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El reclamo del desarrollo
D

esde 1980 la economía mexicana repta: durante 30 años ha crecido en promedio 2 por ciento anual. La pobreza, en los últimos años, aumentó aún más y la desigualdad se acentuó tercamente, más aún. No se trata de pues sí, así es la economía mexicana. No, no es un sino adverso que se nos ha prescrito a los mexicanos. Es resultado de la toma de decisiones de políticas de gobierno, que a su vez provienen de las creencias de los gobernantes, de sus intereses, de los intereses de fuerzas dominantes nacionales e internacionales.

Otro sino sería posible, con otras ideas y otras políticas. Usted, amable lector, puede hallarlas en una obra relevante publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México y el Fondo de Cultura Económica: Más allá de la crisis. El reclamo del desarrollo, octubre, 2015.

Los textos incluidos en este libro necesario arrojan luz más que suficiente sobre la gestación y el germen de nuestros problemas fundamentales, esclarecen la causalidad detrás de ellos, y proponen salidas adecuadas que apuntan claramente hacia los senderos que pueden y deberíamos andar para retomar el desarrollo que hemos extraviado.

No es preciso ir muy lejos para ver adónde residen nuestras deficiencias y grietas principales. Los textos reparan en el estado de la infraestructura y lo que podría hacerse; lo mismo ocurre con el empleo –si así puede llamarse a ese espacio donde nacen tantas desdichas de tantos mexicanos–, el lamentable estado de nuestra planta productiva dislocada en un segmento significativo de modernidad, productividad, capacidad exportadora, y otro carente de esos atributos, en el que prevalecen bajos ingresos, baja productividad, mucha informalidad, y un total divorcio respecto del segmento moderno de la economía.

Como era de esperarse la creciente e ignominiosa desigualdad de México está enfocada desde diversos ángulos. Un tema –la desigualdad– que, debemos celebrarlo, terminó al fin por tomar carta de naturalización prácticamente en todo el planeta. Difícilmente hallaremos un país donde no se hable de ella. Hasta el FMI y señores como Warren Buffet –siempre ubicado entre los cinco hombres más ricos del mundo– en los últimos años se han ocupado profusamente de ella. Naturalmente las explicaciones sobre la misma menudean. No sólo es un tema que ha quedado expulsado del repertorio de los derechos humanos. También se ha probado que es un obstáculo al crecimiento, y por tanto, una traba al empleo y al ingreso de los más.

Naturalmente también, el uno por ciento es sordo como una tapia a temas tan incómodos.

México es un trozo de la economía globalizada y, por tanto, el examen de los problemas más duros e inhumanos, se examinan con acuciosidad: los avatares de los precios del petróleo, de las materias primas, de los minerales. Las tensiones geopolíticas y su impacto en la marcha de la economía planetaria.

La economía mundo es examinada por las miradas expertas de Eugenio Anguiano, el embajador Jorge Eduardo Navarrete, el maestro David Ibarra y Francisco Suárez Dávila; las reformas para el crecimiento, por las muy versadas plumas de Jaime Ros, Juan Carlos Moreno-Brid, Mauricio de Maria y Campos, el experimentado Carlos Tello y el asunto del petróleo por quien ha vivido comprometido con ese arduo jeroglífico: Cuauhtémoc Cárdenas.

Siguen temas vinculados a la calidad del desarrollo. La participación del trabajo en el ingreso nacional. Regreso a un tema olvidado, escrito por Norma Samaniego, que se ha ocupado del tema en la gestión y en su reflexión por muchos años; Saúl Escobar reivindica un tema ineludible: Salario mínimo y salarios: evolución y situación actual; Mario Luis Fuentes urge a dar forma a una nueva estructura institucional al examinar Los derechos humanos y la arquitectura institucional en México; Enrique del Val demanda hacer a un lado toda forma de asistencialismo y de repetir infructuosamente los estériles programas de lucha contra la pobreza para formular su alegato a favor de un ingreso ciudadano universal; Leonardo Lomelí desgrana las insuficiencias de las reformas a la seguridad social y también sus aspectos positivos con su cuidadoso examen: ¿Protección o seguridad social? Viabilidad fiscal y limitaciones de la propuesta de seguridad social universal asociada a la reforma hacendaria y, desde luego, está presente el indispensable examen del impacto del desarrollo en la salud de medio natural en el que vivimos, escrito con la pericia del experto, Enrique Provencio, con su Calidad ambiental del desarrollo: la transición a la economía sustentable. Cierra este libro el ensayo integrador Del estado de necesidad al estado necesario, escrito por Rolando Cordera, que ha sido también quien llevó, en general, la batuta de esta notable orquesta de analistas largamente entrenados en estos temas indispensables para el futuro de un desarrollo que, por hoy, no existe.

Lo que hoy tenemos, lo vivimos cada día: prevalece una estrategia centrada en la estabilización, y una actitud defensiva, o de abierto rechazo, respecto al fomento y el estímulo al crecimiento, la protección social, el empleo, la promoción regional, y otros componentes esenciales de una política activa para el desarrollo, dice en un pasaje preciso, el libro al que estamos aludiendo.

La condición de yo me comporto como tú quieras (estabilidad macroeconómica), pero vienes a mi territorio a usar mis propios recursos, porque yo no sé cómo usarlos productivamente, no puede seguir extendiéndose indefinidamente. Es hora de tomar nuestro destino en nuestras manos y echarnos a andar equitativamente. Morada, alimento, salud, educación, para todos.