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La prensa de Brasil es cómplice del golpe de Estado contra Dilma Rousseff, subraya

Lula aceptaría candidatura en 2018 para salvar logros sociales

El ex presidente confía en que la mandataria reanudará labores y el Senado la absolverá

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El ex mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y la hoy presidenta suspendida Dilma Rousseff, durante la inauguración de un puente en Manaos, en octubre de 2011Foto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de mayo de 2016, p. 20

Sao Paulo.

El ex mandatario de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva manifestó que la única posibilidad de ser candidato para las elecciones presidenciales de 2018 sería sólo para evitar que se destruyan los logros sociales del Partido de los Trabajadores (PT). En una entrevista con la cadena Telesur, calificó de usurpador a Michel Temer y responsabilizó a la prensa de Brasil del golpe Estado contra Dilma Rousseff.

Lula, quien gobernó entre 2003 y 2010, aseguró que en años recientes el PT logró que más de 36 millones de personas salieran de la miseria, y es un avace que debe ser conservado.

Sobre Temer, presidente interino de Brasil tras la suspensión de Rousseff, dijo que éste sólo deberá ocupar el cargo mientras no se resuelva el juicio político contra la mandataria. Temer sólo es interino, Rousseff sólo está suspendida por un capricho político, eso debe estar muy claro, expresó en la charla, divulgada este sábado.

La democracia está herida mortalmente con sólo 31 años de existencia y ya tenemos un golpe de Estado, declaró a Telesur. Deploró que el gobierno interino, que actúa como definitivo al hacer nombramientos y adoptar medidas, haya recibido la bendición de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos, si bien dijo creer que el presidente estadunidense, Barack Obama, no está al tanto ni de acuerdo con lo que hizo su representación ante el organismo.

La semana pasada el Senado brasileño aprobó la apertura de un juicio político contra la presidenta, acusada de maquillar las cuentas públicas, y quedó suspendida por un plazo de 180 días, periodo en el que la remplaza Temer, actual vicepresidente y líder del opositor Partido del Movimiento Democrático Brasileño.

En una entrevista con la cadena rusa RT, Lula caracterizó como día de indignación la suspensión de la gobernante. Para él fue casi una violación cometida contra la democracia brasileña, que permitió que Rousseff dejara la presidencia antes de terminar su mandato.

Afirmó: No se trataba sólo de una mandataria que estaba dejando la presidencia de forma abrupta, sino de todo un proyecto, un proyecto de sueños, de inclusión social, que mostró al mundo que es fácil gobernar un país y resolver los problemas de pobreza del pueblo cuando se incluye a los pobres en el presupuesto del país, cuando se deja de tratarlos como estadística o un problema social y se les trata como gente, como seres humanos que tienen derechos y deberes.

Admitió, sin embrago, que queda mucha lucha y conquistas para el pueblo brasileño, como los cimientos de una vida digna y decente, como la que ya han logrado muchos países evolucionados.

Insistió en que uno de los mayores éxitos de su país es el salto cualitativo en la erradicación de la pobreza. Lo sucedido en Brasil fue algo que despertó al mundo, pues hasta que se aplicaron sus medidas no había ningún ejemplo de país que en tan poco tiempo hubiera aumentado la clase media en 340 millones de personas y hubiera sacado a 36 millones de la miseria. Ello, a su juicio, molesta a parte de la elite brasileña y a quienes piensan que los pobres no deben existir.

Respecto de una posible injerencia externa en la actual crisis política de Brasil, Lula señaló que siempre es posible. Indicó que el hecho de que Brasil comenzara a volverse un actor global, con influencia en toda América Latina; el hecho de haber creado el Mercosur, la Unasur, la Celac, el BRICS, entre otros proyectos internacionales, molestó a mucha gente.

Acusó de miopía al gobierno interino de Temer y dijo que su actitud de sumisión ante Estados Unidos y la Unión Europea, para dar la espalda a los organismos latinoamericanos y a los que incluyen a países más pobres, demuestra su desconocimiento del comercio, pues esos bloques representan casi la mitad de la población mundial. A este gobierno no le gustan los pobres, no le gustan los negros y no sabe de comercio exterior.

En ambas entrevistas, Lula acusó a la prensa brasileña de haber actuado como cómplice del golpe contra Rousseff de manera unánime. Y ahora está unánime del lado del gobierno interino. Aseveró que el impeachment contra la presidenta fue rechazado por la prensa internacional, pese a que criticó la difícil situación económica brasileña de los últimos dos años, pero los medios locales hicieron campaña en favor de la remoción de la mandataria. La prensa internacional fue más solidaria y ha demostrado que en Brasil hubo un golpe”, sostuvo.

Lula da Silva se dijo optimista porque la presidenta reanude labores y que el Senado la absolverá del cargo de maniobrar indebidamente con las finanzas públicas. Recordó que los legisladores sólo votaron en favor de que el juicio contra Rousseff transcurriera, pero no la han declarado culpable de ningún ilícito.

Agregó: Temer da la impresión a la sociedad de que Rousseff no podrá regresar, pero su vuelta al cargo depende del voto de seis senadores. Cambiar su opinión no es imposible para quien convenció a 54 millones de brasileños.

Al mencionarle que esos senadores pueden actuar de acuerdo con su filiación conservadora y podrían no ser convencidos, Lula respondió: Su conciencia los convencerá. No pueden pasar a la historia como quienes condenaron a una mujer inocente.