Opinión
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A pesar de todo, siguen los avances en Asia
S

e habla de los problemas en América Latina con los intentos de golpe o viraje de derecha y los problemas económicos. De otras partes también. Pero asimismo se ha puesto a Asia como ejemplo, diciendo que también hay problemas, pero se afrontan mejor.

Ya mostramos, en el artículo del 27 de marzo, con datos del Banco Mundial, que los seis países con mayor crecimiento económico del mundo están en Asia:

Habíamos visto que ya había funcionando ferrocarriles entre China por un lado y, por otro, con Alemania y Polonia. Ahora los hay también con Francia.

El 21 de abril llegó el primer ferrocarril a la terminal de Saint Priest, en la región de Lyon. Iba con 41 vagones cargados con muy diversas mercancías. Recorrió 11 mil 300 kilómetros en 15 días, la tercera parte de lo que se hubieran tardado los tradicionales barcos que durante siglos viajaron, y lo siguen haciendo, dando la vuelta por el sur de Sudáfrica y luego llegando a puertos asiáticos, con un costo mayor al del ferrocarril.

Este ferrocarril, en el viaje de China a Francia, pasó por Kazajstán, Rusia, Bielorrusia, Polonia y Alemania.

Mientras los mayores proyectos comienzan su avance, otros ya lo tienen más adelante.

Vamos a referirnos a un proyecto en el sureste de Asia. Va de la estación ferroviaria china de Kunming hasta Singapur, en el extremo sur de la península malaya. Los ferrocarriles, de carga y de pasajeros, tardarán 10 horas en el recorrido.

Desde el sur, la primera ciudad para los ferrocarriles es Kuala Lumpur, capital de Malaysia. Desde ahí, hacia el norte, saldrán tres vías ferroviarias, que todas terminarán en Kunming, pero recorriendo diferentes países. La central va a recorrer Laos y Tailandia. La del este va por Vietnam y Cambodia. Y la de oeste, por Myanmar (antes Birmania).

Todos los países de la región están incluidos en el proyecto, que tiene diferentes niveles de avance según el país.

En Vietnam ya se completaron los trabajos de construcción, y el pasado diciembre se iniciaron los trabajos de la vía entre Laos y Kunming.

Se están estudiando líneas de alta velocidad a India y una línea directa a Teherán, capital de Irán.

Se habla también del corredor económico China-Pakistán.

Turquía, Azerbaiyán, Kazajstán y Georgia, esta última en Europa, son países vecinos y el límite sur entre Europa y Asia, y se coordinan para el futuro paso ferroviario entre Asia y Europa.

No sólo está creciendo la red ferroviaria hacia partes de Asia Central y Europa. También hay enormes oleoductos y gasoductos entre Asia Central y China. Jorgos, en Kyrsyzstán, es un centro de redes. También se plantean líneas ferroviarias con China.

La Puerta de Jorgos, un puerto seco planteado para conectar las vías, diferentes entre sí, en medio de esta ciudad y China, está en curso. Jiangsu, provincia china limítrofe, se ha comprometido a invertir lo necesario para construir alrededor de Jorgos zonas industriales y logísticas.

Al lado de estas realidades, el discurso oficial del gobierno mexicano suena ridículo. Ni siquiera se proponen algo, ni siquiera en chiquito, para México y menos para América Latina.

Están viendo cómo aceleran la muerte lenta de Pemex. Cómo aceleran la baja de los equipos de exploración, a la mitad en un año. Cómo aumentan a más del doble la cantidad de gas tirada al aire, en un año. Esto y más se vio en el artículo de la semana pasada.

Asia muestra que hay otro camino, aunque haya múltiples problemas.