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Denuncia en Europa la difícil situación en México de más de 500 presos políticos

Nestora: mi caso no ha terminado, sigo siendo perseguida y aún recibo amenazas de muerte

Asegura que son víctimas de atropellos quienes se enfrentan al gobierno corrupto o a los narcos

He sufrido una violación arbitaria a mis derechos, señala la ex comandanta de la policía comunitaria

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Nestora Salgado García a su salida del penal de Tepepan, el pasado 18 de marzoFoto Yazmín Ortega Cortés
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de mayo de 2016, p. 10

Madrid.

A sólo dos meses de su puesta en libertad después de permanecer secuestrada por el Estado mexicano más de dos años y medio, Nestora Salgado García viajó a España para denunciar la situación de los más de 500 presos políticos que están en las cárceles en México, sometidos a un trato vejatorio y cruel y sin recibir las debidas garantías de un proceso judicial justo.

La activista, originaria de Guerrero, que fue comandanta de la policía comunitaria de Olinalá, ha decidido relatar en Europa su experiencia para concientizar sobre los atropellos y abusos de autoridad que sigue padeciendo una buena parte de la sociedad mexicana, sobre todo los que nos hemos enfrentado al gobierno corrupto o a los narcotraficantes.

Salgado García, de 43 años y que también tiene la nacionalidad estadunidense gracias a su largo periodo de residencia en ese país como migrante, fue liberada el pasado 18 de marzo de la cárcel de Tepepan, después de pasar en prisión dos años y siete meses, y protagonizar una larga huelga de hambre, al estar más de 30 días sin ingerir alimentos, con el objetivo de denunciar su situación y los numerosos atropellos a los derechos humanos que tuvo durante el poceso a que fue sometida.

En la librería Traficantes de Sueños e invitada por varios colectivos de defensa de los derechos humanos de España y otras asociaciones de mexicanos en el extranjero, la comandanta, como se le conoce, relató su caso, cómo estuvo casi un año sin poder ni siquiera ver a su abogado ni recibir un mínimo de cobertura legal para enfrentar las numerosas acusaciones en su contra, entre las que había más de 50 secuestros.

He sufrido una violación arbitraria a mis derechos, a la Constitución y a las leyes. Y lo hacen porque lo pueden hacer; por eso después de haber logrado la libertad y a pesar de que tengo pueblos enteros que me respaldan y estoy libre, mi caso aún no ha terminado: sigo siendo perseguida; mi familia y yo recibimos amenazas de muerte; han baleado la casa de mi hija... Estamos en un momento muy crítico, denunció Salgado García, y denunció que el Estado mexicano “trata peor a los presos de conciencia que a los detenidos que se enorgullecen de haber troceado cabezas o de haber cocinado personas”.

Explicó que su intención es iniciar una campaña, que se llamará Ponle nombre y rostro, para denunciar la situación de los más de 500 presos políticos que hay en México, la mayoría encerrados en situación infrahumana y en condiciones de extrema fragilidad, además de que sus nombres y sus casos se han ido olvidando poco a poco. Son personas encerradas injustamente por el gobierno. Por un gobierno represor que ha podido despedazar a los pueblos, que nos ha alejado de nuestras familias y violado nuestros derechos.

Entre los nombres que citó Salgado están Brenda Quevedo Cruz, Gonzalo Molina, Benito Morales, Samuel Ramírez, Arturo Campos y Bernardino, Ángel, Eleuterio y Florentino García.