Damasco.

Al menos 153 personas murieron este lunes y 200 resultaron heridas en una ola de atentados perpetrados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en las ciudades costeras sirias de Tartus y Jableh, zona controlada por el gobierno del presidente Bashar al Assad, en uno de los peores ataques desde el inicio del conflicto armado en 2011.

El EI afirmó que respondía a los bombardeos de tropas leales a Al Assad y de su aliada Rusia, y advirtió que habrá represalias aún peores. Tartus y Jableh albergan respectivamente la base marítima y el aeropuerto militar del contingente ruso que apoya a las fuerzas gubernamentales de Damasco, pero los atentados yihadistas fueron contra estaciones de autobuses, la compañía de electricidad y dos hospitales.

El EI no tiene presencia conocida en la costa siria –a diferencia del Frente Al Nusra, vunculado con Al Qaeda–, pero es conocido por utilizar células durmientes para sus agresiones.

Se trató de los primeros ataques contra Tartus y Jableh, 60 kilómetros más al norte, que hasta ahora habían permanecido relativamente al margen de la guerra, informaron la policía y el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). También son los más sangrientos desde hace 30 años en estos bastiones alauitas, la rama chiíta minoritaria a la que pertenece Al Assad.

El Kremlin expresó que estos atentados reflejan otra vez la fragilidad de la situación en Siria y la necesidad de adoptar medidas enérgicas para reactivar el proceso de paz.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, y su par estadunidense John Kerry hablaron sobre operaciones militares conjuntas y mantuvieron sus diferencias por los ataques de Moscú a los terroristas y la molestia de Washington por los bombardeos rusos en Alepo.

El secretario general de la Organanización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó los atentados terroristas en Tartus y Jableh, y pidió a la comunidad internacional actuar para poner fin a la tragedia siria.

El EI se ve sometido a una creciente presión militar tanto en el este de Siria como en el oeste de Irak, donde ha sufrido derrotas. Las fuerzas gubernamentales iraquíes lanzaron una ofensiva para expulsar a los yihadistas de la ciudad de Faluya, y durante su avance expulsaron a unidades yihadistas de zonas rurales colindantes.

En Adén, el EI asestó un nuevo golpe a las fuerzas gubernamentales de Yemen, con un doble atentado en el barrio Jor Maksar que dejó al menos 41 militares muertos. En uno de los ataques, un suicida se hizo estallar entre decenas de jóvenes que aspiraban a alistarse en el ejército, en oficinas cercanas a la base militar de Badr. Los accesos al aeropuerto internacional de Adén fueron cerrados.

El presidente Barack Obama se congratuló por la muerte, el pasado sábado, del líder talibán Akhtar Mansour, abatido por un dron estadunidense, y la llamó un logro para llevar la paz a Afganistán.

En el contexto de su gira por Vietnam, Obama afirmó: hemos eliminado al líder de una organización que conspira y atenta contra estadunidenses y las fuerzas de la coalición internacional, haciendo la guerra contra el pueblo afgano y alinéandose con grupos extremistas como Al Qaeda.