Guerrero sigue convertido en tiradero de cadáveres, sin que se vislumbre una probabilidad sólida de que cambie este panorama desolador.

Las autoridades prometen cooperación, tranquilidad y confianza; no obstante, no logran dar una explicación tranquilizadora sobre la balacera ocurrida el domingo 24 de abril. No hallan una explicación lógica a dos ataques sincronizados de sendos grupos delincuenciales contra sedes de la Policía Federal y sembraron el terror en la ciudad, lo que parece haber sido el propósito.

Los resultados son los que hablan, los que pueden calmar a una población atemorizada, no los anuncios espectaculares de cambios de estrategias porque luego resultan ser un fracaso; sin embargo, habrá que esperar.