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También habla del deseo y la obsesión, afirma Héctor Hugo de la Peña, director de la obra

De satín o seda no es una novela ni un cuento; es una historia de amor

Ese sentimiento incitó a los actores a producir sus líneas

Es energía constructora, capaz de hacernos trascender, de crear un mundo propio; es poderoso y hermoso, expresan

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Fran Garibay, Karina Lechuga, Manu Avellaneda, Naza Gómez, Víctor de León y Héctor Hugo de la PeñaFoto Rumania Olivares
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de mayo de 2016, p. 9

De satín o seda no es una novela, tampoco un cuento, pero puede ser una historia de amor.

Se trata de una experiencia escénica que fluye en las emociones del espectador por los rincones de tres de las habitaciones y la estancia de una casa en la colonia Hipódromo Condesa, donde está ubicado Un Teatro, que sigue siendo una morada para los gustosos de un tipo diferente de montajes.

Está inspirada en Seda, novela publicada en 1996 por el italiano Alessandro Baricco, quien ha hecho de esta historia un éxito editorial traducido a varios idiomas.

Narra la historia de un comerciante francés que viaja repetidamente a Japón para adquirir huevos de gusanos de seda con el fin de abastecer la industria textil de su pueblo.

En De satín o seda, las líneas de Baricco se mutan en textos creados por el director y los propios actores y actrices, los cuales se inspiraron en el original, pero más aún en los textos que les dio su concepto del amor.

En cuatro escenas, miembros de la compañía independiente Gusanos de Seda Teatro construyen líneas en una aventura de amor y desamor.

Decidimos volver a nuestras raíces. Hablar de lo inimaginable, tomar nuestro libro favorito. No, esto no es una obra de teatro. No es una novela. Ni siquiera es un cuento. Esto es una cena... Esta historia habla del amor a prueba de todo. Pero también habla del deseo y la obsesión. Y así, nosotros nos hemos obsesionado con esta historia, reflexiona Héctor Hugo de la Peña, director de esta trouppe.

Morir de nostalgia...

De la Peña confiesa a La Jornada: “Hace un tiempo me enamoré y leía por las noches mi novela favorita para ese amor; un día pasó el destino insistente en ser vivido y nunca logré terminar de leérsela. Era el presagio de nuestra relación. Por eso hice una obra de teatro. A ese amor no lo he vuelto a ver... Es un dolor extraño. Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca. Esa es mi frase favorita de Seda, de Baricco”.

Abunda: Escribir me ha proporcionado siempre un placer físico. Cuando uno se enfrenta a una experiencia que le modifica la vida, tiene varias opciones para lidiar con ella. La mía siempre ha sido escribir en silencio, rindiendo honor a la experiencia.

El amor, motor de todo, tiene una connotación esencial en esta puesta: fue lo que incitó a los actores a la producción de sus propias líneas.

Para el actor Víctor de León el amor no es una emoción, sólo una manifestación física de ésta. Es la energía primigenia, creadora y constructora que atrae, genera, regenera y salva. Es la gasolina del universo, capaz de hacer mover el motor divino.

Se confunde el amor con pasión, posesiones y egoísmo, pero es paz. Cada uno de nosotros como seres físicos somos una bomba atómica de amor, capaz de destruir el odio, la ira y el ego.

Manuel Avellaneda, otro de los histriones en la obra, dice que el amor es una hoja en blanco. Nos fundimos cual tinta sobre ella. Creamos lazos, sonrisas, historias, dolores, mundos, puesto que la creación y destrucción de hojas en blanco es infinita y perdura dentro de uno por siempre.

Fran Garibay, por su lado, asevera que el amor es una fuerza de atracción que nos permite prevalecer como especie. Es de las únicas cosas que, junto con el arte, son capaces de hacernos trascender, de conectarnos con algo mucho más elevado.

La actriz Karina Lechuga piensa que es “poder perderte en la mirada de una persona. Confiar plenamente. Es cuando encuentras a una persona que te complementa… Cuando dos personas en distintos cuerpos se juntan y hacen uno. Es respetar el compromiso que hacen las almas y dejar el mundo terrenal para poder crear un mundo propio”.

A su vez, Naza Gómez afirma que el amor no encuentra su sentido en el ansia de las cosas hechas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas. El amor es la decisión de quedarse a construir un camino, con voluntad, con verdad, con mucha pasión y mucha ternura.

Mientras, Carolina Gómez cree que no se explica, se siente. Lo he sentido caliente, poderoso y hermoso... El amor es puro y transparente. Es la más grande motivación de vida. Es dolor, sufrimiento y pasión. Me atrevería a decir que nadie sabe exactamente su significado, pero todos los que lo hemos sentido sabemos que es.

Así, el elenco de De satín o seda envuelve, acoge y explota, y desea que su auditorio sienta esos disparos fulminantes de dopamina.

Se representa del 13 de mayo al 25 de junio. Dirección: Héctor Hugo de la Peña. Elenco: Carolina Gómez de Orozco, Fran Garibay, Karina Lechuga, Manu Avellaneda, Naza Gómez, Víctor de León. Funciones: viernes, 20:30 horas; sábado, 19:30, y domingo, 18:30 horas. Entrada general 200 pesos, con cena 250. Un Teatro se localiza en Nuevo León 46, colonia Hipódromo Condesa.