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Hasta las laderas son terreno fértil para un negocio imparable, denuncian vecinos de Cuajimalpa

Autoridades ambientales, incapaces de frenar voracidad de inmobiliarias

En la barranca La Malinche, en tan sólo un kilómetro edifican cinco megaproyectos

A uno los desarrolladores lo llaman bosque encantado, a otro los vecinos le dicen el Dubai, por su magnitud

 
Periódico La Jornada
Martes 10 de mayo de 2016, p. 29

Habitantes de la delegación Cuajimalpa denunciaron la incapacidad de las autoridades ambientales para proteger las zonas de reserva natural de la voracidad de los desarrolladores inmobiliarios. Señalaron que incluso hoy día las laderas son terreno fértil para un negocio imparable.

Por ejemplo, La Malinche –expusieron en el foro Barrancas del poniente de la Ciudad de México, argumentos ciudadanos para su conservación– es una barranca que corre paralela a la Calzada de los Leones y una de las zonas con mayores proyectos inmobiliarios. Tiene una extensión de 47.19 hectáreas, pero en tan sólo un kilómetro se ejecutan cinco grandes proyectos, que van a devastar la barranca. Los desarrolladores llaman a uno bosque encantado y van a destruir el bosque real para hacer algo que llaman encantado, es impresionante, afirmó Rebeca Herrera, habitante de Cuajimalpa.

Pero de entre todos los proyectos destaca uno que por sus dimensiones es monstruoso: es un desarrollo inmobiliario a las orillas de la barranca, que es emblemático. Los vecinos ya le llaman el Dubai del Desierto de los Leones. Es un sitio donde pretenden construir tres torres de 22 niveles cada una en una zonificación donde sólo están permitidos cuatro, señaló en el foro, organizado por la diputada panista Margarita Martínez Fisher, presidenta de la Comisión de Infraestructura y Desarrollo Urbano de la ALDF.

En junio de 2015 sólo se veía el terreno, pero para febrero de 2016 ya había casi 18 niveles construidos de la primera torre. Afortunadamente, en este momento está clausurada porque se excedieron nada más en 11 niveles, agregó.

Sólo en esa obra los vecinos detectaron violación del uso de suelo, alteración de las condiciones naturales del terreno –un oficio de Protección Civil indica que en época de lluvias puede haber riesgo de deslave– y contaminación de la barranca, además de que la zona carece de desagüe conectado a la red pública y las aguas negras van directo a las zonas verdes.

En julio de 2015, la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) realizó un recorrido aéreo que permitió detectar proyectos inmobiliarios, megaconstrucciones, azolvamiento de nuestra barranca, contaminación de mantos freáticos, vertido y acumulación de residuos sólidos y, lo más importante, tala de árboles. Están acabando con la vegetación en la zona, relató.

Hay también contaminación por residuos sólidos de vecinos inconscientes, lo admitimos, pero la amenaza más ingente que tenemos hoy día son los desechos de los conjuntos habitacionales a cielo abierto, que aunque sea una zona residencial, huele a caca, y en época de lluvias y de calor se incrementa el hedor.

Los funcionarios de la PAOT recorrieron la barranca y detectaron todas esas irregularidades. Tan sólo en las avenidas Toluca y Desierto de los Leones hemos contabilizado 89 proyectos que están en proceso de construcción.