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Nuevos impuestos, recorte de gastos y reformas laboral y de pensiones, entre las medidas

Cambio de rumbo para enfrentar crisis: gobierno interino de Brasil

El ministro de Justicia entrante, criticado por reprimir movimientos sociales en Sao Paulo

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Miles de personas se movilizaron ayer en Río de Janeiro contra la administración ilegítima que encabeza Michel TemerFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de mayo de 2016, p. 17

Brasilia.

El gobierno interino del presidente en funciones Michel Temer anunció en su primer día de labores un cambio de rumbo para combatir la grave crisis económica que enfrenta Brasil con propuestas radicales, como un amplio recorte de gastos públicos, reformas laborales y al sistema de pensiones y una posible implementación de nuevos impuestos.

El anuncio fue realizado mientras la suspendida presidenta Dilma Rousseff declaró que luchará por volver al palacio de Planalto. Insistió en que el nuevo gobierno es ilegítimo.

Miles de personas se manifestaron en el centro de Río de Janeiro contra el nuevo gobierno, al que acusaron de golpista. Cerca de 5 mil personas, según los organizadores, se concentraron en la histórica plaza de Cinelandia, con pancartas y cánticos en contra de Temer.

Varias entidades y organizaciones de izquierda, como el movimiento Pueblo Sin Miedo o el Frente Brasil Popular, lideraron el acto, así como integrates del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Comunista.

La diputada federal del Partido Comunista de Brasil Jandira Feghali, aliada de Rousseff, aseguró ante el público que subestiman la capacidad del pueblo de comprender lo que pasó y lo que está pasando. Subestiman la capacidad del pueblo para cambiar este juego, expresó.

En Porto Alegre, sur del país, otra movilización acabó con almenos tres personas detenidas e igual número de policías heridos.

Primera reunión del gabinete

Michael Temer, quien permanecerá seis meses en el cargo mientras el Senado juzga a Rousseff, efectuó ayer su primera reunión de gabinete, al término de la cual fueron anunciados algunos lineamientos de política económica.

Vamos a cortar gastos, privilegios de quienes no los precisan, adelantó el nuevo ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, ortodoxo que presidió el banco central durante el boom económico de 2003 a 2010, años de gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. Otras prioridades serán: equilibrio fiscal y combate a la corrupción, destapada en Petrobras.

Además del recorte de gastos, que incluye un estricto control de las cuentas públicas, el fin de privilegios tributarios, de los que gozan algunos sectores empresariales, y un peine fino en contratos públicos. El equipo de Temer no descarta la reactivación de algunos impuestos, con el fin de aumentar los ingresos y equilibrar las cuentas públicas.

Meirelles encarará la reforma del sistema de jubilación, que permite a mucha gente retirarse antes de cumplir 60 años, así como cambios a las leyes laborales, si bien ratificó que los programas sociales, que fueron la marca de los gobiernos del Partido de los Trabajadores y rescataron a 40 millones de personas de la miseria, serán mantenidos, ampliados y mejorados.

El ministro, quien señaló que las medidas serán anunciadas en cuanto concluya el análisis de informes relativos al gobierno suspendido, dijo que duda de la veracidad de los datos económicos que presentó el gobierno de Rousseff, por lo que no descarta auditar esa información.

Estamos convencidos de que vamos a hacer un trabajo tan bueno que el gobierno que hoy es provisional se convertirá en definitivo antes de que terminen los 180 días, subrayó el nuevo jefe de gabinete, Eliseu Padilha.

Tras señalar que las fotografías de Rousseff no se retirarán de las oficinas públicas, agregó que el gobierno interino tiene apoyo en el Congreso para hacer ambiciosas reformas que aseguren un mandato permanente.

Acusada de maquillar las cuentas públicas, Rousseff fue suspendida el jueves por el Senado para ser sometida a un juicio político, y tiene seis meses para probar su inocencia. Si es hallada culpable, Temer completará el mandato.

No voy a hacer milagros en dos años, pero con la ayuda de todos quiero encarrilar el país, dijo Temer, con lo cual externó su voluntad de permanecer en el poder hasta finales de 2018, cuando terminará el mandato de Rousseff.

Estoy acostumbrado a la presión, a situaciones difíciles, a las crisis. Trabajaré de domingo a domingo, de día y de noche, para cumplir las expectativas del pueblo brasileño, indicó en entrevista con la revista Epoca.

No obstante, el gabinete, que tiene apenas un día en el gobierno, ya ha recibido críticas, en particular por la ausencia de mujeres y negros. Pero también por la presencia de varios ministros que están en la mira de los fiscales que investigan el megafraude a Petrobras o que son blanco de procesos por otros delitos en la justicia.

Por ejemplo, el nuevo ministro de Justicia, Alexandre Moraes, es un político de línea dura muy criticado por reprimir movimientos sociales cuando comandó la Secretaría de Seguridad de Sao Paulo. Es considerado por muchos, entre ellos el periódico económico Valor, como el pitbull de Temer, en alusión a la raza de perros guardianes y de pelea.

Rousseff cuestionó la ausencia de mujeres, que suponen más de 50 por ciento de la población brasileña, así como de minorías étnicas en el nuevo gabinete. Discriminaciones raciales y de género son un problema serio en Brasil, señaló al calificar de ilegítimo el gobierno de Temer.

Reiteró que “el impeachment es fraudulento, un golpe para poder ejecutar su programa de gobierno que no fue aprobado en las urnas”.

En Argentina, en tanto, fue criticado en varios sectores políticos que el gobierno de Mauricio Macri fuera el primero en reconocer como un proceso institucional el impeachment contra Rousseff, lo cual es considerado en parte de Brasil como un golpe de Estado.

A su vez, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, habló sobre la posibilidad de refundar el Mercado Común del Sur, al considerar que Brasil va a entender que su manera de integrarse al mundo no es de manera individual, reportó la corresponsal de La Jornada en Argentina, Stella Calloni.

El nuevo gobierno brasileño reaccionó a las críticas en el exterior, sobre todo de la Unión de Naciones Sudamericanas, Venezuela, Cuba y Bolivia, a los que acusó de propagar falsedades por cuestionar la legalidad del proceso que llevó a la suspensión de la mandataria.